Al menos 1.500 botellas de whisky adulterado fueron incautadas por la policía en un taller clandestino ubicado en la urbanización Primavera, en Santa Anita. El producto era distribuido en licorerías y centros comerciales de Lima.
Según los agentes, los falsificadores reunían botellas vacías de marcas conocidas, las limpiaban y llenaban con el licor al que añadían algarrobina y hasta tinte de zapato para darle el color característico del whisky. Una vez selladas y empaquetadas como si fuesen originales, estas eran enviadas a las licorerías de la capital.
La policía detuvo a cinco trabajadores que confesaron dedicarse a este negocio desde hace sesis meses. Ellos fueron trasladados a la Divincri del distrito, en donde se investigará si operaban en otros lugares.