‘Lumbre de casa calienta y no abrasa’, dice la sabiduría popular. Dice también que la virtud hace casa y el vicio la arrasa. Los arquitectos dirían que una casa es como un traje: los mejores son a medida. Lo cierto es que una casa es algo más que ese lugar donde entra una llave. O esa estancia de concreto armado sometida a los rigores del agente inmobiliario. Una casa es ágora, una fábrica de sueños que con el tiempo se va convirtiendo en un ser tan vivo como quienes la habitan. Una casa es ese estuche donde viaja la vida. Una entidad espiritual aparentemente encerrada en cuatro paredes.
“Cuando en febrero del 2020 Nani Cárdenas y Micaela Aljovín me invitaron a curar su muestra bipersonal, ambas estaban deseosas por abordar el concepto ‘casa’. Nadie imaginó que un mes después la OMS declararía la pandemia por el covid-19 y el Perú se declararía en estado de emergencia y aislamiento obligatorio. La incertidumbre se alojó en todos los rincones. Los intereses de las artistas mutaron de acuerdo a las necesidades y pulsiones que surgieron en el encierro, en el reencuentro tanto con el espacio como consigo mismas. ‘Formas de habitar’ es el resultado del intercambio que durante meses nos propusimos realizar para responder algunas de las tantas preguntas que surgieron en el camino”, dice Luisa Fernanda Lindo, curadora de la muestra.
Escalera al cielo
Lo cierto es que, meses después y con la pandemia más cruelmente viva que nunca, esas respuestas cobraron materialidad por obra y gracia del dueto Cárdenas – Aljovín, artistas especialmente dotadas para la instalación y escultura. Atando cabos y tejiendo hilos, la primera. Poblando los espacios con tubos de acero inoxidable, la segunda. Dos miradas que encontrarán en el aire su punto arquimédico y complementario. Ese desde el cual es posible repensar los espacios que se ocupan y el soporte que las sostiene. Todo de cara a la posibilidad latente de edificar un proyecto común. Puede ser una casa, una familia o un país, que tanta falta nos hace especialmente estos días.
“Lo mío son puertas, ventanas y tres piezas escultóricas que llamo ‘yesos’”, dice Nani Cárdenas (Lima, 1969). “He trabajado principalmente con rafia plástica y cobre y mi dedicación especial ha estado puesta en el color de las piezas. No se trata de un color puro. He querido que tengan la interferencia de otros materiales para que su tesitura vibre pictóricamente. Las cinco puertas tienen marcos hechos con tubos y bisagras de cobre y pueden ser manipuladas. Es necesario tocarlas para notar su materialidad. Las ventanas son seis tejidos negros apilados uno tras del otro saturándose, por momentos ves su porosidad. Los ‘yesos’ son piezas como gestos primitivos, un intento de dejar marca, negro sobre blanco. Son como arañazos, un vestigio del cuerpo o de la memoria de ese cuerpo”.
Micaela Aljovín (Lima, 1969), por su parte, gana los aires elevando cinco columnas de acero inoxidable y dieciocho módulos de acero. Cuelga, además, treinta serigrafías sobre papel tuff de 320 gramos enmarcadas en cedro. “Mi trabajo se centra en evidenciar la dificultad que enfrentamos para construir un proyecto colectivo y de país ante la fragilidad de las estructuras que nos soportan”, explica. La notación simbólica de semejante andamiaje pondrá en crisis todo lo aparentemente sólido, al tiempo de rememorar los módulos infantiles y, resbalando lúdicamente, proyectará la sombra del bosque metálico en movimiento. El resultado es una esperanzadora serie que crece del suelo y toca el cielo en certera metáfora sobre el ascenso, el desarrollo y la multiplicación.
Tejedora de versos
“Concebimos el andamio como símbolo de lo constructivo, lúdico y plástico. Así, a partir de los conceptos de memoria e identidad, desarrollamos una obra a manera conjunta a través de la investigación, exploración y experimentación con materiales industriales, de descarte y de uso cotidiano”, señalan ambas artistas. Se refieren a “Andamio”, el emprendimiento que ambas fundaron en 2019 con el fin de crear comunidad y apoyar proyectos de responsabilidad social a partir de un espacio autogestionado en el que conviven el taller y el módulo expositivo. Se trata, claro, de un ambiente que invita al intercambio de ideas y a la colaboración interdisciplinaria con la implementación periódica de programas de residencia artística.
“Estos últimos meses he estado muy conmovida leyendo la poesía de Blanca Varela, que ha terminado colándose como mantras en estas piezas de tejido interminable: ‘Otra vez este prado / este prado de negro fuego abandonado’”, declama Cárdenas citando un verso de “Casa de cuervos”. “Pero hay más. Y me tropiezo con lenguas de fuego y con versos como este: ‘El hueso del amor tan roído y tan duro brillando en otro plato / aniquilar la luz o hacerla’”. Como para que sus hilos de cobre y bronce engarcen sobre una trama cargada de lirismo e intensidad.
Más información:
Fecha: Hasta el sábado 26 de junio.
Lugar: Galería Forum Av. Larco 1150, Miraflores.
Horario: de lunes a viernes de 12:00 a.m. a 5:00 p.m.
Visita presencial: Previa cita.
-------------------------------------
El 28 de abril, en la leyenda de la segunda fotografía de esta nota, se indicó por error 1968 como año de nacimiento de la escultora Nani Cárdenas. El 1 de mayo a las 5:34 a.m. se hizo la corrección: 1969.
-------------------------------------
TAMBIÉN PUEDES LEER
- Gonzalo Torres analiza el Bicentenario: “Somos lo bueno y lo malo que nos ha ocurrido como país” | ENTREVISTA
- “Nomadland”: el drama inmobiliario real en el que se basa la gran ganadora del Oscar 2021
- De voz a voz Perú 21: artista Roldán Pinedo presenta sus rituales de curación
- Francisco de la Cruz: el rector de San Marcos que fue condenado a la hoguera por la Inquisición
Contenido sugerido
Contenido GEC