La precariedad del empleo en América Latina ofrece cifras preocupantes. Se estima que casi 8 millones de jóvenes están desempleados y otros 27 millones laboran en condiciones informales, informó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Por ello, el organismo recordó el gran desafío que se cierne en la región para trabajar en respuestas integradas y multidimensionales a este problema y así reducir la sensación de vulnerabilidad e incertidumbre de jóvenes entre los 15 y 24 años que se incorporan al mercado laboral.
“Estamos hablando de al menos 35 millones de jóvenes que pueden ser víctimas de desaliento y frustración ante la persistente falta de oportunidades laborales”, expresó Elizabeth Tinoco, directora regional de la OIT para América Latina y el Caribe, al conmemorarse el Día Internacional de la Juventud este 12 de agosto.
En ese sentido, la ejecutiva destacó que la tasa de desempleo urbano de los jóvenes de la región triplica a la de adultos y que, por otra parte, seis de cada diez jóvenes que acceden a un puesto de trabajo lo hacen en condiciones informales.
Según cifras recientes disponibles, la tasa regional de desempleo juvenil, tanto urbano como rural, sumó 13,9%. Además, se calcula que 56,1 millones de jóvenes forman parte de la fuerza laboral -que trabaja o busca empleo activamente-, es decir, un poco más de la mitad de los 108 millones de individuos entre 15 y 24 años.
ACCIONES FRENTE A ESTA REALIDAD
Entre los componentes clave para estimular la inserción laboral y la competitividad están el acceso a la educación, los programas de inserción laboral, los programas de fomento a la iniciativa emprendedora así como la protección de derechos laborales juveniles.
“No hay soluciones mágicas ni soluciones únicas para esta problema. Es necesario contar con combinaciones de medidas que respondan de la mejor manera posible a la situación de cada país”, anotó Guillermo Dema, especialista regional en empleo juvenil de la OIT.