RODRIGO BEDOYA FORNO
Stanley Kubrick es uno de esos cineastas cuyo mito tiene una carga muy fuerte sobre sus películas. Hasta su muerte resultó una sorpresa: con la expectativa de ver “Ojos bien cerrados” tras un rodaje hermético y largo (más de un año), el cineasta falleció mientras dormía meses antes del estreno, dejó a todos sus fanáticos con la incertidumbre de qué iba a pasar con su última película.
Así fue Kubrick. Un tipo rodeado de mitos, de historias, de misterios. Pero su cine sigue vigente, generó adhesiones y desató pasiones. Hoy, 15 años después del día de su muerte, el director sigue siendo un referente para cualquier aficionado al cine.
“La primera película que vi de Kubrick fue ‘La naranja mecánica’”, recuerda Alberto ‘Chicho’ Durant, uno de nuestros cineastas más prolíficos. “La vi como la pudo haber visto cualquier joven de la época: impresionado por cómo este filme revelaba la violencia. Se adelantó a su época. Fue una película que me impresionó”, añade el realizador.
Héctor Gálvez, director de “Paraíso” y que espera estrenar este año “NN”, recuerda que fue en el colegio cuando vio en el cine Metro “2001: odisea del espacio”. “Me pareció una película rara. Pero lo que siempre me ha asombrado de Kubrick es ese esfuerzo por perfeccionar cada uno de los planos de sus películas. Se nota a una persona obsesiva”, dice el cineasta, quien además revela que “El resplandor” es el filme de Kubrick que más lo marcó.
TRABAJO DURO
En efecto, Kubrick era un tipo obsesivo. No le gustaba ensayar, pero hacía repetir las tomas 50 veces a los actores si era necesario. Nadie se quejó, pero a algunos les costó. “Stanley era demandante. Él podría hacer una escena cincuenta veces y uno tiene que ser bueno para hacerlo”, dijo alguna vez Jack Nicholson.
Lo mismo se puede decir de su interés por los detalles: le gustaba decidir hasta la ropa del último extra. “Años después, aprendería a apreciar la importancia y el rigor de Kubrick”, comenta Durant, quien recuerda que, en un principio, no se sintió tan influenciado por el cineasta estadounidense. “Pocos cineastas en la historia del cine tienen una filmografía sin obras menores como él. El rigor y la exigencia que se ponía a sí mismo en cada película, en cada plano; el veía la realización como algo casi sagrado”, añade.
Más de un joven probablemente quiso ver cine después de ver “La naranja mecánica”. Más de una persona probablemente aún sienta escalofríos pensando en “El resplandor”. Más de un fanático quizá aprendió a amar al cine disfrutando de “Espartaco” y “Casta de malditos”. Stanley Kubrick, a 15 años de su muerte, sigue siendo un cineasta influyente. Y lo será por mucho tiempo más.