Limber Camacho, padre de Santiago, asegura que las medicinas que toma Santiago ya no son efectivas. (Foto: Facebook/Un corazón para Santiago)
Limber Camacho, padre de Santiago, asegura que las medicinas que toma Santiago ya no son efectivas. (Foto: Facebook/Un corazón para Santiago)
Juan Guillermo Lara

En noviembre del año pasado, los doctores del hospital Rebagliati le dieron a Santiago (de un año y medio) tres días de vida debido a un cuadro de varicela que complicaba su enfermedad al corazón.

"Ese mismo día fui a la última procesión del Señor de Los Milagros y dejé la foto de mi hijo en el anda. Unas horas más tarde me llamaron para decirme que había mejorado", comenta Limber Camacho, padre del menor, a El Comercio.

Santiago logró superar la varicela, pero sigue en peligro: puede morir súbitamente, ya que sufre de miocardiopatia dilatada, enfermedad irreversible que dilata el ventrículo izquierdo de su corazón y hace que este funcione a un 20%.

"Su corazón es como una velita, que poco a poco se va a apagar. Los doctores nos dicen que puede pasar en cualquier momento. Cada vez que duerme, por ejemplo, tenemos que acercarnos para saber si respira", explica Limber.

Hace un año y dos meses, Santiago sigue un tratamiento para que su corazón bombee con normalidad. Sin embargo, las 6 pastillas diarias que toma ya no son tan efectivas por lo que sus padres piden ayuda.

Ellos crearon la página de Facebook '', con la buscan llegar hasta un posible donante, ya que el menor es el segundo niño en una lista de espera (de 6 personas) por un trasplante de dicho órgano.

"Muchas personas no colocan 'sí' en su DNI para donación por miedo o desconocimiento. Es difícil perder a un hijo, pero ese corazón podría salvar otra vida, la de mi hijo", pide Limber.

Según estadística de EsSalud, entre 2 y 3 personas mueren diariamente en los hospitales del seguro social todo el país en espera de un donante de órgano.

Contenido sugerido

Contenido GEC