"El karma de la Costa Verde", por Jorge Ruiz de Somocurcio
"El karma de la Costa Verde", por Jorge Ruiz de Somocurcio

ha llegado a un punto de inflexión en su evolución como ciudad que la enfrenta, de un lado, al reto de ingresar al camino de una ciudad moderna y estructurada, con valores de convivencia, sostenible e inclusiva; o de otro lado quedar atrapada en el urbanismo de la pobreza e informalidad, seguir siendo desordenada, con grandes desigualdades, depredadora de sus recursos, donde campea la ley de la selva.

Esto genera un conflicto entre dos corrientes. La primera, que propugna decisiones que cambien el “dejar hacer, dejar pasar”, redefinan las formas de gobierno y planifiquen el crecimiento y desarrollo, representada por segmentos de la sociedad civil, algunos alcaldes y un sector moderno del empresariado. La segunda, dirigida a paliar simplemente lo existente, representada por la mayoría de alcaldes distritales, poderes conservadores del Estado y un sector privado (como los transportistas) venal y facilista.
Esta contradicción se materializa en algunos espacios de la ciudad que se convierten en campo de batalla.

Uno de ellos es la (CV). Hasta hace unas décadas, apacible playa popular y de deportistas y corredor vial norte-sur con un balcón sobre el mar en la zona superior.

Hoy,  atrapada entre la exclusividad de restaurantes, clubes privados, viviendas de alto estándar en la zona alta y pugnas para ser el espacio público, lúdico, cultural y recreativo que la ciudad no tiene. ¿Por dónde empezar a resolver el conflicto?

1. Un proceso de consultas a instancias ciudadanas involucradas como deportistas, pescadores, residentes, comerciantes, inversionistas, municipios que aporten en la construcción de la imagen-objetivo, que ya tiene algunos contenidos estructuradores: ganar terreno al mar, playa a lo largo de todo el litoral,  espacio público con equipamiento y facilidades para su uso todo el año. Convocatoria a las alianzas público-privadas. Integrar la ciudad superior. Diseñar un nuevo borde costero con el material removido para la línea 2 del metro. Estrechar la relación con el Callao. Especialistas aseguran que en 3 años toda la CV pueda estar arenada.

2. Un estudio solvente del ecosistema marino de borde que le dé factibilidad a la imagen-objetivo.

3. Un plan de contingencia que implique recuperar todas las áreas residuales desde La Herradura hasta Barranco y exigir el cumplimiento de sus obligaciones a los concesionarios en ellas, instalados en más de 20 ha de las 300 de la CV.

4. Formular un plan maestro que sea el gran acuerdo por la CV con el compromiso de cumplimiento de alcaldes.

Los Juegos Panamericanos  del 2019 podrían ser la oportunidad que gatille el desarrollo de la CV, con la Villa Olímpica en La Herradura, y deportes náuticos y de tierra desde Miraflores hasta La Punta. Esta decisión movilizaría inversión privada que puede hacer realidad todos los usos públicos en los 20 km de la CV. ¿Quién lidera la gestión de todo lo anterior? El gobierno metropolitano, inequívocamente.

Contenido sugerido

Contenido GEC