A solo ocho meses de dejar el cargo, una infracción a la ley electoral hizo concluir abruptamente la gestión de Jorge Muñoz en la alcaldía metropolitana de Lima. El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) declaró el último miércoles, de forma unánime, su vacancia por haber ejercido de forma simultánea los cargos de alcalde y miembro del directorio de Sedapal, entre marzo y mayo del 2019, incompatibilidad estipulada en la Ley de Elecciones Municipales y Ley Orgánica de Municipalidades.
Hasta ayer, Muñoz continuaba ejerciendo el cargo debido a que todavía no era notificado por parte del JNE y su teniente alcalde, Miguel Romero Sotelo, tampoco recibía la credencial de nuevo burgomaestre. Durante la mañana participó en la supervisión de obras del paso a desnivel en el óvalo Monitor Huáscar y luego presidió la sesión ordinaria de Concejo Municipal.
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Desde que se conoció su vacancia, la respuesta de Muñoz ha sido ha sido atribuir la decisión del JNE a una represalia por ser “incómodo” al gobierno de Pedro Castillo y señalar que asumió el cargo en el directorio de Sedapal para ayudar a los vecinos de San Juan de Lurigancho.
Para el analista político Jeffrey Radzinsky, está perdiendo la oportunidad de hacer una rendición de cuentas y destacar las obras o políticas públicas que deja su gestión y que, en su opinión, han pasado desaparecidos por su perfil “bajo y pasivo” en problemas ciudadanos que preocupan a la población.
la respuesta a la vacancia
“Muñoz no tuvo un papel protagónico en la pandemia, hizo algunas acciones como la Plaza de Acho y luego se diluyó rápidamente, tampoco asumió el rol de liderazgo que el cargo de ser alcalde de la capital del Perú le otorgaba. Creo que se equivocó dando comentarios de análisis político como si fuera un espectador y no un actor protagónico del ejercicio gubernamental. Debería aprovechar y reivindicar los activos de su gestión, pero toma el papel de analista”, indica a este Diario.
Un punto a destacar que reconoce Radzinsky es que el vacado alcalde logró llevar una gestión sin denuncias importantes sobre corrupción en comparación a sus antecesores, Susana Villarán y Luis Castañeda, quienes tuvieron investigaciones por aportes de las constructoras OAS y Odebrecht. “En un ambiente como el nuestro, cargado de corrupción en las autoridades, Muñoz recibe varias críticas, pero no por corrupción. Ese es un punto a su favor”, dice.
Con él coincide Mariana Alegre, directora ejecutiva de Lima Cómo Vamos, para quien su principal crítica es que no cumplió las expectativas que él mismo generó con sus promesas de campaña y primeros días. De hecho, el día que asumió funciones llegó en bicicleta al Palacio Municipal en una muestra de su interés por aumentar la red de ciclovías en la ciudad. Aunque la pandemia aceleró el proceso y se entregaron más de 55 km nuevos de ciclovías, aún es insuficiente.
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Si bien Alegre destaca que impulsó el Plan Local de Cambio Climático y temas vinculados a sostenibilidad, cuestiona que haya ejecutado obras que mantienen la predominancia del auto sin pensar en el peatón, como el Óvalo Monitor. “A pesar de que menciona que hay mil obras en curso, no se sabe con certeza cuáles son y ese también es un problema de comunicación”, añade.
Cynthia Yamamoto, abogada experta en temas urbanos y presidenta del colectivo Peruanos de a Pie, añade que otro punto a favor de su gestión es que impulsó la ampliación del Metropolitano, olvidado por sus antecesores, la implementación de la Casa de Todos, la reactivación económica con la implementación de terrazas gastronómicas y el trabajo articulado con ollas comunes. “La peatonalización del Centro es una buena idea que pudo ser mejor aprovechada. Muchas ciclovías emergentes en la pandemia se han ido olvidando, pudo hacer más porque se promocionaba como el gran gestor”, opina.
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Tal como Mariana Alegre, no encuentra justificación para obras como el óvalo monitor que no solucionan el problema real de movilidad. “Esa obra es una traición a sus electores. Se prometió también hacer una ciudad accesible, él incluso usó silla de ruedas ante cámaras, pero no cumplió”, opina.
Ayer, Muñoz respondía las críticas a su gestión destacando es el político con más respaldo del país. Lo cierto es que, aunque tiene una aprobación superior a la del presidente Pedro Castillo y la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, Muñoz deja su mandato con un rechazo de más de la mitad de ciudadanos. Según la última encuesta de Ipsos para El Comercio, realizada en marzo, la aprobación a su gestión apenas llegaba a 38% mientras que la desaprobación era de 52%, frente al 60% de respaldo con el que inició su alcaldía, en enero del 2019.
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