Tú no has cambiado pelona, eres la misma”. La frase con que Pedro Pablo Kuczynski cerró su intervención en el último debate presidencial del 2016, debe ser una de las intervenciones más recordadas en la historia de estos encuentros. Como un delantero que estira el chimpún para meter el gol en el minuto final, la frasecita no solo descolocó a Keiko Fujimori, sino que rápidamente se hizo tendencia en las redes sociales y activó el antifujimorismo que parecía haberse quedado sin fuerzas. Fue un elemento capital en la ajustada victoria obtenida por PPK en dicha elección.
Las batallas no suelen estar aseguradas en estos enfrentamientos, aunque en ocasiones es posible encontrar momentos memorables. Uno de ellos, sin lugar a dudas, fue el que protagonizaron Fernando Olivera y Alan García, también en el 2016, antes de la primera vuelta. Por más esfuerzos que hizo, al expresidente le fue imposible disimular la incomodidad causada por la metralla verbal a la que fue sometido por su rival. ‘Popy’, como recordara hace poco Fernando Vivas, no le quitó la mirada y arrancó su intervención parafraseando unos versos de la canción “Solo le pido a Dios”: “Solo le pido a Dios, que el crimen y la corrupción no me sea indiferente, es un monstruo grande y pisa fuerte, sobre toda la inocencia de la gente”. Ganó por paliza.
En mi caso, si hay un debate que no olvido, fue el que tuvo a Mario Vargas Llosa y Alberto Fujimori en el centro de las miradas. Aquella noche de junio de 1990, en el Centro Cívico, el candidato de Cambio 90 desplegó una potente artillería plagada de mentiras y bajezas, que leía con robótica prolijidad. Aunque más articulado, el Nobel no pudo eludir la andanada y quedó KO cuando Fujimori, en su intervención final, mostró una carátula apócrifa del diario “Ojo” que adelantaba su triunfo.
Esta tarde, El Comercio reúne a los cinco candidatos presidenciales que encabezaron la última encuesta realizada por Ipsos. Yonhy Lescano, George Forsyth, Keiko Fujimori, Verónika Mendoza y Daniel Urresti medirán fuerzas en un debate que, aguardamos, sea lo suficientemente esclarecedor para que el votante tome una decisión informada. El dramático momento que vivimos exige acabar con el carnaval de ofertas y decantarse por aquello que más que esperanzador, sea posible. La pandemia y la crisis económica exigen responsabilidad. Ojalá estén a la altura.
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