Si bien los casos reportados de coronavirus en los últimos días en el país han continuado en descenso, esa tendencia muestra un contraste por zonas geográficas, tanto en Lima Metropolitana como en varias regiones.
Durante la semana epidemiológica 49 (del 29 de noviembre al 5 de diciembre), la incidencia del COVID-19 aumentó en 17 de los 43 distritos que conforman la capital, según el portal de Datos Abiertos del Ministerio de Salud (Minsa) al sábado último. A nivel agregado, en ese período los contagios semanales en la ciudad bajaron de 3.258 a 3.073.
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Entre las jurisdicciones que registraron un alza de casos, figuran principalmente zonas de Lima norte y centro. El aumento más alto se dio en Independencia, que pasó de 36 a 67 casos en una semana (31 contagios adicionales). El fin de semana pasado, allí se presentaron largas colas para ingresar a centros comerciales. Le siguen Surco, cuyo aumento fue de 69 a 97 casos (+28), Rímac (+20), Pueblo Libre (+19), Breña (+18), Ate (+17), Miraflores (+13), El Agustino (+12), San Borja (+11), Lince (+9) y Puente Piedra (+9).
Completan la lista balnearios y distritos pequeños como Ancón (+8), Barranco (+2), La Victoria (+2) y Magdalena, San Bartolo y Santa María del Mar, con solo un caso adicional respecto a la semana anterior (del 22 al 28 de noviembre).
En regiones, se registró un incremento en Madre de Dios (4 casos), Arequipa (+7), Tumbes (+5), Lima Provincias (+12), Loreto (+54) y Lambayeque (+75). En esta última jurisdicción y en Tumbes, otra subida de casos elevaría la presión respecto al uso de camas UCI, cuya tasa de ocupación supera el 90%.
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¿Qué factores habrían determinado el aumento? Julio Cachay, infectólogo de la clínica Ricardo Palma, señaló que, si bien en la capital se observan aumentos no tan significativos, estos se producen en sitios con más movimiento poblacional de tipo laboral o vinculado a actividades económicas.
“Aquellas personas que estaban antes cuidándose en distritos más pudientes ahora están bajando la guardia, ahí es donde ocurre la infección”, opinó.
Estancamiento
Además del número de casos confirmados, existen factores observados en las últimas semanas que anticiparían un estancamiento en el retroceso de la enfermedad.
El primero se refleja en una leve subida de los decesos, tras haber permanecido en niveles casi constantes en octubre y noviembre [ver cuadro]. En lo que va de diciembre, el promedio diario de muertes por COVID-19 subió a 54, cifra por encima de lo registrado el mes anterior (50). Los picos más altos se reportaron el 4 y 8 de diciembre, con 91 y 77 muertes, respectivamente.
Asimismo, el nivel de positividad obtenido a partir de pruebas moleculares (que miden la presencia activa del virus) aumentó de 5% a 9% entre la semana 47 y la 49, respectivamente.
La presidenta ejecutiva de Essalud, Fiorella Molinelli, informó el miércoles a través de su cuenta de Twitter que este indicador subió en 9 regiones y 20 distritos de Lima durante este lapso.
Si bien los resultados obtenidos por este tipo de pruebas proporcionan con mayor exactitud información para el rastreo de la enfermedad, el número de pruebas semanales aplicadas ha estado en descenso hasta llegar en la semana 49 a 27.736. Esta cifra representa una disminución de 53% respecto a las 58.397 observadas a fines de octubre.
Para Cachay, el aumento de test moleculares daría una mayor precisión para generar la curva de tendencia de la enfermedad en una determinada localidad.
“Los números absolutos que se registran son muy bajos, no hay una situación clara”, explicó.
Punto de vista
La toma de pruebas es un elemento clave. Por Manuel Espinoza, infectólogo del Minsa
En el Perú, tomamos pruebas a aquellas personas que solicitan atención médica y que presentan síntomas de la enfermedad. Por eso, como en las últimas semanas hay menos personas contagiadas (la enfermedad ha estado decreciendo), menos personas acuden a los establecimientos y, por tanto, se toman menos pruebas.
No hay un número mínimo de pruebas que los países tengan que realizar como parte de su lucha contra la pandemia.
La toma de pruebas para detectar los casos de manera temprana es uno de los tres elementos claves para enfrentar una segunda ola. El Minsa está reforzando su stock de pruebas adquiriendo tanto pruebas moleculares como pruebas antigénicas, estas últimas son de reciente desarrollo en el mundo y ya se están distribuyendo en el país gracias a una donación del gobierno alemán. Además, se han comprado 850 000 pruebas antigénicas que deben llegar a fines de mes o los primeros días de enero.
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