El Comercio, 28 de julio de 1921
No es cumpliendo un grato pero obligado deber de cortesía que “El Comercio” presenta en estas solemnes horas de la patria un homenaje a las colonias extranjeras residentes en el Perú y a los representantes de los diversos países amigos que han querido honrarnos compartiendo con nosotros reminiscencias conmovedoras para nuestro hogar tradicional.
PAÍSES AMIGOS
Es, partiendo de hondas convicciones que tienen arraigo efectivo, que queremos y debemos proclamar los mil títulos que a la gratitud de los peruanos tienen conquistados los hombres de todas las razas que aquí trajeron un esfuerzo o una luz, y decir a los representantes de esas razas que nuestro suelo y nuestros afectos abiertos, mañana como ayer, siempre estarán para todo aquel que bien nos ame y a nosotros venga [...]
Al proclamar abierta de par en par nuestras puertas hogareñas para todos los hombres de la Tierra, los peruanos sabemos que a nosotros mismos nos honramos porque a nuestra madre, España, honramos practicando sus características virtudes; y al decirles una sincera bienvenida a quienes, heraldos de confraternidad, vienen a unirse a nuestro canto de hombres libres, estamos ciertos de que España reconocerá en nuestros acentos la más pura emoción que ella misma puso en nuestras gargantas y nuestras almas, para expresar y sentir lo que es grande y conmovedor[...]
El español continuó entre nosotros...encontrando en nuestra casa una prolongación de su hogar histórico, y el francés nos trajo la alegría de vivir la bella y noble vida; y el italiano, al mismo tiempo que su espíritu inquebrantable de laboriosidad, nos aportó la eterna juventud de su raza [...]
El inglés nos mostró lo que vale la seriedad en la multiplicación de vastas concepciones comerciales; el americano ha sido para el Perú lo que invariablemente es: el hombre para el que los tropiezos que la naturaleza opone a la actividad humana son incentivos para el desarrollo de las facultades volitivas; el alemán nos aportó las excelencias de sus métodos sabios y constructivos... inmensamente alejados geográficamente de nosotros, han contribuido poderosamente a nuestra vida, trayendo hasta nuestras playas la expansión de su comercio; y los vínculos con los que el comercio unen moralmente a los pueblos de oriente, en especial el Japón y la China, no solo nos han proporcionado el abaratamiento de muchos servicios indispensables, sino que han brindado maravillas de artes milenarias [...].
Y a los pueblos de nuestra América, a los que bajo las banderas de San Martín y Bolívar, al lado de nosotros y por nosotros luchamos hace un siglo, invitámosle, fraternalmente, a hacer con nosotros los honores de esta casa que es la suya.
Estos son los votos del Perú y El Comercio se ha hecho un deber en traducirlos.