Esta semana, Pedro Castillo, candidato a la presidencia por Perú Libre, insistió en la propuesta de prohibir las importaciones de maíz, trigo y arroz.
Al respecto, Alejandro Fuentes, presidente de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), señala que serían múltiples los impactos negativos que tendría prohibir el ingreso de ciertos productos.
Uno de ellos, a decir de Fuentes, sería el aumento de precios, ya que se reduciría la oferta y sin modificar la demanda.
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“Cuando se cierra el ingreso a ciertos productos o se les pone barreras arancelarias pasan dos cosas: el producto local sube de precio porque hay menos oferta y la demanda es la misma, y la calidad del producto disminuye al haber menor competencia”, dice Fuentes.
Ante una eventual prohibición del ingreso de maíz amarillo duro, su precio se podría duplicar o hasta triplicar, estima Juan Fernando Correa, presidente de Cómex Perú, quien detalla, además, que podría elevarse el precio del pollo y del huevo “por lo menos al doble de lo que cuesta hoy”.
“El pollo se alimenta de maíz amarillo duro. Es el principal componente de su alimentación. El maíz importado cubre el 80% de la demanda local”, detalla.
Otro producto que podría duplicar su precio, según Correa, es el pan si se prohíbe el ingreso de trigo. “La producción nacional de trigo solo cubre el 10% de la demanda local”, señala.
En el caso del arroz, cuya importación cubre el 10% del consumo local, el presidente de Cómex estima que su precio podría aumentar entre 10% y 15%.
El economista Iván Alonso, por su parte, señala que además ocurriría otro fenómeno: al subir los precios de los productos cuya importación se ha prohibido, el consumidor tiende a buscar bienes sustitutos que pueden no ser de buena calidad y que sus precios también aumentan como consecuencia del incremento de la demanda.
MÁS EFECTOS
Por su lado, Daniel De La Torre Ugarte, investigador del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, señala que pensar en prohibir las importaciones “no tiene sentido”, ya que no tenemos la capacidad suficiente para abastecer el mercado local.
“Por ejemplo, necesitaríamos alrededor de un millón de hectáreas más de trigo local para poder reemplazar la cantidad de trigo que importamos por año”, dice De la Torre Ugarte.
El investigador también advierte que de prohibir las importaciones de ciertos productos o aplicarles aranceles mayores, los países con los que el Perú negocia tomarían medidas similares.
Así, impedir las importaciones generaría escasez de productos, golpeando los bolsillos de los consumidores. Además, generaría que otros países impidan el ingreso de los productos peruanos o que les apliquen aranceles, perjudicando al agricultor peruano y a todos quienes viven directa o indirectamente de este sector.
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