Gladys Pereyra Colchado

La casa de Miriam Arce vive entre dos realidades. Si desde el frontis mira hacia el mar de Chancay, a su espalda una lona verde la separa de la pesadilla que ha sido para ella la construcción del megapuerto. Junto a sus vecinos y representantes de 100 asociaciones, creó un Frente de Defensa para denunciar afectaciones en sus propiedades. Empezó con denuncias por daños visibles en sus casas (rajaduras, polvo y el ruido incesante), pero ahora hay otro problema aún peor que nadie parece querer ver: una ciudad donde la delincuencia está ganando terreno.

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