Policía no tiene cámaras en la Vía Expresa pese a asaltos - 1
Policía no tiene cámaras en la Vía Expresa pese a asaltos - 1
Luis Silva Nole

Poco antes de las 11 de la mañana del viernes 19 de este mes, la primera rampa de entrada a la de Paseo de la República, en el sentido sur-norte, después del cruce con la avenida Javier Prado, en La Victoria, carecía de vigilancia policial.

Dicha situación fue aprovechada por una banda de marcas para interceptar allí el auto en el que iba el empresario Carlos Augusto Becerra Meneses, a quien mataron a balazos para robarle US$70 mil que acababa de retirar de un banco.

Los delincuentes huyeron  por la misma Vía Expresa sin que la PNP ejecutase a tiempo el Plan Cerrojo que desde hace casi dos décadas mantiene como un POV (plan operativo vigente) para casos como ese.

Una semana después del asalto, el último de una larga lista de crímenes acaecidos en el zanjón en los últimos años, el general PNP José Figueroa Gonzales, jefe del Estado Mayor Operativo Zona Centro, de la Región Policial Lima, reconoce que ese día no hubo el resguardo suficiente en la Vía Expresa.

“Había una reducción considerable de asaltos en esta vía, por lo cual se destinó más personal policial para atender otras prioridades, como el estado de emergencia en el Callao. Además, normalmente asaltaban dentro de la Vía Expresa, como en el 2010, en el caso de la niña Romina. Por eso nos dedicamos a vigilar las rampas de salida. Pero ahora asaltan en las rampas de acceso”, refiere Figueroa.

El general hace un mea culpa. “El día del último asalto la voz de alerta demoró. El Plan Cerrojo se ejecutó, pero demasiado tarde porque los delincuentes ya habían salido de la Vía Expresa”, manifiesta.

La reacción policial
Vigilancia permanente en la Vía Expresa de Paseo de la República: la orden vino del despacho del ministro del Interior, José Luis Pérez Guadalupe, tras el asesinato de Becerra. “Algo falló. Hay un plan que se pone en marcha. Inspectoría está analizando qué pasó”, dijo hace una semana Pérez Guadalupe.

Según Figueroa, luego del mencionado atraco la PNP moviliza a diario más de 100 agentes para el resguardo de 42 puntos de la Vía Expresa. En un recorrido realizado a mitad de semana, El Comercio comprobó que hay agentes motorizados de las unidades de Tránsito y Los Halcones en la parte baja de cada rampa de entrada y salida (un agente por rampa).

Asimismo, hay agentes del Escuadrón de Emergencia debajo de puentes importantes (como Javier Prado) con camionetas. La vigilancia se realiza en dos turnos, de 6 a.m. a 11 p.m.

Figueroa detalla que la vigilancia es complementada en la parte superior de la vía, es decir, en la Av. Paseo de la República, con patrulleros de las comisarías de Petit Thouars, La Victoria, Lince, San Isidro, Miraflores, San Antonio, Surquillo y Barranco. Pero este Diario solo observó patrulleros de San Antonio, Miraflores y Surquillo, a la altura de los puentes Benavides, Angamos y Domingo Orué.

Planes a medias
El Plan Cerrojo, que falló el viernes 19, debe funcionar de esta manera: 1) El agente más cercano al hecho da la alerta por radio o teléfono a la central 105 de la PNP. 2) Se cierran los extremos de la vía (plaza Grau y Barranco) y se para el tránsito en ambos sentidos. 3) Se bloquean las rampas de salida más cercanas al punto del asalto (la idea es aislar el vehículo de los delincuentes). 4) Si la intervención requiere de expertos en combate urbano, se llama a la SUAT.

“Como Policía Nacional no tenemos cámaras de videovigilancia propias en la Vía Expresa.  Se harán los trámites para contar con ellas. Ya se encargó un estudio para saber dónde colocarlas. Y conversaremos con las municipalidades de Lima y de los distritos para ver cómo podemos sacar más utilidad a las de ellos”, acota el general.

Ninguna de las cámaras municipales ni las del Metropolitano están interconectadas de forma digital con la PNP.

Para el general en retiro Luis Montoya, ex director general de la PNP, recién se está ejecutando un plan de patrullaje en la Vía Expresa. “Pero el patrullaje bien estructurado debe ser en toda la ciudad para así recuperar el espacio ganado por la delincuencia. La central 105 no trabaja bien y la falta de un sistema de comunicación es una excusa porque hasta una empresa de taxi usa una aplicación de celular para distribuir sus unidades. Todo es cuestión de gestión y voluntad política”, dice Montoya.

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