Y al tercer día, no resucitó. Ezequiel Ataucusi Gamonal había fallecido el 21 de junio del 2000 y sus fieles esperaban ver realizada la promesa divina: que a su muerte física resucitaría. Los miembros de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal esperaban ansiosos el retorno de quien creían era el mesías. Solo guardaron el cuerpo del patriarca barbado en un mausoleo de Cieneguilla, esa era su ofrenda a Dios como el sacrificio del cordero los sábados.
El mesías inca pasó los dos últimos meses de su vida hospitalizado por una enfermedad renal. Luis Achahui, personero del Frente Popular Agrícola del Perú (Frepap) –brazo político de los Israelitas-, anunciaba a la prensa que su principal pastor había fallecido. Pero los seguidores no lloraban. Hombres y mujeres de túnica permanecían tranquilos, pues guardaban la esperanza de que su líder volvería.
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