CMP señala que el uso correcto de la mascarilla es la forma más eficaz de evitar el contagio. (Foto. Violeta Ayasta/GEC)
CMP señala que el uso correcto de la mascarilla es la forma más eficaz de evitar el contagio. (Foto. Violeta Ayasta/GEC)
/ VIOLETA AYASTA
Gladys Pereyra Colchado

Con cuatro semanas seguidas de disminución de casos de , el Ministerio de Salud (Minsa) ya habla de una tendencia a la baja en la segunda ola. Si abril fue el peor mes de toda la pandemia en el Perú, mayo ha mostrado una reducción del 26% de casos entre la segunda y tercera semana. Pese a ello, siguen muriendo todos los días más de 200 personas por el virus y las camas UCI se mantienen ocupadas. Para el decano del Colegio Médico del Perú (CMP), Miguel Palacios, es precisamente este el momento decisivo para no repetir errores.

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Vigilancia genómica, ampliación de pruebas moleculares, rastreo y aislamiento de casos, así como la capacitación de personal de distintas áreas que puedan operar camas UCI y aplicación de medidas estrictas en zonas ultrafocalizadas son algunas de las cosas que podrían evitar una tercera ola aún peor que la segunda.

—¿Qué podemos esperar de esta tendencia?

En el peor de los casos, tendremos un mes de disminución franca de contagios, dos en el mejor de los casos. Es lo que se llama ‘silencio epidemiológico’. Es el tiempo de reforzar el sistema de salud.

—Pero las muertes siguen altas. En Arequipa hubo un repunte de casos.

Eso se debe al comportamiento heterogéneo del virus. Conocemos el promedio nacional, pero hay lugares colapsados como Arequipa, donde no hay camas desocupadas y con una enorme cantidad de casos. Mientras que en las calles vemos personas sin mascarilla o mal puesta, aglomeraciones. Por eso no nos cansaremos de decirlo: “una mascarilla bien puesta salva vidas”.

—¿Qué hacer para aprovechar ese ‘silencio’?

Con el coronavirus no existe receta mágica, pero no podemos cometer los mismos errores. Ahora predominan las variantes, entonces se necesita urgente una política pública de vigilancia genómica, y ahí tenemos un enorme déficit. Se necesita la voluntad política del Gobierno para financiar los insumos, comprar reactivos, capacitar a mayor cantidad de profesionales y mejorar la infraestructura tecnológica. Es totalmente una decisión política.

—¿Cómo ayuda la vigilancia genómica?

Para detectar pronto si aparece la variante india u otras más contagiosas. La vigilancia tiene que hacerse en aeropuertos internacionales, en fronteras terrestres e incluso en lugares de ingreso clandestino. Se requiere presupuesto, y sin voluntad política, no se puede.

—Ahora que avanza la vacunación, ¿qué factores no se pueden dejar de lado?

Se necesitan 120 mil pruebas moleculares por día. Ahora varían de 25 mil a 60 mil. Los centros de detección pasaron de 8 a cerca de 100, pero falta. Las universidades privadas quieren sumarse. Se necesitan alianzas con el sector privado. El rastreo de contactos y el aislamiento tampoco se pueden abandonar. El 70% de las camas de aislamiento están vacías, no se le pone punche. Se necesita una autoridad fuerte, nosotros notamos debilidad, medidas tibias.

—¿Siguen funcionando las cuarentenas?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que es un eje muy importante porque este virus crece y se replica con la movilización de las personas. Pese al Día de la Madre y las elecciones, los contagios están en bajada por el ciclo natural del virus, que le tocaba bajar. No es mérito de alguien o alguna medida en particular. De todas formas, cada gobierno, de acuerdo a su realidad, tiene que diseñar el tipo de inmovilización. No puede ser calco de la cuarentena del 2020. Tienen que ser ultrafocalizadas. Por ejemplo, cientos de paraderos en Lima son focos de contagio, se necesita autoridad ahí.

—¿Por qué la disminución de casos no se refleja en menos pacientes?

Hay demanda de camas UCI porque, aunque hay descenso, los números son altos. Tampoco basta tener camas si no hay personal. Hemos pedido que se autorice capacitar a especialidades afines a la medicina intensiva, como cardiología, anestesiología, internistas. Podríamos tener más de mil médicos adicionales para ambientes con camas UCI. Ojalá el nuevo gobierno nos escuche.

—¿Qué es lo peor que puede pasar?

La tercera ola será peor que la segunda porque será mixta. Hay un bolsón de pacientes con tuberculosis que se va a desembalsar en unos meses. Si con COVID-19 no podemos, con otras enfermedades el ambiente sanitario será peor.

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