Uno de los principales insumos de la canasta familiar puede ser suficiente para cocinar cinco recetas diferentes en casa. El cocinero Renato Peralta presenta estas opciones de menú familiar para aprovechar cada parte de un pollo entero.
Con los muslos: es la parte más jugosa de esta ave y tiene un sabor intenso, que puede realzarse con hierbas aromáticas como romero o tomillo.
Se debe tener en cuenta que, por su firmeza, necesita mayor tiempo de cocción a comparación de la pechuga.
Pruebe prepararlas al horno con solo un chorro de limón, o con aderezo anticuchero para lograr las mejores brochetas.
Con la pechuga: tiene un bajo nivel calórico y es un producto recurrente en la preparación de platos.
Para evitar que esté seca, se recomienda marinarla con leche o yogurt junto a especias unas horas antes de prepararla. Además, su tamaño permite que puedan estar rellenas: un corte horizontal en uno de sus lados, agregar queso, tomate, guindones, aceitunas o lo que uno guste, se cierra con mondadientes, a la sartén y listo.
Con las alitas: están compuestas de tres secciones o partes. Se recomienda utilizar las dos primeras, más cercanas a la pechuga, en la preparación de platos o piqueos; y la tercera o la punta en caldos para darle mayor gusto. Son buenos aperitivos para reuniones y se pueden acompañar con papas, ensalada o arroz.
Con la menudencia: es esencial para toda buena sopa. Tiene un enorme potencial en la cocina y es la parte que menos cuesta. Renato Perlata destaca a la molleja, ya que, por su textura y sabor, puede sustituir a la carne de res en algunos platos, como la “molleja saltada” o el arroz tapado.
Con la carcasa: tiene un importante valor culinario, pues es capaz de darle un toque especial y un sabor más intenso a los caldos. Si estos se complementan con verduras, arroz y papas, puede convertirse en un plato completo y nutritivo. Es fácil encontrarla en todo buen mercado a un precio realmente económico.
MÁS SOBRE GASTRONOMÍA