Elegir cinco películas de Francois Truffaut, quien falleció un día como hoy hace treinta años, es especialmente complicado. No porque todas sus cintas sean igual de buenas, sino porque todas generan empatía que hace que sea imposible descartarlas. Todas tienen una calidez, una fuerza, una empatía que las hacen únicas. Quizá porque en todas Truffaut, uno de los fundadores de la Nueva Ola Francesa, dejó algo de su personalidad en ellas: él era el chico que disfrutaba de los juegos en "Los 400 golpes" como el hombre fascinado por las piernas de las mujeres en "El hombre que amaba a las mujeres"; él creía en los encuentros casuales y furtivos de Antoine Doinel en "Besos robados" como en la educación y la disciplina que su personaje de "El niño salvaje" busca implantar.
Truffaut creía en varias cosas, y las afirmaba con vigor, tanto en su época de crítico cinematográfico como, después, dirigiendo. Él llevó su pasión a la acción: el cine lo liberó de su complicada infancia y él se lo agradeció creyendo en él. Por eso, resulta complicado no ver en Truffaut una figura para admirar: su amor por el cine, tan puro, resulta un modelo a seguir para todos aquellos que compartimos la pasión. Su muerte prematura a los 52 años nos hacen pensar que, quizá, él ahora seguiría activo, filmando y escribiendo, rindiéndole tributo a sus dos amores: los libros y el cine.
Por eso, quizá la mejor manera de recordarlo es ver algunas de las cintas que nos dejó. Aquí, cinco películas imperdibles de este francés entrañable.
1-La mujer de al lado (1981)
El amor puede doler. No solo eso: puede llevar a las personas a la locura más profunda, al malestar más punzante, a la melancolía más devastadora. Eso es lo que viven Gérard Depardieu y Fanny Ardant, dos viejos amantes que terminan viviendo, cada uno con sus respectivas parejas, como vecinos. Lo que vemos en pantalla es una de las representaciones más tangibles del amor en todas sus contradicciones y consecuencias. Una obra maestra por donde se la mire.
2-Besos robados (1968)
Es complicado no hacer una lista de las mejores películas de Truffaut sin mencionar "Los 400 golpes", la ópera prima del realizador y una de las cintas fundadores de La Nueva Ola Francesa, movimiento que rompió con varios cánones de la época y que cambió el cine para siempre. Pero "Besos robados", que muestra la juventud de Antoine Doinel, alter ego del realizador que apareció en "Los 400 golpes" y que continuó en cuatro cintas más, tiene un toque de calidez y complicidad que la hace irresistible. Jean-Pierre Léaud está enorme como el personaje principal, quien pierde trabajos y fracasa en relaciones porque es incapaz de amoldarse a como funciona el mundo. Ese lado casi renegado del personaje lo hace irresistible. Imposible no identificarse.
3-Las dos inglesas y el continente (1971)
Del escritor Henri-Pierre Roché, Truffaut adaptó sus dos novelas: "Jules et Jim" y "Las dos inglesas y el continente". Es fácil ver que vio el cineasta en ellas: Roché usa pasajes de su vida para contarnos romances intensos, de esos que le dejan marca a uno en la piel. Y si "Jules et Jim" tenía la energía del 'amour fou' tan valorado por el cineasta, "Las dos inglesas y el continente" (en donde Jean-Pierre Léaud comienza un romance con dos hermanas que se prolonga durante veinte años) tiene la calma tenue del amor contenido pero devastador, de esos que pueden sumir en enormes depresiones y que el tiempo no hace sino aumentar, aunque los personajes no se vean durante mucho tiempo. Melancólica, "Las dos inglesas y el continente" es una de las mejores cintas del cineasta, a pesar de no ser tan conocida.
4- El niño salvaje (1970)
A diferencia de Jean-Luc Godard, el otro grande de la Nueva Ola, Truffaut si creía en el sistema. La militancia maoista de Godard lo llevó a creer en la anarquía y en el rompimiento de las reglas (convencimiento que nos dejó, es justo decirlo, algunas grandes películas). Truffaut, de ascendencia más burguesa, sí creía en la disciplina y, sobre todo, en la educación formativa, en aquella que a partir de la dedicación podía formar a las personas. "El niño salvaje" se basa en un caso real del siglo XVIII para mostrarnos la dedicación de un científico, interpretado por el mismo Truffaut, para educar a un niño que ha vivido buena parte de su infancia en un bosque. El filme es casi una crónica de los esfuerzos del personaje por crear un ser social en el joven, y cuyo proceso pasa por ponerle un nombre hasta enseñarle a pedir un vaso de leche. Una cinta sobre el placer de educar, y que hoy tiene plena vigencia.
5-Disparen sobre el pianista (1960)
Finalmente, la segunda película de Truffaut es una cinta criminal pero con una libertad forma absoluta. Basada en una novela de David Goodis, la película cuenta la historia de un pianista que se ve involucrado en el mundo del hampa gracias a su hermano. Pero todos los momentos tensos del filme están desdramatizados, lo que hace que el filme se abra a un nivel de irrealidad y de humor que lo hacen inolvidable. Charles Aznavour está impagable en el rol principal.