Pedro Ortiz Bisso

La madrugada de ayer, unos 30 animales de un zoológico de Alemania perecieron en un incendio. ¿Qué relación tiene esta tragedia con nosotros? El origen del fuego, según las autoridades de ese país, sería una ‘linterna flotante’, unos farolillos que llevan una vela en su interior y que se han hecho muy populares por su uso en las tradiciones asiáticas.

Durante las celebraciones por el nuevo año, en ciertos lugares de Lima se vio a algunas personas lanzando estas ‘linternas’, pensando quizás que resultaban menos peligrosas que los pirotécnicos. Craso error. Dado que dependen de la fuerza y la dirección del aire, requieren ser usadas con sumo cuidado, sobre todo en zonas urbanas.

Precaución parece ser una palabra prohibida en nuestro vocabulario. En la madrugada del 1 de enero, los bomberos atendieron más de 150 emergencias en la capital, 76 de las cuales fueron incendios. En relación al año pasado, el trabajo creció para los hombres de rojo. Las recomendaciones sobre el uso de pirotécnicos cayeron en saco roto. De nada valieron los decomisos ni las amenazas de multa de algunos municipios.

Súmenle a todo ello que vivimos en una ciudad donde el servicio de agua es irregular y los hidrantes –donde los hay- carecen de la presión necesaria para atender un incendio.

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