A raíz de la muerte de su padre, Ronit regresa a la comunidad donde creció; sin embargo, los sentimientos que tuvo por Esti,una amiga de la infancia, vuelven a surgir. 'Desobediencia' ya está en cines (Foto: Sony Pictures)
A raíz de la muerte de su padre, Ronit regresa a la comunidad donde creció; sin embargo, los sentimientos que tuvo por Esti,una amiga de la infancia, vuelven a surgir. 'Desobediencia' ya está en cines (Foto: Sony Pictures)
Sebastián Pimentel

Quizá en medida aun mayor que su compatriota Pablo Larraín –el realizador de “Jackie” (2016)–, el chileno Sebastián Lelio ha logrado convertirse en un director ya consagrado en Hollywood. Muchos lo recordarán por títulos como “Gloria” (2011) o “Una mujer fantástica” (2017) –esta última, además, ganadora del Óscar 2018 a Mejor Película Extranjera–. No obstante, su cinta más lograda, hasta el momento, es “”, basada en la novela homónima de la escritora británica Naomi Alderman.

Hay que decir, para empezar, que mucho del equilibrio expresivo de “Desobediencia” se debe al estupendo guion de Rebecca Lenkiewicz –la misma que escribió el libreto de la recordada “Ida” (2013) de Pawel Pawlikowski–, que a su vez adapta la novela de Alderman. Allí se cuenta la historia de Ronit Krushka (Rachel Weisz), fotógrafa establecida en Nueva York que, ante la noticia del fallecimiento de su padre –importante rabino de la congregación judía ortodoxa de Londres–, decide regresar a su comunidad de origen.

La secuencia de inicio ya nos habla del tono general del filme: con un lento plano secuencia que lleva la cámara hacia el rostro del rabino Krushka, asistimos a un rito religioso solemne y a la vez muy lírico. El sacerdote habla sobre la importancia de las elecciones que definen una vida. De pronto, en medio de su sermón, lo vemos sufrir un colapso. Esta muerte repentina, que interrumpe la ceremonia, es seguida por los primeros planos de una Rachel Weisz conmocionada, dispuesta a volver al pasado.

Ese prólogo nos lleva al conflicto central: el que triangula una relación amorosa entre la liberal y apóstata Ronit, y la pareja judía ortodoxa conformada por Dovid Kuperman (Alessandro Nivola) y su esposa, Esti (Rachel McAdams). En realidad, se trata sobre todo del romance entre las dos mujeres, encarnadas con nerviosismo, exaltación latente y melancólica añoranza por Weisz y McAdams. La sensación de nostalgia se acentúa cuando se nos informa que Dovid, Ronit y Esti fueron muy amigos en la infancia.

Todo el filme opera un espinoso y riesgoso regreso al pasado, pero también una especie de fábula en la que Ronit, la mujer liberada, retorna a su comunidad sin sospechar que su presencia redimiría a otra mujer, la reprimida y disciplinada Esti. El filme nos habla de la homosexualidad, es cierto, pero va más lejos. Lelio evita los lugares comunes de la liberación sexual de Esti, y se concentra en las dudas morales y en el remezón existencial que afecta a los tres personajes.

La película parece susurrada y está hecha de miradas tímidas y agudas que se asoman entre los rígidos barrotes que impone la sociedad judía de Londres. La que mira de frente, y sin ningún temor, es la moderna y desconcertada Ronit, quien se convierte en una especie de objeto de deseo y, sobre todo, de autoconocimiento para Dovid y Esti. Detrás de Ronit se esconde el secreto de un poder de emancipación que, como si fuera un mensaje paradójico del fallecido rabino Krushka, ella lleva en su mirada, en su alma y en su cuerpo.

Lelio hace un filme sobrio, ajustado a lo esencial, y que evita el erotismo ramplón. Más bien, son dominantes los detalles simbólicos como las pelucas que se ponen las mujeres, sobre todo Esti: expresión de un engaño que ya no puede soportar más. El de Lelio es así un filme donde la religión es observada con respeto y, a la vez, donde los anacronismos e hipocresías del dogma son criticados desde dentro. El desenlace, lleno de sorpresas del destino, habla de coherencia y gratitud, de la naturaleza compleja del amor, y en especial de la necesidad de resolver esas preguntas postergadas que definen la angustia interior.

AL DETALLE
Puntuación: 3.5/5
Título original: “Disobedience”.
Género: drama.
País y año: Reino Unido / Irlanda / EE.UU., 2017.
Director: Sebastián Lelio.
Elenco: Rachel Weisz, Rachel McAdams, Alessandro Nivola.

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