Durante cuatro días, el predio de la Rural de Palermo se convirtió en el punto de encuentro del arte contemporáneo. Artistas, galeristas, curadores, coleccionistas y público aficionado se congregaron en ArteBA, la tradicional feria que el próximo año celebrará un cuarto de siglo de vida.
El móvil comercial, factor constituyente de este tipo de citas, no solo fue oportunidad para engrosar colecciones privadas, sino también para reforzar el patrimonio de instituciones dedicadas a la promoción artística. En ese sentido, por segundo año consecutivo, representantes del Museo de Arte de Lima (MALI) llegaron a Buenos Aires para concretar la incorporación de una nueva pieza para su colección de arte contemporáneo.
Después de una exhaustiva revisión y evaluación, el Comité de Adquisiciones del museo decidió ir por “Anaconda”, una video-instalación del artista colombiano José Alejandro Restrepo que explora la mitología amazónica.
“La obra se conecta con la imagen del animal, del río y también con cierto contenido sexual. Nos pareció interesante porque en el museo ya se va formando un núcleo de piezas que exploran lo amazónico desde distintos puntos de vista, no solo desde una mirada local, sino transversal, latinoamericana. Es la primera adquisición de un artista colombiano y visibiliza puntos de contacto entre ambos países”, refiere Sharon Lerner, curadora de arte contemporáneo del MALI.
Giancarlo Scaglia. Su serie "Poética del resto" fue exhibida en la galería parisina Bendana Pinel Art Corporation. (Foto: Óscar Bermeo/ El Comercio)
La instalación, original de 1993, cuenta tres momentos. En ellos se incluye tecnología de la época: televisores desmembrados con pantallas cóncavas y reproductores VHS destartalados. “No es una obra que se pueda ver en un stand. Lo que estamos adquiriendo son instrucciones para el montaje y reproducción de los videos. Junto con el artista vamos a desarrollar un manual y haremos la primera instalación. Por el uso de tecnología antigua será un reto rearmarla”, anota Lerner.
La adquisición fue posible gracias a los fondos de contrapartida otorgados en el marco de ArteBA: un donante (en este caso Sergio Quattrini) aporta la mitad del precio de la obra, incrementando las posibilidades de compra de las instituciones beneficiadas.
Otras prestigiosas entidades que compraron piezas fueron Los Angeles County Museum of Art (Lacma), la Tate de Londres, el Guggenheim de Nueva York, el Centro de Arte 2 de Mayo de Madrid, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) y el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.
EL TURNO DE LAS GALERÍAS
Pero la presencia peruana se hizo sentir también en otros espacios de la feria. La última edición de ArteBA reafirmó una tendencia: nuestros artistas van ganando terreno en el circuito internacional gracias a su incesante autogestión.
En la sección Barrio Joven, destinada a emprendimientos alternativos, el proyecto Crucero, representado por Juan Diego Tobalina y Andrés Pereira, se llevó el premio a mejor stand. Una carta astral, bloques de brea, historias clínicas y logos de marcas populares intervenidos son algunos elementos que coparon el lugar asignado. “Además de nuestros trabajos, presentamos piezas de Fátima Rodrigo y Guillermo Rodríguez. Si bien son obras variadas, pensamos definir la línea curatorial del stand como ‘espléndida tristeza’”, refiere Tobalina.
Si bien cada uno de ellos ha participado de forma individual en ediciones anteriores, la participación como colectivo generó nuevas expectativas. Juan Diego destaca que ArteBA fue una buena posibilidad para crear vínculos y dar a conocer el proyecto, que no busca ser una galería, sino generar espacios de reflexión y promoción. “En estos días se nos ha acercado mucha gente y hemos podido coordinar nuevas tareas”, agrega.
Hacia la parte central del campus ferial se ubicó el stand de Revólver. El director Giancarlo Scaglia recuerda el lazo afectivo que los une a esta fiesta. “Nuestra primera acción como galería fue aquí en el 2008. Desde aquella vez nos interesó mostrar propuestas arriesgadas, no comerciales, y felizmente ha funcionado. El público argentino nos ha acogido bien”.
Lucía de la Puente. La galerista llevó obras de artistas como Fernando Bryce, Sandra Gamarra, Kenj Nakama, Valentino Sibadon y Patrick Tschudi. (Foto: Óscar Bermeo/ El Comercio)
En esta edición la propuesta de Revólver incluyó trabajos de José Carlos Martinat, Elena Damiani, Gilda Mantilla, Raimond Chaves e Ismael Randall-Weeks. “El hilo que los unió fue una reflexión sobre las vanguardias artísticas y las recirculaciones que se dan en los procesos creativos”, anota Scaglia, cuya serie “Poética del resto” fue exhibida en la galería parisina Bendana Pinel Art Corporation.
En la sección principal también se ubicaron las propuestas de la galerista Lucía de la Puente, una referencia obligada en el arte local. En esta edición combinó la sobriedad de Fernando Bryce con piezas más lúdicas de Sandra Gamarra, Kenji Nakama, Valentino Sibadon y Patrick Tschudi. El contraste atrajo las miradas de curiosos y especialistas. “Las galerías peruanas son respetadas aquí. ArteBA es una plaza que nos interesa por la capacidad de convocatoria que tiene: incluye a especialistas y al público masivo”, anota Lucía.
ArteBA cerró el domingo dejando buenos dividendos a las galerías peruanas. Además de satisfacer sus expectativas comerciales, posibilitó intercambios, alianzas y el nacimiento de nuevos proyectos. También cumplió con su labor de proyección: la variedad de propuestas, una mixtura de nombres consagrados y figuras emergentes, permitió una representación fidedigna de lo que hoy genera nuestro país. ArteBA fue un punto de encuentro, y el Perú, una vez más, estuvo presente.