Héctor Solís lidera la cocina del restaurante Fiesta en Lima, bajo el lema "El producto no es negociable", por una gastronomía chiclayana honesta y en evolución.
Héctor Solís lidera la cocina del restaurante Fiesta en Lima, bajo el lema "El producto no es negociable", por una gastronomía chiclayana honesta y en evolución.
Catherine Contreras

No es un candidato en campaña, pero su lema es tan directo y claro que apela a ese ser político que llevamos dentro, porque está asociado a la repercusión que tiene cada una de las decisiones que tomamos: “El producto no es negociable”. Con esta frase potente, Héctor Solís empezó a anunciar unas semana atrás el regreso de Fiesta, su restaurante, el que le puso mantel blanco a la cocina chiclayana en Lima. Un lema que nace, según explica el cocinero moche, de una decisión tomada años atrás: “La cocina de mi región, la que visualizo, es una que evoluciona con el tiempo pero desde sus productos, y para hacer una cocina de primer nivel tienes que tener un buen insumo, no hay otra condición”. Lo que se traduce en transparencia y honestidad, y en esa pasión que es el empuje de la cocina regional.

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