LIMA, 24 DE ABRIL DEL 2013

ENTREVISTA AL ARTISTA RAFAEL HASTINGS EN SU CASA.

FOTO: KAREN ZARATE / EL COMERCIO
LIMA, 24 DE ABRIL DEL 2013 ENTREVISTA AL ARTISTA RAFAEL HASTINGS EN SU CASA. FOTO: KAREN ZARATE / EL COMERCIO
/ KAREN ZARATE
José-Carlos Mariátegui

El pasado 29 de marzo, en medio de la obligatoria cuarentena por el coronavirus, falleció . Su obra fue expresión de su vasto interés multidisciplinar en pintura, dibujo, cine, performance, coreografía, poesía y literatura. Esta breve nota es un homenaje a su memoria y explora su trabajo en cine y video, donde Hastings fue uno de los pioneros en experimentar con la imagen en movimiento en las artes visuales en el Perú.

Hastings fue un cosmopolita precoz. Durante su segundo año de estudios de Letras en la Universidad Católica, gracias a una beca, realizó un viaje al estado de Israel —que tenía menos de dos décadas de formación—. A su regreso a Lima, decidió emigrar a Bélgica donde tras un breve paso por Lovaina, continuó estudios en la Real Academia de Bellas Artes de Bruselas. Su ánima cosmopolita, humanista e irreverente se cultivó de la amistad con grandes artistas e intelectuales que influyeron en su formación, como Maurice Béjart —uno de los renovadores de la coreografía contemporánea— y el escritor y director de cine François Weyergans, cuyo primer film fue casualmente sobre Béjart.

Rafael Hastings.
Rafael Hastings.

Su incursión en el video

La primera exposición de Hastings en Bruselas —con tan solo 22 años— fue presentada por Jean-Luc Godard y Béjart. En ese entonces el uso artístico y experimental del video ya empezaba a tener acogida, y Hastings empezó a hacer pequeños experimentos con secuencias de primeros planos de rostros. En 1969, mientras estudió en el Royal College of Art de Londres, exhibió en la galería de Clytie Jessop —conocida también como artista, guionista y directora de cine—. En el texto de invitación a la muestra, Jean-Luc Godard escribe “Las obras de Hastings son piezas de la vida que han salido del sistema —de lo bueno y lo malo, la belleza y la fealdad, lo correcto y lo incorrecto. Al fijar un momento de la vida, deja a un lado de insistir en ´valores´—. Me doy cuenta de esto, tan solo porque quizá soy consciente de que lo único que disfruta es el acto de pintar”.

A su regreso a Lima, a inicios de los años setenta, Hastings desarrolló varios proyectos audiovisuales y estableció contacto con Jorge Glusberg, fundador del Centro de Arte y Comunicación de Buenos Aires (CAyC), que impulsaba en ese momento la internacionalización del arte y video latinoamericano, lo que permitió la circulación de sus trabajos por museos y centros culturales de todo el mundo.

El Canto de la tierra, Das Lied von Der Erde (1978). Foto: Jose-Carlos Mariategui (Archivos)
El Canto de la tierra, Das Lied von Der Erde (1978). Foto: Jose-Carlos Mariategui (Archivos)

Antes que Warhol

Uno de sus primeros videos, titulado What do you know about fashion?, consistía en un “detrás de cámara” de situaciones inadvertidas que transcurren durante un desfile de modas intercaladas con textos en inglés que enfatizaban una observación crítica e irónica. Hastings realizó este trabajo un lustro antes de que Andy Warhol produjese la serie de TV Fashion (1979), que también retrataba la fabricación de la belleza y la vida cotidiana del mundo del modelaje.

Muchos de los trabajos en video de Hastings denotaban situaciones personales, cotidianas y espontáneas que son recompuestas a partir del uso de técnicas de cine y video. We are not a family comprendía un recorrido —bajo la técnica de stop motion— por los diferentes espacios de su casa antes y después de que esta fuera arrasada por un terremoto. Hola Soledad consistía en tres tomas donde capturó de manera espontánea el enfrentamiento —casi absurdo— entre un enfermo mental callejero y un cojo. El tema musical Hola Soledad, de Palito Ortega, popularizado en aquel entonces por el cubano Rolando Laserie, fue escogido como fondo musical y título de la obra.

Peruvian Born es una alegoría a la vida mediante los primeros años de vida de su hija Aiñari. Lo empezó a filmar en 1972, cuando su esposa, la coreógrafa Yvonne von Mollendorff, estaba aun embarazada, y lo concluyó en 1978. Las etapas de vida son registradas en video y se superponen con el rostro asombrado de la niña mientras observa el avance de su propio desarrollo. En 1978, Hastings también trabajó el uso de efectos de video, novedosos para aquel entonces, como la técnica del “Chroma Key” que permite alterar el fondo de una imagen y reemplazarlo con superposiciones de otras imágenes.

En el video Peruvian superpone varias versiones del rostro de su amigo, el músico y percusionista Manongo Mujica, mostrando las muchas otras imágenes que pueden derivar de un único registro. En la misma línea, Das Lied von Der Erde (El canto de la Tierra), es una coreografía del cuerpo del actor Ricardo Santa Cruz superpuesto por efecto de ‘Chroma’ sobre otras partes de su cuerpo, como el brazo y el puño. Las imágenes superpuestas del actor se presentan sobre un fondo de paisajes de la ciudad de Toulouse en un intento precoz de poesía visual.

Rafael Hastings, Peruvian born (1972-1978). Foto: Jose-Carlos Mariategui (Archivos)
Rafael Hastings, Peruvian born (1972-1978). Foto: Jose-Carlos Mariategui (Archivos)

Su presencia en el cine

Desde su regreso al Perú Hastings merodeó la idea de hacer un largometraje. Anthologies fue un primer proyecto que quedó trunco, aunque fue presentado en un formato similar al de un videoclip de cinco minutos y se tiene documentado que se vio internacionalmente.

Finalmente, en 1974 realizó cuatro películas en 35 mm, que giraban en relación con la muerte y el hecho de desaparecer, pero articuladas a partir de una exploración por las culturas precolombinas, en clara crítica a las nociones enraizadas en el pensamiento occidental. El proyecto, inicialmente denominado Las islas de los bienaventurados demandó un viaje por espacio de un mes, desde Tacna a Tumbes. Integraban su equipo, Jorge Vignatti, Manongo Mujica, Fernando Llosa Porras, entre otros.

Hastings elaboró un “diario de filmación”, una suerte de guion poético con recortes y anotaciones de tipos de tomas y que fue enriquecido con dibujos durante el rodaje. Esta forma de filmación —sin un guion completamente definido— le permitía capturar el momento de forma vivencial y espontánea expandiendo la narrativa audiovisual durante el recorrido. Acercamientos extremos, close-ups, cámara lenta, tiempos de exposición, cuadros por segundos y otros datos de técnicas cinematográficas permitían vislumbrar el momento-instante de lo que Walter Benjamin llamaba el “inconsciente óptico”.

Como parte de este proyecto Hastings elaboró cuatro mediometrajes que se integraban formando una suerte de largometraje. La película fue presentada en Lima, en el Cine Roma, a un público compuesto en su mayoría por amigos, y luego se presentó en Nueva York. Sin embargo, el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada no le permitió su exhibición en salas comerciales.

Algunos de los trabajos audiovisuales de Rafael Hastings que hemos intentado relatar permanecen con paradero incierto y la información acerca de su contenido está basada en valiosos testimonios e investigación en archivos en el Perú y el extranjero. Su sorpresiva partida nos deja con una tarea grande, con muchas preguntas aún por responder y nos obliga a seguir explorando y descubriendo los rastros que ha dejado su rica y plurifacética producción.


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