En la última semana, en Chile estallaron protestas en contra de un modelo económico que llevó al país a ser considerado la Suiza de América Latina ante los ojos del mundo. Sin embargo, parte de la población no percibe el incremento en la riqueza y ello detonó las multitudinarias manifestaciones.
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DE CAL Y ARENA
El desempeño macroeconómico de Chile ha sido vertiginoso en lo que va de este milenio. El PBI del país casi se ha triplicado entre el 2000 y el 2018, lo que ha permitido mejorar sustancialmente los ingresos de las personas y su poder adquisitivo.
Los ingresos en términos reales, es decir, ajustados por inflación para medir el poder de compra, se han incrementado en 60,4% en los últimos 18 años. Así, han reducido su tasa de pobreza a menos de 9% de la población y hoy es el país con mayor ingreso por habitante de la región.
Además, Chile es de lejos el país más competitivo de América Latina (ocupó el puesto 33 entre 141 naciones, según el último reporte del WEF) y es el que tiene el mejor clima para hacer negocios, según el Banco Mundial.
¿Entonces, cómo se explica que una panacea en términos macroeconómicos llegue a este nivel de conflictividad social? De acuerdo con diversos agentes del país, la clave está en la desigualdad en la distribución de los ingresos.
Según cifras del Banco Mundial, el coeficiente de Gini es de 0,46 para Chile. Esta cifra va en una escala en la que 1 implica concentración de la riqueza en una persona y 0 equidad perfecta.
Al respecto, el economista Juan Ramón Rallo subraya que en la región hay nueve países con mayor desigualdad que Chile. Venezuela (0,68) y Brasil (0,53) lideran la tabla en la que México y Colombia también sacan ventaja frente al vecino del sur.
Más aún, Rallo observa que Chile es el segundo país con menor incidencia de población en riesgo de pobreza, con un 6% de la población. El dato es inferior a lo que registran Perú (24%), México (26%) o Colombia (28%).
Sin embargo, el último informe de panorama social, elaborado por la Cepal, da cuenta de que el 26,7% de la riqueza generada en Chile se queda en manos del 1% de la población más adinerada. En tanto, solo 2,1% de la riqueza se reparte entre el 50% de hogares con menores ingresos.
Además, el instituto de estadísticas del país señala que la mitad de la fuerza laboral tiene un salario que no excede los 400.000 pesos (US$562) mensuales; una cifra muy cercana al sueldo mínimo de 301.000 pesos (US$423).
La chispa que encendió la furia fue un alza en el pasaje del metro. Aunque la cifra era pequeña (equivalente a S/0,11) y tenía una justificación técnica, desató la ira de personas que pueden llegar a destinar hasta 30% de su sueldo en transporte.
Es importante notar que en el 2011 y el 2016 en Chile ya hubo protestas en contra del elevado costo de la educación de calidad y del sistema previsional.
RESPUESTA
El jueves por la noche, el presidente Sebastián Piñera, anunció un paquete de 17 medidas que incluyó entregar subsidios en pensiones, en salud, aumentar el salario mínimo, deshacer alzas de tarifas eléctricas y cobrar más impuestos a las personas de mayores ingresos.
El Gobierno Chileno estima un costo de US$1.200 millones en este paquete, algo que las agencias calificadoras de riesgo consideran factible y prudente. Se trata de recursos que equivalen al 0,4% del PBI que se financiarían al reasignar gasto (US$440 mlls.), de los mayores impuestos (US$160 mlls.) y el resto con mayor déficit.
Al cierre de esta edición, las protestas en el país vecino no han cesado y la Suiza de la región todavía es una ciudad de la furia.