Cuatro vehículos, 10 sicarios y un plan elaborado a la perfección. Así fue la ‘operación Carlos Burgos’ según narró Juan Carlos Tomás Almendradis, chofer de uno de los vehículos que movilizó a los asesinos del hijo del alcalde de San Juan de Lurigancho.
Él señaló que el objetivo, aquella sangrienta madrugada del domingo 16 de febrero, era asesinar a Carlos Enrique Burgos Gonzales “a cualquier costo”. Así se lo escuchó decir a los hombres que lo amenazaron durante la huida.
Durante la inspección ocular realizada ayer en las inmediaciones de la discoteca ‘Perikos’, en San Juan de Lurigancho, el chofer narró detalles del crimen.
Según comentan agentes de la Dirincri a El Comercio, Tomás Almendradis negó que haya participado en el planeamiento del crimen. Aseguró que “por el trabajito” le pagaron 50 soles. Este consistía en llevarlos hasta la discoteca, esperar y luego llevarlos de regreso.
“Me llevaron diciendo que tenía que movilizar a señoritas y luego recogerlas. Ya cuando vi y escuché los disparos, quise irme pero no me dejaron. Me amenazaron con una pistola”, dijo.
DIEZ ASESINOS
El hombre reveló que la combi que manejaba llegó al lugar poco después de las 4:00 a.m. Permaneció con varios sujetos dentro del vehículo hasta que, una hora después, se desató el tiroteo. Más de 10 hombres realizaron disparos.
“Parecían fuegos artificiales”, dijo Tomás Almendradis al describir las ráfagas de fuego. Dice haber escuchado al menos 20 disparos.
Añadió que los hombres comentaron que otros dos vehículos participaron en este plan. Esta versión coincide con visto en los videos de seguridad de la discoteca en donde se ve la fuga de los asesinos en autos modelo station wagon.
En su edición de hoy, el diario “Ojo” señala que “Sí o sí iban a asesinar al hijo del alcalde. Si no lo mataban en la discoteca y Carlos Burgos lograba huir, la combi iba a servir como barrera para impedir la fuga”. Este testimonio fue brindado por una fuente policial.