Cotler es considerado uno de los pensadores peruanos más destacados de nuestro tiempo. Foto: El Comercio.
Cotler es considerado uno de los pensadores peruanos más destacados de nuestro tiempo. Foto: El Comercio.
Jorge Paredes Laos

A propósito del sensible fallecimiento del intelectual peruano a los 86 años, recordamos este análisis del 2018 a su mayor obra, "Clases, estado y nación en el Perú":

A fines de los años 70, el Perú parecía estar otra vez en el abismo. La dictadura militar llegaba a su fin en medio de una profunda crisis económica y social, y, aunque se vislumbraba ya una salida democrática con la creación de una Asamblea Constituyente, en la historia de larga duración se reproducían los males de siempre: el centralismo, el autoritarismo, el militarismo, el empobrecimiento y la exclusión de vastos sectores de la población, el deterioro de las instituciones democráticas y la imposibilidad de la clase política para enfrentar o solucionar estos problemas. En ese escenario sombrío apareció un libro revelador que trataba de entender el país desde las raíces de su propia historia.

Esa publicación se titulaba Clases, Estado y nación en el Perú y su autor era Julio Cotler, un antropólogo, sociólogo y politólogo peruano, que había sido deportado por el gobierno militar a México, y que —siguiendo las palabras de Leopoldo Zea: “Este pasado nuestro aún no se convierte en auténtico pasado, sigue siendo un presente que no se decide a ser historia”— había acometido la tarea de develar lo que había de permanente en nuestra sociedad, en esas formas y mentalidades coloniales que nos habían convertido —como diría Basadre— en una tierra de oportunidades perdidas.

Años antes, en 1966, Cotler se había incorporado al recién fundado Instituto de Estudios Peruanos (IEP), y en medio de la efervescencia de la crisis política que parecía devorar al gobierno del arquitecto Fernando Belaunde —y que terminó con el golpe militar del general Velasco Alvarado— hizo circular un proyecto de investigación titulado “La mecánica de la dominación tradicional y el cambio social”, que era un estudio preliminar para un trabajo de mayor aliento. Con la llegada al poder de los militares, el propio Cotler entendió que para explicar el presente debía escarbar mucho más en el pasado, en eso que entonces llamó la “herencia colonial” y su pesada red de relaciones patrimoniales y desiguales que no se habían agotado con la República; sino, por el contrario, se habían reproducido en diversos momentos de la vida nacional.

Ahí estaba el meollo de un libro que 40 años después mantiene su vigencia, a pesar de que las teorías de la dominación hayan perdido pertinencia para explicar el Perú contemporáneo.

Dividido en siete capítulos, el libro retrocede hasta los años de la conquista para explicar el Perú de los años setenta.
Dividido en siete capítulos, el libro retrocede hasta los años de la conquista para explicar el Perú de los años setenta.

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Lo que presenta Clases, Estado y nación en el Perú es un recorrido crítico por nuestra historia, desde la configuración de la estructura colonial, cuando “el rey concedió a sus súbditos españoles la atribución de administrar su patrimonio particular”, es decir, las tierras conquistadas en su nombre y las poblaciones que residían en ellas, y se generó una relación clientelista de unos pocos afortunados por su pureza de sangre —los viejos cristianos conquistadores— con el poder. Una relación que se fue reproduciendo a lo largo de los siglos con corregidores, intendentes, clérigos, hacendados, caciques y militares, en una sociedad dividida en estamentos, en la que los de arriba dominaban a los de abajo. Lo que encuentra Cotler es que estas relaciones no se terminaron con la Colonia, sino que se restablecieron —con formas y actores distintos— durante el siglo XIX y gran parte del XX hasta llegar a ese convulsionado país de los años 70. En palabras de Cotler no hubo una “ruptura estructural” que marcara un antes y un después en la sociedad peruana, sino una continuidad casi anacrónica.

Obviamente, el libro no vislumbra la hecatombe terrorista ni el régimen autoritario que vino después; sin embargo, permanecen incólumes su persistencia por entender el Perú y su pedido de institucionalizar el país en favor de los excluidos. Como rememoró el propio Cotler en el prólogo de una edición del 2005 y que se reprodujo en esta de aniversario: “... entonces creía que una transformación social inspirada en alguna de las vertientes del marxismo podía resolver dichas carencias; pero las múltiples evidencias de las barbaries cometidas por los regímenes totalitarios motivó que descartara dicha creencia y me sumara a los que postulaban la urgencia de arraigar instituciones democráticas capaces de distribuir equitativamente los recursos sociales y del poder. De lo contrario, como se ha mostrado repetidamente, el desprestigio de la política y de los políticos puede desembocar en vías autoritarias que intensifiquen las violaciones de los derechos humanos de los pobres, excluidos y marginados del Estado; la corrupción y la decadencia moral; el empobrecimiento y el desaliento general”.

Para ver:
Con total lucidez Julio Cotler hizo un análisis de la realidad del mundo y la importancia de la institucionalidad.

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