Precedida por grandes nombres como Guillermo del Toro, Robert Zemeckis, y Anne Hathaway, el 22 de octubre pasado, el remake de “The Witches” (“Las brujas”) de Roald Dahl, se estrenó en HBO Max con mucha expectativa. Desafortunadamente, para quienes están detrás de este gran proyecto, las críticas no han sido para nada favorables y han desencadenado en una serie de comparaciones con la primera cinta que adaptó al cine Allan Scott y dirigió Nicolas Roeg en 1990 con mucho éxito.
La intención de esta nota no es comparar ambas películas sino enfocarnos en todo lo que hubo detrás de la primera, la cual, a pesar del tiempo, sigue sorprendiendo a grandes y chicos con esta adaptación del libro de Dahl, calificada por la crítica, como la mejor de todos los tiempos.
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“The witches” de 1990 cuenta la historia de un niño (Jasen Fisher) que aprende de su abuela fumadora de puros (Mai Zetterling) que en cada pueblo acechan brujas malvadas que no aman más que matar niños. Estas brujas también saben disfrazar sus horribles apariencias. “Nunca puedes estar seguro”, dice la abuela, “si estás mirando a una bruja o simplemente a una dama amable”. Mientras está de vacaciones en una ciudad turística inglesa, Luke y su abuela descubren que su hotel alberga una convención de la Royal Society for the Prevention of Cruelty to Children, una fachada para las brujas de Inglaterra. La reunión está presidida por la Gran Bruja (Anjelica Huston), “la mujer más malvada del mundo”, que planea convertir a los niños de Inglaterra en ratones, y decide usar a Luke y otro niño, Bruno, como prueba.
Pobre taquilla
Podemos empezar diciendo que a a pesar del estatus de película de culto que tiene “The witches”, a esta no le fue nada bien en la taquilla pues solo recaudó $10,360,553 alrededor de todo el mundo. Sin embargo, las críticas no pudieron ser mejor. El portal Rotten Tomatoes, por ejemplo, le dio un puntaje de 93 sobre 100.
“Con una actuación deliciosamente perversa de Anjelica Huston y títeres imaginativos de la tienda de criaturas de Jim Henson, la oscura e ingeniosa película de Nicolas Roeg captura el espíritu de la escritura de Roald Dahl como pocas otras adaptaciones”, “Las diversas creaciones de títeres de Jim Henson son deliciosamente macabras pero tortuosamente inventivas, y combinan de manera atractiva lo caprichoso con lo horrible”, son algunas de las críticas que se dieron en aquel entonces y que el portal reproduce en su edición del 31 de octubre de 2020.
El director idóneo
Poco después de la publicación del libro de Dahl en 1983, Jim Henson compró los derechos cinematográficos de la historia y eligió al ex director de fotografía Nicolas Roeg para dirigir la película. Roeg había expandido el lenguaje visual del cine en obras maestras de los 70 como “Don’t Look Now”, “Walkabout” y “The Man Who Fell to Earth” utilizando una edición fracturada y movimientos de cámara desquiciados para sondear la psique humana. Y eso es precisamente lo que Henson buscaba para su versión de “The witches”, un estilo que tendría afinidad con lo siniestro del libro.
Quien ha visto la versión de “The witches” de 1990 encuentra el estilo de Roeg en todo su esplendor: un lenguaje visual basado en tomas de cámara estables y familiares, combinado con imágenes salidas de la cámara de mano, primeros planos extremos y ángulos aberrantes para crear una atmósfera de caos y terror.
En un artículo publicado por la BBC en noviembre de 2018, a raíz de la muerte de Roeg, se dijo que el director “frecuentemente exasperaba a los críticos y se ganó la reputación de ser muy duro con sus actores" y “que le encantaba intercambiar personajes, mezclar escenas y cronología con lo que confundía y hechizaba a su público”.
“Nunca he hecho un guion gráfico de nada”, dijo Roeg en una entrevista. “Me gusta la idea del azar. Lo que hace a Dios reír son las personas que hacen planes”, se lee en el mencionado portal.
En un artículo escrito por Anjelica Huston en la revista Time, el 10 de diciembre de 2018, casi un mes después de la muerte de Roeg, esta describe al director como un genio.
“Nicolas Roeg no se parecía a nadie y era un genio en lo que hacía. Muchos directores te dejan con tus propios dispositivos, pero cuando trabajamos juntos en The Witches, Nic, que murió a los 90 años el 23 de noviembre, sabía exactamente lo que quería. No se me había ocurrido que una bruja en una película para niños debería ser sexy. La actitud de Nic fue “¿Por quién no?” Un adulto que podía soñar como un niño, no toleraba el decoro y cosas tan aburridas como esas”.
Un maquillaje y marionetas estudiadas al detalle
En una entrevista concedida a Los Angeles Times poco antes del estreno de la “The witches” en agosto de 1990, John Stephenson, el supervisor de Creature Shop de Jim Henson, contó que Huston tuvo una “experiencia desagradable” con el maquillaje de “Captain EO” de Michael Jackson, y “estaba preocupada por volver a maquillarse de nuevo. No es agradable estar cubierto de látex. Pero lo aguantó muy bien. Ella fue muy profesional”.
Para la transformación, la cual duraba entre 6 horas a Huston se le colocaron prótesis como bigotes de mentón, lentes de contacto morados, manos con costras, dientes oscurecidos y dedos alargados. Pero eso no fue lo más complicado. El reto, dijo Stephenson, fue convertir a las dos estrellas infantiles de la película (Jasen Fisher y Charlie Potter) en ratones. Se hizo en varias etapas, usando maquillaje y “trucos ópticos para hacerlos encoger”.
Para algunas escenas se usaron animatronics para lograr el efecto de ratones que hablan. Y en otras ocasiones, ratones reales.
“Los ratones fueron un gran problema. Tuvimos que crear ratones para los niños en tres escalas diferentes, desde tamaño natural, de unas tres pulgadas, hasta 10 veces su tamaño natural. La dificultad fue ponerlos en el contexto adecuado, construir los decorados del tamaño adecuado”, contó Stephenson sobre un trabajo de tomó 14 semanas de planificación y construcción.
La broma pesada de la ‘Gran Bruja’
En 2004, mientras Anjelica Huston rodaba la película “Iron Jawed Angels”, vivió una anécdota digna de contar. “Alguien en el reparto tenía una amiga cuya hija se estaba vistiendo con sus amiguitos como brujas para Halloween”, le contó la actriz al portal “The Sydney Morning Herald”. "Iban a ver 'The witches’ y organicé una visita. En medio del visionado llegué a la casa y bajé, donde estaban todos estos niños, con el sombrero y todo, viendo la película, y abrí la puerta y dije (poniendo la voz siniestra de la Gran Bruja), ‘¡Gracias por invitarme!’ y todos gritaron aterrorizados. Fue muy bueno”.
Huston, actualmente de 69 años, ha declarado más de una vez que el papel de la ‘Gran Bruja’ ha sido uno de los que más le han gustado de interpretar.
Anécdotas en el hotel
“The Witches” fue filmada en el Hotel Headland, ahora un histórico lugar de Inglaterra. A pesar de los años transcurridos, el sitio web del hotel aún conserva curiosidades sobre la producción. Así, por ejemplo, revelaron que Jack Nicholson, entonces novio de Anjelica Huston, solía estar mucho tiempo en el set de filmación además de enviarle rosas, todos los días, a la actriz. Otra anécdota que cuentan es el accidente provocado por Rowan Atkinson. El actor, reconocido por interpretar a Mr. Bean, se quedó dormido mientras llenaba su bañera, lo que provocó una inundación en toda la planta baja del hotel.
Final cambiado y enojo del escritor
Uno de los mayores puntos de discordia entre la versión cinematográfica de “The Witches” y la novela original de Roald Dahl fue el final de la historia.
En la web personal de Henson, se relata con detalles lo que pasó: "Las reuniones de desarrollo se llevaron a cabo de inmediato y en una reunión en particular el 26 de enero de 1988, Bernie Brillstein, gerente y amigo de Jim (Henson), sugirió filmar dos finales, uno que siguió al final original del libro de Roald Dahl en el que el niño, llamado Luke en la película, sigue siendo un ratón, o la alternativa con Luke siendo transformado de nuevo en un niño.
Hubo preocupaciones sobre qué final usar, pero Jim pensó que era mejor permitir que la audiencia decidiera. Varias proyecciones de prueba tuvieron lugar desde octubre de 1988 hasta mayo de 1989 en Londres y Los Ángeles. Durante estas proyecciones, se probaron finales alternativos en la audiencia y los segmentos que se consideraron demasiado aterradores se acortaron, cambiaron o eliminaron. En la proyección de noviembre, a algunos niños les pareció demasiado aterrador, asqueroso o repugnante. En mayo, las reacciones cambiaron drásticamente. El final alternativo con Luke transformándose de nuevo en un niño ganó entre la audiencia. Un espectador incluso describió el final como "el mejor desde “American Tale”. " La eliminación de escenas consideradas demasiado aterradoras combinadas con el más feliz de los dos finales permitió al público disfrutar de la historia y los efectos especiales. Los niños de ocho años o más todavía estaban preocupados por el nivel de miedo de los más jóvenes, pero en general encontraron que la película era una “gran fantasía y aventura”, se lee.
Esta decisión terminó por enojar al autor de la historia a tal punto que exigió quitar el nombre de la película.
En un artículo de Telegraph sobre las múltiples adaptaciones de la obra del autor, su viuda, Felicity Dahl, reveló que a su difunto esposo le corrían lágrimas por los ojos cuando vio el final de la cinta y exigió quitar su nombre de la película. Este argumentó que el cambio perdió totalmente el sentido de su libro.
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