Cinco distritos sufrirían inundaciones por caudal del río Rímac

Miguel Neyra / Juan Guillermo Lara / Pierina Chicoma Castro

El caudal del río Rímac que recorre Lima y Callao se incrementará considerablemente en los próximos días debido a las lluvias que se registran en la sierra de la región. Así lo pronostica el Senamhi, organismo que ayer informó que las precipitaciones serán moderadas desde hoy hasta el sábado.

Jorge Carranza, ingeniero de la Dirección de Hidrología Operativa del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología, informó que la noche del último lunes, tras varias horas de lluvia, el caudal del río a la altura de Chosica llegó a 107 m3 /s, cuando lo normal en esta época es que tenga 56 m3 /s.

Vecinos de temen desborde por crecida de río Rímac — Sociedad El Comercio (@sociedad_ECpe)

Actualmente, el Senamhi mantiene la alerta naranja en el río Rímac, la segunda en una escala de tres colores que culmina con el rojo.

“El río está llegando a niveles que no se veían hace varios años. Estamos seguros de que con las precipitaciones de los próximos días se superarán fácilmente los 110 m3 /s en el caudal. De suceder eso se declarará la alerta roja”, indicó.

Los desbordes ocurrirán si el caudal del río llega a los 120 m3 /s. Eso sucedió durante el fenómeno de El Niño de 1998, uno de los más fuertes que se recuerdan, cuando se reportaron 120,61 m3 /s en el torrente del Río Hablador.

En el estudio “Peligros geológicos en el área de Lima Metropolitana y la región Callao”, del Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (Ingemmet), presentado a finales del 2015, se advierte que varios sectores de al menos cuatro distritos de Lima Metropolitana están en alto riesgo de sufrir una inundación si hubiera desbordes en el río Rímac. Estos son Chosica (Carapongo), Chaclacayo (Huampaní), San Martín de Porres (San Diego) y Ate (Pariachi-Santa Clara). Gambetta, en Carmen de la Legua, en el Callao, también es vulnerable. 

“No solo está el peligro de los desbordes, también podría haber erosiones fluviales [cuando el río socava sus riberas] que pondrían en riesgo a las personas que viven en las laderas del río”, explicó Sandra Villacorta, ingeniera de la Dirección de Geología Ambiental y Riesgo Geológico del Ingemmet.

Para la experta, el país tendría que estar mejor preparado para mitigar los efectos de estos fenómenos. “Se deberían estudiar los eventos antiguos que causaron inundaciones y no solo los más recientes. Además, hacen falta más estaciones meteorológicas para pronosticar con mayor anticipación las lluvias en la región”, aseveró.

LO BUENO DE LAS LLUVIAS

A inicios de febrero, antes del inicio de las lluvias, se temía que Lima iba a sufrir racionamientos de agua. Esto ayer fue descartado por el ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Francisco Dumler, durante una visita a la planta de tratamiento de La Atarjea, en El Agustino.

En ese lugar, el cauce del río ayer se encontraba en 90 m3 /s, cuando el año pasado, en la misma fecha, solo era la tercera parte. “No habrá racionamiento de agua. Los reservorios están a un 70% de su capacidad. Tenemos 225 millones de m3 , de un total de 330”, dijo.

Las dos bocatomas de La Atarjea, ubicadas en las márgenes del río, reciben mayor cantidad de agua, pero también aumenta la turbiedad. “Entre diciembre y abril la planta soporta una sobrecarga de sedimentos, pero estamos preparados”, señaló Dumler.

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