Más de 200 mujeres fueron asesinadas en Argentina en lo que va de año a manos de hombres, una lacra que la directora Alejandra Perdomo desgrana en su último documental con testimonios de víctimas, expertos y familiares de jóvenes cuyas muertes marcaron un hito en la lucha contra la violencia de género.
Cifras escalofriantes que sacudieron a la ciudadanía en 2013 y que arrojaron la estadística de una víctima cada 30 horas en el país austral. Hoy en día la media se mantiene inalterable.
De ese "número tan redondo y concreto" que marcó un antes y un después en el tratamiento de la violencia de género, nace el documental 'Cada 30 horas'.
Es el fruto de "la preocupación cotidiana de abrir un periódico, escuchar la radio y la televisión y encontrarse con la noticia de un nuevo feminicidio" en el país, explicó la directora del filme en una conversación con Efe.
El resultado es "una película dura pero real" que intenta demostrar que "más allá del dolor también hay esperanza", con un importante grupo de gente "trabajando para que la mujer pueda salir" del bache.
Perdomo utiliza el testimonio de los protagonistas: de las víctimas -de todas edades y estamentos sociales-, de quienes trabajan cada día para ayudarlas desde diversos organismos, pero también cuenta con la participación de familiares de mujeres asesinadas "que supieron transformar su dolor en lucha".
Es el caso de los padres de Wanda Taddei, fallecida en 2010 a manos de su pareja, un reconocido batería de la banda argentina 'Callejeros'; cuyos testimonios son "la columna del documental" y que dedican todas sus energías en ayudar a otras mujeres a que no les ocurra lo mismo que a su hija.
También el testimonio de la madre de Ángeles Rawson, una adolescente violada y asesinada por el portero de su edificio y que conmocionó al país en 2013, así como la progenitora de Julieta Mena, quien tras un año de su muerte, sigue sin tener fecha para el juicio.
Todo ello hilado con una pancarta morada que recorre, en manos de una joven, diversas localizaciones de la ciudad de Buenos Aires y que concluye con un reclamo: "Ni una menos".
En 2010 el Gobierno de Cristina Fernández (2007-2015) aprobó la Ley de Violencia contra la Mujer, en la que se incluían medidas para prevenir, sancionar y erradicar esta problemática, aunque nunca llegó a implementarse.
El nuevo Ejecutivo de Mauricio Macri presentó la medida, aunque quedan a expensas de que cada provincia argentina cumpla el protocolo para poder ver una reducción en las agresiones.
El documental detalla que, si bien movimientos como 'Ni una menos' han logrado visibilizar esta cuestión, se produce "un aluvión" de denuncias, pero también "de muertes" tras cada manifestación.
En este sentido, 'Cada 30 horas' busca constituir una "herramienta para la sociedad" y, especialmente, para las mujeres que están "inmersas en un círculo de violencia".
Para que sepan "que no están solas y que hay mucha gente trabajando desde la militancia, desde programas de víctimas contra la violencia, abogados y un montón de profesionales que están trabajando para ayudar a la mujer en su rescate", detalló Perdomo.
El documental se estrenó el pasado 24 de noviembre en el marco de las actividades realizadas con motivo del mes de la no violencia contra las mujeres y, para su autora, el impacto del filme queda patente en cada proyección.
"Cuando finaliza la película los espectadores permanecen sentados en sus butacas", señaló, intentando "procesar todos los testimonios" e historias que escucharon.
Pero hubo otra crítica trascendental para la documentalista: la realizada por los propios protagonistas.
"Para mí, el mayor premio fue que estos padres me dijeran que se sintieron muy respetados y que la película no tiene golpes bajos", aseguró la autora, sorprendida incluso con la reacción de algunos de ellos, quienes manifestaron que el trabajo "debería verse en todas las escuelas de Argentina", para "generar un cambio de consciencia" en la sociedad que empiece a gestarse desde la infancia y ayude a escapar de "conductas machistas y patriarcales".
Ahora, el equipo solo espera poder seguir proyectando la película, llegando a la gente para ir a los lugares que les convoquen, incluso saliendo de los espacios de cine y llegar a otros países como México y España. (EFE)