En la selva se quema un promedio de 150 mil hectáreas al año y eso es una pérdida de madera valorizada en US$ 4 mil millones, según Adex.  (FOTO: GEC)
En la selva se quema un promedio de 150 mil hectáreas al año y eso es una pérdida de madera valorizada en US$ 4 mil millones, según Adex. (FOTO: GEC)
Javier Artica

Una forma de luchar contra la pobreza extrema en diferentes regiones es poner en valor los bosques amazónicos a través de un manejo forestal sostenible, para que pueda generar puestos de trabajo, sostuvo el presidente de la Asociación de Exportadores (), Erik Fischer.

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Según el informe del Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales CIEN-Adex, en el 2020 el stock de empleos generados por la exportación de maderas fue de 21.959, entre directos, indirectos e inducidos. Se perdieron 6.552 (-23%) en comparación con el 2019.

“Las concesiones forestales, con enfoque técnico y científico, son una herramienta que genera productividad, pero principalmente permiten la conservación de estos recursos, generando empleo económicamente rentable y ambientalmente sostenible”, señaló.

Añadió que la situación en este sector es muy crítica y si se quiere incentivar los empleos, aunque este año aún seguirán en ‘rojo’, el Gobierno debe garantizar todos los servicios, como autorizaciones, permisos y aprovechar la estacionalidad.

“El tema forestal tiene un aspecto primordial que está ligado con el clima y las operaciones en el bosque tropical solo se efectúan en las épocas que no llueve y eso se da desde mediados de mayo hasta noviembre. Si tu pierdes las oportunidades en esos meses probablemente no tendrás una campaña exitosa”, explicó.

También indicó que, si no hay un incentivo específico para el sector forestal productivo, las empresas no se recuperarán porque se han descapitalizado. En este sentido, Fisher sugirió un refinanciamiento de deudas para las pymes de este rubro y las compras estatales.

Aunque el sector forestal solo aporta un poco más del 1% al PBI anual, el representante de Adex mencionó que es una cadena para los puestos de trabajo, desde productores, transportistas, manos de obra especializadas para muebles, triplay, entre otros.

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NO A LA QUEMA DE MADERA

Con respecto a poner en valor los bosques amazónicos del país, Erick Fisher sostuvo que esto no se realiza y que más del 95% de la deforestación es consecuencia de la quema de bosques para labores agrícolas de subsistencia de las personas en pobreza.

“Se quema un promedio de 150 mil hectáreas al año y eso es una pérdida de madera valorizada en US$ 4 mil millones. Se suma a eso a los cultivos ilícitos a la hoja de coca que deforestan el bosque y genera el tráfico de cocaína y la minería ilegal que depreda los bosques”, detalló.

Ante este panorama, el titular de la institución gremial pidió a las autoridades tener un enfoque territorial y una política de Estado que se mantenga en el tiempo y haga sostenible el sector forestal.

“El Perú podría ser un gran competidor en 10 años. Por ejemplo, Chile el año pasado ha sembrado 4.5 millones de hectáreas en plantaciones de pino y asoció el desarrollo a una industria de madera que pone en valor y exportó más de US$ 7.000 millones y nuestro país no llegó ni a US$ 100 millones”, acotó.

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IMPULSO DEL ESTADO

Por su parte, Juan Manuel Benites, exministro de Agricultura, señaló que las labores culturales en el sector forestal no son las más intensivas, pese a que son una actividad interesante, sobre todo en las zonas de la selva, donde hay menos oportunidad de empleo en comparación a la costa.

“Es positivo que se pueda empujar esta actividad con la inversión privada y que se pueda generar empleo, en este caso es más necesario en la selva”, refirió.

Benites mencionó que la puesta de valor de los bosques va en el sentido de proteger estas áreas con concesiones distintas a los del pasado y asociando a las industrias.

“Las inversiones serán del sector privado, pero se requiere un impulso del Estado para dar seguridad jurídica de las tierras, porque no es sencillo comprar hectáreas en la selva. También se tiene que tener una mejor definición de qué áreas son aptas y dónde están ubicadas”, aseveró.

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