Bajo el manto de la noche, siete hombres irrumpen sin aviso en una casa en Jamaica. Un primer disparo retumba, derribando a Rita Marley con una bala en la cabeza. Los pistoleros continúan su camino hasta encontrarse con Bob Marley y su manager, Don Taylor, quienes son acribillados mientras el resto de los músicos huyen o se esconden dónde pueden. En total, 87 balas se dispararon esa noche, una de las cuales halla su blanco en el pecho del icónico cantante de reggae. A pesar de la gravedad de las heridas, ninguno muere.
Dos días después del atentado, Marley ofrece un concierto con una idea en mente. “La gente que está tratando de hacer este mundo peor no se toma ni un día libre, ¿cómo podría tomarlo yo?”. Sin embargo, temiendo otro incidente similar, migra a Londres, donde crea el disco considerado por la revista Time como uno de los mejores álbumes del siglo XX: “Exodus” (1977).
Mientras Marley conseguía gran popularidad y reconocimiento internacional, la isla se encontraba inundada por la violencia, enfrentándose oficialistas contra oposición, socialistas contra capitalistas y facciones de gánsters contratados por ambos grupos políticos. Irónicamente, el primer paso hacia la paz lo darían los líderes criminales Claudius “Claudie” Massop y Aston “Bucky” Marshall, quienes se conocieron tras estar encarcelados en la misma celda, coincidiendo únicamente en la idea de que la música era la vía para alcanzar la armonía en Jamaica.
La paz en el bajo mundo se firmaría en enero de 1978, con un apretón de manos en la intersección donde se delimitaban los territorios de ambas pandillas, consolidando así la idea de un concierto que pasó a la historia bajo el nombre de “One Love Peace Concerts” ―evento que inspira el título de la nueva película sobre el cantante―, el cual reunió a artistas que apelaban por la paz que se estaba construyendo. Aunque faltaba una pieza clave: Bob Marley, quien luego de ser visitado en Londres por Massop, aceptó regresar a su tierra natal.
El cantante volvió en abril de 1978 a Kingston para encabezar el recordado “One Love Peace Concerts”, llevado a cabo en el Estadio Nacional de Kingston, donde consigue que, frente a más de 35 mil jamaiquinos, los rivales políticos Michael Manley y Edward Seaga junten sus manos, mientras Marley pronuncia: “Amor, prosperidad, quédense con nosotros. Jah, Rastafari, Selassie I”. Palabras que desaparecieron poco después, tras ser eclipsadas por una nueva oleada de violencia en la isla que acaba con la vida de Massop y Marshall.
Revivir a una leyenda
¿Cómo encarnar al hombre que enfrenta enemigos políticos y sobrevive al impacto de una bala dirigida a su corazón? Kingsley Ben-Adir (“Barbie”) asume el desafío, junto a Lashana Lynch (“Capitana Marvel”), de dar vida al considerado como la primera gran estrella del “tercer mundo” en esta nueva película dirigida por Reinaldo Marcus Green (“King Richard”), y escrita por Terence Winter (“El lobo de Wall Street”), que es odiada por los críticos, pero amada por la taquilla.
Después de interpretar a Malcolm X en “Una noche en Miami” (2020) -una obra de ficción que narra el encuentro entre Muhammad Ali, Jim Brown, Sam Cooke y Malcolm X- Ben-Adir nos presenta en “Bob Marley: One Love” ―también llamada “Bob Marley: La leyenda”― la etapa que vivió el líder rastafari desde el atentado en 1976 hasta su regreso a Jamaica en 1978, y el posterior diagnóstico de cáncer, centrando su enfoque en el mensaje del cantante más que en el personaje.
El paisaje que retrata la película nos muestra la antítesis del estereotipo jamaicano: una isla que representa el paraíso caribeño y el destino preferido de las vacaciones familiares. En consecuencia, el ambiente se encuentra impregnado de desorden y la lucha entre la pequeña posibilidad de paz que ofrece Marley y el caos absoluto que ofrecen los representantes políticos, aunque estos últimos no aparecen de manera directa en la película.
A diferencia de su predecesora “Marley” (2012), este filme, que lidera la cartelera estadounidense por segunda semana consecutiva, no se asemeja a las recientes cintas similares que muestran la vida de artistas como Jim Morrison interpretado por Val Kilmer o el Freddie Mercury de Rami Malek. En su lugar, prefiere ser fiel a la humildad que caracterizaba a Marley, manteniéndose como un biopic estándar.