En el centro, el empresario Richard Huaraca mientras reparte aves y huevos de corral a 12 ollas comunes de Villa María del Triunfo. (Foto: Renzo Salazar/ GEC)
En el centro, el empresario Richard Huaraca mientras reparte aves y huevos de corral a 12 ollas comunes de Villa María del Triunfo. (Foto: Renzo Salazar/ GEC)
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Yasmin Rosas

En sus 50 años de vida, Richard Huaraca Gutiérrez nunca pensó que atravesaría una crisis que en 11 meses traería abajo lo que construyó durante las últimas dos décadas. Y es que desde que comenzó el estado de emergencia por la pandemia del , el empresario avícola ha perdido más de 50 mil aves de su criadero en Lurín. A eso, se le suman los huevos de estos ejemplares que llegaban a ser hasta 45 mil por día.

En medio de la adversidad y del trago amargo de ver su negocio en caída libre, Richard optó por regalar gran parte de sus animales a los más desfavorecidos. Es así cómo en marzo del 2020 empezó a correrse la voz de que “el señor de las codornices” entregaba aves y huevos de corral a todo aquel que lo contactara. “En un día regalamos unas 9 mil aves y 30 mil huevos a todos los vecinos que se acercaron”, cuenta el empresario a El Comercio.

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Casi un año después, Huaraca Gutiérrez continúa con su labor solidaria, visitando ollas comunes, comedores populares y albergues de niños o ancianos. “Ahora que hay que mantener las defensas altas, yo entrego con gusto estas aves que son muy nutritivas. Son una fuente de energía que no se puede desperdiciar, eso sería una maldad. Si yo quiebro, quiebro con la frente en alto, con la satisfacción de haber hecho un esfuerzo para el bien colectivo”, dice el padre de cuatro hijos y orgulloso abuelo de dos niñas.

Solidario de pura sangre

Para Richard, hacer el bien sin mirar a quien no es algo novedoso. Haciendo cálculos rápidos, el empresario explica que desde los 16 años sentía el deseo de ayudar a los que menos tenían. En su natal Huancaray, distrito de Andahuaylas, recuerda haber apoyado con alimentos, calzado o vestimenta a niños y ancianos. “Mi familia no ha sido acaudalada y no siempre teníamos dinero en el bolsillo, pero sentía necesario compartir lo que tenía”, explica.

Con más edad y luego de un breve trabajo en la selva peruana, Huaraca se asentó en Lima. “El negocio de las codornices empezó por los noventa. Uno de mis hermanos comenzó con algunas aves y otros vendíamos los huevos en las calles. En ese entonces no se comían mucho y salíamos con las cocinas para hervirlos y hacer que la gente los pruebe”, dice el andahuaylino.

Es así cómo en marzo del 2020 empezó a correrse la voz de que “el señor de las codornices” entregaba aves y huevos de corral a todo aquel que lo contactara. “En un día regalamos unas 9 mil aves y 30 mil huevos a todos los vecinos que se acercaron”, cuenta el empresario a El Comercio. (Foto: Renzo Salazar/ GEC)
Es así cómo en marzo del 2020 empezó a correrse la voz de que “el señor de las codornices” entregaba aves y huevos de corral a todo aquel que lo contactara. “En un día regalamos unas 9 mil aves y 30 mil huevos a todos los vecinos que se acercaron”, cuenta el empresario a El Comercio. (Foto: Renzo Salazar/ GEC)
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Y con orgullo agrega: “Se puede decir que la familia Huaraca Gutiérrez fue la que diseñó las carretillas en las que actualmente se venden los huevos de codorniz. En ese tiempo ayudamos a muchas personas alquilándolos para que puedan tener un insumo de trabajo. Principalmente, los dábamos a muchachos que venían en busca de mejores oportunidades laborales o a madres solteras. Prácticamente, es una herramienta que ayuda a las personas trabajadoras y humildes”.

Objetivos claros

Richard Huaraca siempre soñó con ser ingeniero agrónomo, pero vicisitudes de la vida no dejaron que culmine sus estudios. El hombre trabaja desde que acabó el colegio y en base a esfuerzo y dedicación, junto con su familia, sacó adelante su negocio establecido en Lurín. Agropecuaria Danny es lo que más se acerca a sus anhelos de adolescente. “Con esto de cuidar a los animales siento como si parte de mi sueño profesional se habría cumplido. Yo tenía muchos planes en la cabeza, pero las cosas salieron diferentes. Ahora estoy aquí y me dedico a esto con mi familia”, reflexiona.

Contra su voluntad, la pandemia ha hecho que Richard prescinda de las personas que lo ayudaban a alimentar a las aves, recolectar los huevos y hacer las labores de limpieza. Ahora sus días empiezan a las 4 de la mañana con patos, gallinas y codornices. Dos horas más tarde, se sube a un vehículo para pasar el resto del día haciendo las entregas. “Tenemos huevos orgánicos de muy buena calidad y llegamos a todos los distritos”, enfatiza.

Casi un año después, Huaraca Gutiérrez continúa con su labor solidaria, visitando ollas comunes, comedores populares y albergues de niños o ancianos. Una de sus últimas entregas ayudó a 12 ollas comunes de VMT. (Foto: Renzo Salazar/GEC)
Casi un año después, Huaraca Gutiérrez continúa con su labor solidaria, visitando ollas comunes, comedores populares y albergues de niños o ancianos. Una de sus últimas entregas ayudó a 12 ollas comunes de VMT. (Foto: Renzo Salazar/GEC)
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Hay días en que su rutina cambia y se ocupa principalmente de llevar alimentos a las ollas comunes de zonas de Villa María del Triunfo, Villa El Salvador o San Juan de Lurigancho. “Hay que ser más humanos en esta vida. Creo que tengo que dejarle un mundo mejor a mi familia y demostrar que de las cosas malas, siempre sale algo bueno. Espero estar haciéndolo bien”, agrega en tono de gratitud.

Agropecuaria Danny cuenta con una página de Facebook en donde se pueden ver todos los productos que ofrece la familia Huaraca Gutiérrez. Los pedidos se realizan llamando al 96899-7477.

Otros solidarios

Diego Cáceres tiene 18 años y desde hace tres empezó a construir la ONG Asikunata Ruwastin (‘construir sonrisas’) que lleva alimentos y ropa, principalmente, a mujeres y niños de comunidades de escasos recursos en Lima. “Esto nació como una idea de amigos y poco a poco la volvimos realidad. Todos somos jóvenes con deseos de ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas”, dice Cáceres.

Bajo el lema “Más que una misión, un compromiso”, los 16 integrantes de la organización, todos jóvenes que recién están alcanzando la mayoría de edad, han redoblado los esfuerzos para poder continuar con su labor solidaria. Todos ellos son conscientes de que en el último año las cuarentenas y restricciones de movilidad han afectado los ingresos mensuales de muchos hogares. Es por ello que vienen recaudando fondos para comprar víveres no perecibles y entregarlos a cinco ollas comunes de Villa María del Triunfo, que en total cocinan para 125 personas. “La idea es asegurar los almuerzos y desayunos de algunas semanas. También hemos recolectado prendas para niños, porque en muchas de estas zonas el invierno es muy frío”, explica el joven.

Asikunata Ruwastin espera lograr su objetivo y entregar los alimentos el 20 de marzo.

Donaciones: BCP:19101951155062 / CCI: 00219110195115506255

Contacto: Ariana Zapata 96242-7192

Algunos integrantes de la ONG Asikunata Ruwastin durante una actividad en Carabayllo a fines del año pasado. La agrupación calcula que ha beneficiado a 500 personas con ayuda social. (Foto: ONG Asikunata Ruwastin)
Algunos integrantes de la ONG Asikunata Ruwastin durante una actividad en Carabayllo a fines del año pasado. La agrupación calcula que ha beneficiado a 500 personas con ayuda social. (Foto: ONG Asikunata Ruwastin)

Para atender las necesidades de los pacientes con COVID-19 y mitigar la escasez de oxígeno, Representaciones Martín S.A.C., empresa dedicada a la venta de materiales de construcción, instaló desde mediados de agosto del 2020 una planta de oxígeno en su sede del Parque Industrial, en Villa El Salvador.

“Gracias por estar a mi lado cuando más lo necesitaba”, “Estamos muy agradecidos con Martín por haber salvado a nuestro padre” y “No tenemos palabras para agradecer lo que hiciste por nosotros” son algunos de los comentarios que decenas de personas escriben en las redes sociales de la empresa como muestra de gratitud ante la entrega de oxígeno.

Para poder acceder a este beneficio gratuito se debe presentar el DNI original del paciente, la receta médica actualizada (original y copia) y un recibo de luz o agua original con la dirección actual del paciente. Vale indicar que cada balón de oxígeno ingresará a la planta sin manómetro y se deberá presentar una prueba hidrostática vigente del artefacto que sea no mayor que cinco años. Además, los trámites deben ser realizados por un familiar directo o una persona que cuente con una carta poder legalizada. Se estima que cada día Representaciones Martín abastece entre 60 y 100 balones de oxígeno.

Horario de atención: Recepción de balones de oxígeno: L-D de 7 a.m. a 12 m. / Recojo de balones de oxígeno: L-D de 7 a.m. a 5 p.m.

Dirección: Calle 3 Mz. G Lt. 6A-1, Parque Industrial, VES. Referencia: cruce de la Av. Pedro Huilca y Calle 3.



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