(Foto: Reuters)
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Gustavo Yamada

Una de las asignaturas pendientes que pude completar este verano fue la lectura de una “breve” (¡casi 500 páginas!) historia de la humanidad titulada “De animales a dioses”, que el joven académico israelí Yuval Noah Harari culminara en el 2011 a la temprana edad de 35 años.

Pero, estimado lector, no se desanime por el volumen total de páginas. “Sapiens”, como se conoce en inglés, es un ensayo de macrohistoria brillante y fácil de leer, provocador y conmovedor. No es casual que haya vendido más de un millón de ejemplares a la fecha, ni su traducción a 45 idiomas. Ni que sea recomendado por personalidades como Bill Gates, Barack Obama y Mark Zuckerberg.

La tesis fundamental del libro es que si bien hubo varias especies humanas que poblaron la Tierra desde hace un par de millones de años, hace solo aproximadamente 70.000 que nuestra especie empezó a consolidarse como la única superviviente. Esto gracias a una revolución cognitiva que generó nuevas capacidades cerebrales para transmitir cada vez mayores cantidades de información acerca del mundo que nos rodea, de nuestras relaciones sociales y de la creación de ficciones colectivas, que nos permitieron cooperar e innovar entre grandes grupos humanos.

Hace unos doce mil años se inició lentamente una segunda revolución que marcaría otro hito: la revolución agrícola, que permitió la domesticación de plantas y animales, y posibilitó asentamientos permanentes y el crecimiento poblacional. Alrededor del 10.000 a.C. toda la Tierra no tenía más de 5 a 8 millones de humanos cazadores-recolectores nómades. En el primer siglo d.C. quedaban solo 1 o 2 millones de estos, pero habían dado paso a cerca de 250 millones de agricultores en el planeta.

Como tercer hito de nuestra historia, el ensayo señala a la revolución científica que se inició hace 500 años. La ciencia moderna se basa en que no lo sabemos todo, que podemos obtener nuevos conocimientos, reuniendo observaciones y elaborando teorías generales que las expliquen. Precisamente, según el autor, estas teorías sirven para desarrollar poderosas tecnologías.

Gracias a esta revolución hemos pasado de 500 a 7.000 millones de sapiens en los últimos cinco siglos. Pero la ciencia por sí sola no lo explica todo. Como dice Harari: “El circuito recurrente entre ciencia, imperialismo y capitalismo ha sido sin ninguna duda el principal motor de la historia durante los últimos quinientos años”.

Finalmente, el libro se pregunta si luego de este “éxito evolutivo”, a costa de degradación ambiental, sometimiento y extinción de muchas otras especies, la humanidad tiene claridad de lo que quiere y de lo que se viene. De hecho, Harari ha escrito un segundo libro “Homo Deus” que sería mucho más especulativo y polémico acerca de lo que podría pasar con la humanidad en adelante. ¡Lectura obligada para un futuro próximo!

P.D.: Con este artículo acabo una década ininterrumpida de colaboraciones mensuales en esta sección. Le agradezco, amable lector, por el interés con que ha seguido estas columnas. Espero haber enriquecido su conocimiento y reflexión sobre temas económicos, educativos y laborales que he considerado relevante compartir. Doy pase ahora a mi estimado colega Pablo Lavado, quien continuará con este espacio desde abril. ¡Conmigo será hasta la próxima!

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