(Foto: Dante Piaggio / El Comercio)
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Oscar Paz Campuzano

El asunto se pone cada vez más espinoso. El Perú ya había prohibido la importación de conservas de pescado de las empresas chinas Tropical Food Manufacturing Co. Ltd. y Shangong Hongda Group Ltd., por ingresar a nuestro país productos contaminados con parásitos (gusanos anisakis). A estas medidas, ayer se sumó una que es más drástica.

El Organismo Nacional de Sanidad Pesquera (Sanipes) –adscrito al Ministerio de la Producción– prohibió el ingreso de cualquier tipo de conserva de pescado que haya sido fabricada en el país asiático.
“He resuelto que la prohibición de importaciones de conservas de pescado se extienda a todas las empresas chinas. En el caso de Shangong Hongda Group Ltd., ya hemos determinado que el 100% de sus latas [vendidas con la marca Seafood] están contaminadas con parásitos”, declaró ayer para El Comercio el director de Sanipes, Ernesto Bustamante.

Continuó: “Este no es solo un problema de dos fabricantes. También es un problema de la Administración General de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena de la República China (AQSIQ), porque ellos certifican que el producto que envían está en buen estado [...]. No vamos a aceptar conservas chinas hasta que nos den explicaciones sobre cómo han superado este problema de control de sus empresas”.

Sanipes también envió a Cancillería un oficio en el que le pide transmitir por canales diplomáticos esta ampliación de la alerta sanitaria respecto a las conservas chinas.

–Posturas encontradas–
Según la Sociedad Nacional de Industrial (SNI), el 70% de enlatados de pescado que se consume en el Perú son importados, principalmente, de Vietnam, Tailandia y China. Eso equivale a unos US$80 millones al año. La industria nacional, compuesta por 70 fábricas, mueve una mínima parte de este sector: entre US$10 mlls. y US$15 mlls. En ese sentido, la prohibición hecha por la autoridad sanitaria nacional ha generado posturas encontradas.

Mario Mongilardi, presidente de la Cámara de Comercio de Lima, lamentó esta decisión. “La solución no está en prohibir las importaciones, sino en robustecer nuestro sistema sanitario. Esta prohibición limita la competencia en el mercado, hará que los precios de las conservas suban y perjudicará al consumidor final”, señaló.
En la misma dirección opinó Jéssica Luna, de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (Cómex). “Esto no soluciona el problema. Es una medida provisional. Aquí, lo que el consumidor necesita saber es cómo se va a fortalecer la inspección sanitaria de los productos de pesca”.

Desde que se reveló el ingreso de conservas contaminadas al Perú, la Sociedad Nacional de Industrias ha sido el gremio que más pidió esta restricción comercial. Alfonso Miranda, presidente del Comité de Pesca y Acuicultura de la SNI, dijo que los últimos hechos han demostrado que “las conservas chinas carecían de consistencia sanitaria”. Resaltó, más bien, que la producción nacional de conservas de pescado trabaja bajo “rigurosos controles” y no ha tenido problemas de inocuidad.

Si bien no están de acuerdo con la restricción, tanto Mongilardi como Luna coinciden en que esta, al tratarse de un asunto sanitario corroborado, no acarrearía problemas comerciales con China, país con el que el Perú suscribió un tratado de libre comercio en el 2011.
Según el titular de Sanipes, la semana pasada, en una reunión en su oficina que contó con la presencia de un funcionario de la cancillería, delegados de la Embajada China en el Perú pidieron que “me abstenga de hacer más notas públicas sobre las conservas chinas contaminadas porque eso dañaba la imagen de sus productos en el mundo”. Bustamante les respondió que eso “no era posible”.

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