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Los Pinos

El riesgo que pesa sobre el y 7 pisos de la avenida Abancay podría quedarse corto al lado del de una construcción en Miraflores paralizada hace casi tres décadas.

Se trata de una edificación ubicada en la tercera cuadra de la avenida Benavides, a pocos minutos de la municipalidad. Esta construcción de 11 pisos luce semiabandonada, tiene la estructura en casco y deficiencias arquitectónicas que, según especialistas, podrían llevarla a un colapso en caso de un terremoto.

La historia de esta edificación es incierta. La Municipalidad de Miraflores dice que comenzó a construirse en 1963. Según algunos vecinos, a finales de los años 80 la inmobiliaria a cargo se habría quedado sin fondos y paralizó el proyecto, pero aquellos propietarios que ya habían pagado la cuota inicial lo habitaron pese a tener las paredes con el concreto y las varillas expuestas. Aquí vivirían entre 20 y 30 familias entre los niveles 1 y 7.

El edificio no tiene ascensores ni caseta de vigilancia; la mayoría de timbres no funciona y, según algunos vecinos, hay inquilinos que solo tienen agua y luz por horas. Al interior hay cables expuestos y conexiones informales. No hay extintores ni mangueras de emergencia a la vista. “El edificio es una vergüenza y un riesgo para Miraflores. Hay filtraciones de agua y en cada sismo se desprende polvo”, dice Alberto Cabrera, un comerciante del primer nivel.

—Peligro sísmico—
La principal preocupación de los especialistas consultados sobre este edificio es la delgadez de las columnas que lo soportan y el tiempo en que su estructura ha estado expuesta a la humedad.

“Mi percepción es que las columnas son muy esbeltas para resistir el peso del edificio. Urge un reforzamiento, pues solo hacen falta 30 años para que la humedad ingrese a través del concreto y afecte las varillas de fierro. Cuando un fierro pierde su resistencia puede convertirse en una especie de carrizo y se quiebra. Este tipo de deficiencias fueron halladas en México tras el terremoto”, dijo el decano del Colegio de Arquitectos del Perú, Arturo Yep, durante una visita a la edificación.

El ingeniero civil Miguel Estrada, director del Centro Peruano-Japonés de Investigaciones Sísmicas (Cismid), también visitó la obra y alertó sobre diversos problemas estructurales.

“Esas columnas no resistirían un sismo de magnitud 8. Es un edificio que puede considerarse como muy flexible. Preocupa también la inexistencia de placas de concreto armado o muros de corte, que harían que sea un edificio rígido. Urge una evaluación de la vulnerabilidad sísmica estructural”, dijo.

Juvenal Medina, ingeniero geólogo y subdirector del Centro de Estudios y Prevención de Desastres (Predes), exigió que el municipio se pronuncie sobre estos casos de edificios vulnerables y que exponga las acciones de su gestión para reducir el riesgo ante terremotos.

“En ese edificio se puede apreciar la asimetría que lleva el peso a un extremo. Las columnas se muestran muy delgadas y no guardan proporción con la carga. Además, los muros no muestran elementos de amarre en la unión de muros de ladrillos descubiertos”, explicó.

La Municipalidad de Miraflores dijo que la última evaluación general de dicha edificación se realizó en 1994 a través de una declaratoria de fábrica otorgada por la comuna de Lima, con la cual se saneó la construcción y se determinó la seguridad de su estructura. Sin embargo, los especialistas creen que nunca se debió permitir que se habite el edificio sin la conformidad de obra.

La dueña del inmueble, Olga Bresani, conversó con este Diario. Se negó a dar detalles, pero aseguro que su estructura sí es segura y que no descarta venderlo.

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