Nunca pensó que solo tocar una caja de luz supuestamente en buen estado le causaría daño, pero bastó que se tropezara y tocara este aparato en el asentamiento humano Flor de Amancaes, en el Rímac, para que se produjera una explosión que le dejó quemaduras de tercer grado.
Ese es el testimonio de Gino Villa Valencia, un cobrador de combi que sufrió este accidente a pocos metros de su casa en el Rímac. La caja de luz ubicada en plena vía pública explotó y le causó quemaduras graves en la mano derecha (la cual usó para apoyarse) y en el tórax.
"Con el tropezón con una piedra me apoyé un rato y ahí empezó a explotar todo", relató ante las cámaras de América noticias.
Gino Villar Valencia y su esposa denunciaron que sufrieron de negligencia médica, tanto en el hospital Dos de Mayo como en el Arzobispo Loayza, donde se negaron a internarlo o atenderlo a pesar de las graves quemaduras.
"En Dos de Mayo no lo atendieron porque no tenía dinero. Me dijeron que tenía que pagar una cita. Pasaron unas 3 horas y luego lo recibieron y solo le dieron los primeros auxilios. De ahí nos dijeron que fuéramos al Loayza porque no tenían cirujanos plásticos para quemaduras de tercer grado", detalló Isabel Vara, esposa de Gino Villar.
En el hospital Loayza se le recetaron pastillas para la infección y le cubrieron las heridas. Sin embargo, Villar Valencia tiene que permanecer en su casa y trasladarse al nosocomio desde el Rímac cada vez que siente dolor.
Los vecinos del asentamiento humano Flor de Amancaes denunciaron que este es el tercer incidente con esta caja de luz, la cual antes ya ha tenido estallidos similares.