El candidato presidencial Hernando de Soto (Avanza País) recorrió Cusco entre el miércoles y el jueves como parte de sus actividades proselitistas hacia las elecciones generales del 11 de abril. En el trayecto, lo persiguieron consultas sobre su vacunación, a la que accedió en Houston, Texas, Estados Unidos.
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En los diferentes tramos de su itinerario, De Soto fue abordado por periodistas que le lanzaron una que otra pregunta sobre el contexto de la inmunización. Además, participó en entrevistas radiales donde también respondió de manera escueta por este punto. Sin embargo, no fue del todo preciso. De momento, lo que ha señalado es que pagó por su inoculación y que no necesitó de residencia estadounidense.
“Lo que hicimos es pagar nuestra ‘vacunita’ y, como ven ustedes, nos hemos vacunado cuando ya en el Perú estaban vacunando a personas de mi edad, cosa que estaba perfectamente dentro de las normas”, declaró a radio Salkantay.
Posteriormente, a la salida de un hotel, amplió el dato con el supuesto costo: “70 soles. Cuesta menos una vacuna y traer una vacuna que hacer un test molecular en el Perú. Es, pues, una desgracia”. Horas después, diría que el cálculo era de unos “15 o 20 dólares”.
Con respecto a si requirió de algún documento de residencia, el candidato declaró en la Plaza San Cristóbal que “no es cierto. Lo que le interesa a los Estados Unidos es que cualquier persona de cualquier país que esté ahí dentro no contagie. (...) Se vacuna a cualquier persona, según el estado, que está ahí”.
Cabe recordar que, la tarde del miércoles, cuando confirmó la vacunación, había dicho ignorar la marca de la fórmula. “¿Sabe usted que no sé?”, respondió a una periodista desde el aeropuerto del Cusco. “Sencillamente, me la ofrecieron. Y, por supuesto, porque tenía que visitar Estados Unidos por otra razón, me la pusieron ahí”.
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Aquel día, también había indicado que su acceso se dio “por medio del sector privado. No he sido asistido por ningún gobierno. [Ha sido] con el mercado privado, que yo he tratado de abrir para todo el mundo”.
La vacuna es gratuita, aunque se consiga en el sector privado
El Comercio se contactó con el Departamento Estatal de Servicios de Salud de Texas, a fin de conocer cómo es el proceso de acceso a una vacuna en ese estado para una persona no nacionalizada ni residente. Douglas Loveday, oficial de prensa de esa oficina gubernamental enfatizó que no existen precios sobre la fórmula y que, lo más probable, es que los centros privados de salud añadan costos administrativos al trámite, pero que no se trata de un pago por la vacuna. Dicha información coincide con la que difunde el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
“No hay costos a cubrir por recibir la vacuna. Los proveedores pueden cobrar por una cuota administrativa, pero eso es otra cosa. No hay ningún precio para la vacuna. Y para quienes no tienen seguro médico tampoco existe un costo en absoluto”, dijo el funcionario.
Loveday aclaró que el gobierno federal de Texas es el que administra las vacunas y que el plan de vacunación apunta a quienes residen en el estado. “Las personas que no son ciudadanas estadounidenses y que viajan a Texas como turistas no pueden acceder a la vacuna contra el COVID-19. Las dosis que Texas distribuye desde el gobierno federal están destinadas a las personas que viven en Texas o que se quedan un tiempo considerable aquí; por ejemplo, quienes viven en estados aledaños -Louisiana, Nuevo México, Oklahoma- y que trabajan en Texas”, señaló.
Sin embargo, otra fuente oficial -que prefirió reserva de su identidad- reconoció que aquella regla puede ser flexible y que “no hay un requerimiento estricto de residencia, sino que la distribución está pensada para las personas que viven, trabajan o pasan regular tiempo en Texas”.
Otra fuente de ese estado coincidió en explicar a este Diario que no hay una exigencia formal de ciudadanía o residencia y que, en la práctica, cualquier persona elegible en este momento -por avanzada edad, por ejemplo- puede ser inmunizada.
En la jurisdicción de Texas únicamente se vienen aplicando las vacunas de Pfizer, Moderna (ambas de doble dosis) y Johnson & Johnson (de una dosis). Una de las fuentes señaló que, en consideración a las fechas de viaje de De Soto, “diría que accedió a la de Pfizer, pues esta requiere de un espacio de tres semanas entre una y otra dosis. La de Moderna requiere 28 días de espera”.
Por otro lado, la fuente comentó que es probable que una persona no capte qué marca de vacuna le aplican, aunque siempre se lo informan. “Siempre te informan qué vacuna te están suministrando, pero algunas personas no prestan atención. Sin embargo, usualmente te dan una cartilla donde te especifican qué fórmula es. Puede que los proveedores privados operen distinto, pero no creo que omitan proporcionar ese dato”, añadió.
El candidato respondió a El Comercio
De Soto accedió a una breve entrevista con Melissa Valdivia, corresponsal de este Diario, al finalizar sus actividades en Cusco, la noche del jueves:
—¿Por qué tomó la decisión de vacunarse en Estados Unidos?
“No tengo problema con 15 dólares. No tengo problema con 20 dólares. Era, sencillamente, que eso es lo que me costó. Y una vacuna acá era una vacuna que era retirada a un peruano. Yo no quería estar endeudado con el país por haber tenido el privilegio de principios de marzo, de que todas las personas de mi edad tienen acceso a ella [la vacuna]. Eso es todo. Yo preferí ir afuera y pagar 20 dólares”.
—Existe información de ese país que señala que la vacuna es gratuita...
“No… Qué va a ser gratuita...”.
—¿En qué centro se vacunó?
“Yo no puedo dar esa información porque, entonces, estaría dando información que inclusive el derecho americano protege. No puedo hacer eso”.
—Al margen del nombre del lugar, ¿es un ente privado?
“Yo prefiero no entrar en eso...”.
—¿Sigue sin conocer el laboratorio al que corresponde la fórmula que le inocularon?
“Yo ni sabía esta mañana cuál era. No sabía cuál era. No sé. Averiguaré y le contaré. Si usted me pregunta ahora qué pastillas tomo para dormir, qué marca para el dolor de cabeza o si tomo alguna vitamina, no tengo la menor idea de cuál laboratorio viene. La verdad es que no sé”.
—¿Por qué no esperar en Perú a la vacuna?
“Porque era un argumento básicamente político. Y es que al Estado le he estado pidiendo hace tiempo que le dé la vacuna a los peruanos, aunque sea administrada privadamente o por comunidad, cuando decida por fin hacerlo, yo no quiero parecer que yo he sido uno de los primeros puestos en la cola”.
Los daños a su candidatura
Politólogos consultados por El Comercio compartieron sus impresiones sobre el costo de las inconsistencias de De Soto en este último tramo de la campaña. Para Omar Awapara, la confirmación tardía de su vacunación es un pico notorio en la disfuncionalidad política del candidato de Avanza País.
“Yo creo que De Soto había apostado por subirse a una campaña presidencial confiado en su trayectoria o su renombre internacional. Pero, evidentemente, es un candidato que se enreda en sus contradicciones y al que le cuesta expresar sus actos con contundencia. Lo que impacta más no es tanto el uso de un privilegio al vacunarse, sino la falta de transparencia y manejo político desde el inicio”, estimó Awapara.
Por su parte, el también politólogo Paolo Sosa coincidió en que el postulante ha encabezado una campaña política rodeado de técnicos que no aportan comunicacionalmente y que suele improvisar tanto al enfrascarse en problemas como al buscar superarlos. Según refiere, la vacunación consagra en “sistemáticos” sus errores.
“Parece no tener un núcleo de campaña, con escuderos, con personas que respalden y hagan control de daños. Lo de la vacunación no es la primera inconsistencia en su campaña. Eso habla de algo más profundo: que es un candidato presidencial sin equipo y que no tiene control sobre su figura política. Es una campaña solitaria, básicamente. Hay toda una improvisación muy manifiesta y esa es una debilidad que otros rivales pueden aprovechar”.
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La politóloga Kathy Zegarra resalta el perjuicio electoral que la falta de estrategia causa en el candidato: “Creo que incluso no le hubiera sido tan costoso políticamente si hubiera dicho la verdad, si hubiera informado antes sobre sus justificaciones para vacunarse, como ser de edad avanzada, por ejemplo. Creo que una cosa que los peruanos rechazan con mayor facilidad -sobre todo, en esta coyuntura- es la mentira o el ocultamiento. El mayor problema para De Soto está ahí, en no haber sido claro y transparente, y carga con eso a pocos días de la elección”.
Con respecto al impacto de la vacunación en los votos de De Soto, Paolo Sosa explica que el tema no necesariamente será determinante, siempre y cuando el candidato logre posicionar un mensaje que haga más comprensible su decisión.
“Las lecturas que pueda hacer el electorado -de indignación o de empatía hacia De Soto- son lecturas que pueden resultar tangenciales. Yo creo que el verdadero reto de Hernando de Soto es sacudirse la comparación que se le puede hacer con Pedro Pablo Kuczynski. A este paso, con todo lo ocurrido y con su perfil, tiene todas las figuritas para presentarse como un candidato parecido a PPK: supuestamente preparado y connotado, pero también improvisado, inconsistente, y que se contradice a sí mismo. Eso es lo que puede arruinarle la campaña. Digamos que lo que ha estado haciendo alimenta esa imagen”, advierte Sosa.
Para Awapara, los traspiés del candidato -y el ocultamiento de la vacunación como uno de los más saltantes- se traducen en una confrontación de De Soto consigo mismo. Y, al momento del voto, podría pesar la descalificación hacia sus contradicciones.
“Cuando él sale de su narrativa de ‘economista reconocido y de fama mundial’, se complica muchísimo. ¿Cómo afecta esto a su candidatura? De alguna manera, estos consecutivos problemas le generan noticia y cobertura mediática y, entonces, los electores tienen la evolución completa. Creo que sus votantes menos indecisos pueden recurrir a una lectura más empática, en la que no pese mucho la vacunación como escándalo. Pero sí habrá otros que lo encuentren inadmisible y contradictorio y eso, definitivamente, resta puntos”, expresó.
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