Apelando a que es testigo de lo que cuenta, el médico Joshua Thor Peña Bottecher denunció hace algunos días que en la Villa Mongrut de Essalud, ubicada en el distrito limeño de San Miguel, se retiene más de lo requerido a pacientes recuperados del COVID-19 para prolongar “la aparente necesidad del funcionamiento de este hospital”, los sueldos “mucho más altos que los usuales”, “los puestos y jefaturas”, y posibles “negocios más grandes” con empresas vinculadas a estos funcionarios.
El Comercio entrevistó a Karín Contreras, gerenta de Servicios Prestacionales de la Red Sabogal de Essalud, que tiene a su cargo la administración de la Villa Mongrut, para contrastar cada una de las acusaciones publicadas por Peña Bottecher, quien laboró cuatro meses y medio en la villa.
1.- ¿Retenciones injustificadas?
A través de Twitter, Peña (CMP 58266) contó que hace dos meses cuando los casos comenzaron a bajar “coincidentemente” se les empezó a restringir a los médicos tratantes la posibilidad de dar de alta a los pacientes “a quienes se les retuvo sin que lo necesitaran”. Las órdenes, según el médico denunciante, venían de “la jefatura de la villa y eran promovidas fervientemente por varios jefes de guardia”.
Se “inventaban justificaciones” como que “la hospitalización mínima de un paciente debe ser de 21 días”, que la prueba rápida aún daba positivo, que “se le ha sobre agregado una infección” (cuando no las tenían)" o que debían pasar tres semanas de terapias físicas y tratamiento psicológico. En los últimos días han circulado videos y testimonios de personas que aseguran haberse quedado más de 30 o 40 días hospitalizadas en esta villa.
Esta fue la primera respuesta de Essalud:
En entrevista con El Comercio, Karín Contreras, de la red Sabogal de Essalud, negó que exista alguna orden administrativa para que los médicos tratantes retengan más tiempo de lo necesitan los pacientes.
Casi el 83% de los casos atendidos en la Villa Mongrut son pacientes con la enfermedad moderada y el resto, casos críticos que en muchos casos requieren ventilación mecánica, explicó la funcionaria.
“Para pacientes asintomáticos o con síntomas leves se daba un aislamiento de 14 días. Pero en la villa hemos atendido a pacientes moderados y críticos. Los días de hospitalización han dependido de cómo reaccionó el organismo a las terapias”, aseguró Contreras.
En promedio, los pacientes de la Villa Mongrut han permanecido hospitalizados durante 20 días. Este cálculo de Essalud corresponde a las atenciones desde fines de mayo cuando empezó a funcionar la villa hasta el 15 de octubre.
Sin embargo, sí es cierto –corrobora Contreras– que hay personas con o 36 o 45 días de internamiento, como advirtieron varias personas en las redes sociales. “Tenemos una paciente que lleva casi tres meses dentro de la villa. Esta es una enfermedad nueva y no podemos determinar cuánto es el tiempo específico de días de hospitalización”.
2.- Terapias respiratorias y psicológicas
Una de las justificaciones para retener a pacientes recuperados es, según Peña, la aplicación de terapias respiratorias y terapias psicológicas.
Sobre estas últimas, el médico denunciante dijo que “eran tres personas en medio de un pabellón de 20 pacientes, poniendo música y haciendo jueguitos por 15 minutos. En la terapia respiratoria pasa algo parecido y todo eso implica un presupuesto”.
Esta es la denuncia que hizo en redes sociales:
Al respecto, Essalud ha señalado a El Comercio que en julio notaron que el número de reingreso de pacientes era alto (según cifras actuales se trata del 20% de las 3.700 hospitalizaciones registradas) debido a las secuelas respiratorias por la neumonía o también por descompensaciones originadas por la diabetes, la hipertensión o el asma.
Essalud -explica Contreras- implementó terapias respiratorias y psicológicas a los pacientes antes de ser dados de alta y estas, en promedio, incrementaron los días de hospitalización en 7 o 10 días y no tres semanas como afirma Peña.
“Comenzamos con las terapias respiratorias, enseñándoles a respirar, a expandir los pulmones, colocarse boca abajo, a soplar el globo, para que sienta la tranquilidad de que sí les va a llegar el oxígeno pues muchos sentían que su saturación bajaba cuando se les reducía la cantidad de oxígeno. Nos dimos cuenta que había un problema emocional”, explicó Contreras.
Sobre las terapias psicológicas, dijo que solo contaban con 5 psicólogas para las más de 800 camas que algún momento estuvieron ocupadas todas a la vez. “Estas profesionales hicieron un estudio y encontraron que casi todos los hospitalizados tenían depresión. No se puede desvalorar de esta manera su trabajo. Van a presentar una queja”.
3.- ¿Vínculos, intereses y negociados?
En su denuncia por Twitter, el médico Peña Bottecher ha señalado que “el objetivo (de estas supuestas retenciones) sería prolongar la aparente necesidad del funcionamiento del hospital en situación de emergencia y con esto mantener los sueldos mucho más altos que los usuales dada la emergencia; así como puestos y jefaturas para las que en condiciones normales no se estaría capacitado. Pero es muy probable que no sea solo eso. Sino que haya negocios más grandes. Como empresas vinculados a ellos mismos dando servicios [SIC]”.
Sobre esto, Essalud ha explicado que la Villa Mongrut fue inaugurada a fines de mayo con un total de 834 camas y que estas en la quincena de setiembre fueron reducidas a 550, porque “los pacientes estaban en bajada”.
“Todas eran carpas alquiladas y si ya no hay pacientes no podemos seguir pagando algo que no se está usando. Reducimos dos hospitalizaciones: la 1 y 4”, declaró Contreras y adelantó que para este mes se desactivarán 270 camas más.
Según la funcionaria, la Villa Mongrut se quedará con 16 camas de unidad de vigilancia intensiva, 84 camas de unidades de cuidados intermedios y 247 camas de hospitalización regular.
Estas reducciones de camas también han implicado la no contratación de personal médico y otros profesionales de la salud. Uno de ellos fue Peña Bottecher. De 220 médicos ahora Villa Mongrut cuenta con 180. En los próximos días, la cantidad se reducirá a unos 100 profesionales de la medicina.
4.- Memorándum y no contratación
En su denuncia, Peña Bottecher afirma que en un principio insistió “en dar de alta a los pacientes que lo ameritaban” Eso, según su versión, originó que le envíen un memorándum en el que le “encaraban” lo que hacía y finalmente no le renovaron el contrato.
Los funcionarios de Essalud han sostenido que dicho memorándum se le envió por no cumplir el flujograma de altas lo que –explican– se refiere al correcto llenado de las historias clínicas digitales para que médicos evalúen el estado de los pacientes y se pueda decidir su salida del hospital.
“Al señor (Peña) y a otras médicos se les hace (el memorándum) porque sus informes clínicos no tenían los datos que se necesitaban. Eran muy básicos. Por eso se le da un documento en el que se le pide que respete las normas de la institución en donde se dicen cuáles son los pasos a seguir para redactar una historia clínica”, sostiene Contreras.
5.- Reducción de hospitalizaciones
Finalmente, tras esta denuncia, se mostraron unos cuadros estadísticos de Susalud en los que se aprecia que la cantidad de hospitalizados en el mes de agosto empieza a bajar en los hospitales de Essalud Rebagliati y Almenara, pero no en la villa Mongrut.
La explicación de Contreras es que la red Sabogal “no se ha detenido” y continúa haciendo de tres a cuatro campañas de despistaje por día en mercados, centros de adultos mayores y otros lugares del Callao y jurisdicciones del norte y centro de Lima. Los casos positivos, afirma, son atendidos en la villa, a menos que esa persona decida cumplir aislamiento voluntario en su casa.
“No se puede decir que hemos tenido a pacientes retenidos cuando hemos dado más de 400 altas en los últimos 30 días”, dijo la funcionaria de la red Sabogal de Essalud e insistió en el tema asegurando que, de las 3.700 hospitalizaciones registradas en la villa, un total de 2.700 casos fueron dados de alta y a unos 350 pacientes con coronavirus no pudieron salvarles la vida.
-¿Qué dice el Colegio Médico del Perú?-
Sobre el caso, el presidente del Comité de Salud Pública del Colegio Médico del Perú (CMP), Augusto Tarazona, comentó que ante una denuncia como la realizada por el médico Joshua Peña Bottecher se tienen que individualizar los casos para determinar si “existe un abuso de autoridad” o las decisiones se tomaron “dentro de lo razonable”.
Sin entrar al detalle del caso en particular, ya que el CMP no ha recibido ninguna denuncia al respecto, Tarazona indicó que son, en promedio, 20 días de hospitalización para pacientes graves de COVID-19.
Las terapias respiratorias y de rehabilitación, acotó, se pueden hacer con pacientes hospitalizados siempre que haya disponibilidad de camas y que no existe una alta demanda de pacientes agudos que requieren atención urgente. En caso contrario, las terapias pueden darse de forma ambulatoria.
“En Mongrut -contó Tarazona- hemos hecho tres intervenciones, pero no por este caso. Se trataron de denuncias de colegas por despidos, sobrecarga laboral y exposición (falta de implementos de protección). Sobre esta denuncia (la del médico Joshua Peña Bottecher) recién estamos tomando conocimiento”.
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