Días después de que saliera a la luz el historial de acoso sexual de Harvey Weinstein y con él nuevas alegaciones de actrices como Gwyneth Paltrow, Angelina Jolie y Asia Argento, ahora son Cara Delevingne, Léa Seydoux y Florence Darel quienes revelaron que también fueron víctimas del abuso del poderoso productor de Hollywood.
La actriz francesa Florence Darel, conocida por haber trabajado en los años noventa con Éric Rohmer o Claude Berri, denunció que el productor estadounidense Harvey Weinstein también tuvo un comportamiento inadecuado con ella.
La intérprete, de 49 años, contó al diario "Le Parisien" que coincidió con Weinstein por primera vez en 1994, en el preestreno en Nueva York de su película "Fausto", adquirida por su productora Miramax.
"No paró de llamarme para que me fuera con él después de la fiesta. Como dudaba de sus intenciones, le dije que era pareja del actor principal del filme, para que me dejara. La segunda vez, en París (...) hizo que llamaran a mis padres para decirles que quería verme", dijo.
Su testimonio se suma al ofrecido en los últimos días por las también francesas Léa Seydoux ("Spectre", "La vie d'Adèle"), que dijo en "The Guardian" que intentó besarla; Emma de Caunes ("Mr. Bean's Holiday") o Judith Godrèche ("L'auberge espagnole").
Cara Delevingne, por su parte, en un comunicado divulgado por su publicista, dijo que Weinstein trató de besarla luego de una reunión para discutir una película.
La estrella de 25 años de "Valerian y la ciudad de los mil planetas" dijo que tan pronto estuvo sola con Weinstein, el productor empezó a "alardear" de como "creó las carreras" de actrices con las cuales afirmaba haberse acostado, antes de invitarla a su habitación.
Aunque inicialmente se rehusó, terminó yendo: "en ese momento me sentí muy vulnerable", recordó la también modelo nacida en Londres.
Delevingne dijo que otra mujer estaba en la habitación y que Weinstein, uno de los hombres más poderosos de Hollywood, les pidió que se besaran. La actriz intentó reducir la tensión preguntando si podía cantar y hacer una audición frente a él.
"Luego de cantar dije otra vez que me tenía que ir. Él me acompañó a la puerta e intentó besarme en los labios. Lo detuve y pude salir de la habitación", añadió.
Los casos de Gwyneth Paltrow, Angelina Jolie y Asia Argento
Al cofundador de Miramax y The Weinstein Company se le acusa, además, de tres supuestas violaciones, una de ellas expuesta por la italiana Asia Argento en un reportaje de la revista The New Yorker.
Días atrás, Gwyneth Paltrow relató al The New York Times que antes de rodar la película "Emma" (1996), cuando tenía 22 años y comenzaba su carrera, Weinstein la convocó en su hotel y le sugirió ir a su habitación a hacerle masajes, algo que rechazó.
Por su parte, Angelina Jolie también rechazó a finales de la década de los 90, durante el lanzamiento de la cinta "Playing by heart" (1998), avances del productor en una habitación de hotel, denominador común de varias acusaciones que se han conocido estos días.
Argento, también directora de cine, reveló que el productor le hizo sexo oral "a la fuerza" y que no se había pronunciado sobre ello hasta ahora, veinte años después de los hechos, por miedo a que Weinstein la "destrozara".
No obstante, recreó la escena en su película "Scarlet Diva" (2000), tras lo que aseguró haber sido contactada por mujeres que reconocieron el comportamiento del productor en la cinta.
Según la investigación de diez meses de The New Yorker, trece mujeres acusan de acoso o abuso sexual a Weinstein desde la década de los 90 hasta 2015 con historias que sobreponen a las que destapó The New York Times el pasado jueves.
Los casos más graves, de violaciones, son tres, entre ellos el de Argento y el de la antigua aspirante a actriz Lucia Evans, mientras que hay cuatro de tocamientos no deseados que se pueden considerar abuso y otros de exhibicionismo.
Asimismo, dieciséis antiguos y actuales empleados del productor afirmaron haber sido testigos o tener conocimiento de "avances sexuales no deseados" o tocamientos en eventos profesionales o en el lugar de trabajo hacia actrices o modelos jóvenes, a las que convocaba con "pretextos flojos".
La revista también incluye un archivo de audio grabado por la Policía de Nueva York en una operación encubierta donde Weinstein admite haber manoseado a una modelo y dice estar "acostumbrado" a ese tipo de comportamiento.
A Weinstein le acompañaban rumores de acoso sexual desde hacía veinte años hasta que The New York Times logró reunir en un reportaje testimonios y destapar su historial. Docenas de antiguos y actuales empleados detallaron acuerdos económicos extrajudiciales con al menos ocho mujeres, entre ellas la actriz Rose McGowan.
Después de que salieran a la luz los casos, el consejo de administración de la compañía Weinstein despidió el domingo a su fundador, cuyo sello consta en numerosas películas de éxito, desde "Pulp Fiction" hasta "Chicago".
Weinstein admitió entonces su comportamiento dañino, pidió perdón públicamente y afirmó que está "tratando de mejorar". Este martes, repitió en un comunicado de una portavoz que está recibiendo asesoramiento para corregir su forma de actuar y que espera una "segunda oportunidad".
Cuatro actrices, entre ellas Mira Sorvino y Rosanna Arquette, declararon sospechar que tras rechazar sus avances, Weinstein obstaculizó su carrera en represalia.
"Las alegaciones de sexo no consensuado son inequívocamente negadas por Mr. Weinstein", destaca también la declaración, en la que el productor responde a las alegaciones públicas de algunas mujeres que "cree que todas esas relaciones eran consensuadas".
Mientras que estrellas femeninas de Hollywood, desde Meryl Streep o Kate Winslet, hasta más recientemente, Jennifer Lawrence y Jessica Chastain han condenado públicamente al productor, resulta llamativo el silencio de los hombres, entre los que George Clooney admitió hoy haber oído rumores que tras las publicaciones pasan a "otro nivel".
Otra reacción destacada ha sido la de la excandidata presidencial Hillary Clinton, que se declaró "sorprendida y conmocionada" por las revelaciones sobre el importante contribuyente del Partido Demócrata y zanjó que su comportamiento "no puede ser tolerado".