Hace quince años, Marvel estaba cerca de declararse en bancarrota.
Esta semana, podría superar a Harry Potter como la mayor franquicia de películas de la historia.
"Los Vengadores: Edad de Ultron", la película número 11 en el "Universo Cinematográfico de Marvel", llegó a los cines del Reino Unido este jueves, una semana antes que en Estados Unidos.
Si las predicciones de taquilla son correctas, se convertirá rápidamente en la tercera película de mil millones de dólares de la franquicia, llevando a Marvel por delante de los US$7.700 millones obtenidos por las ocho películas de Potter, y mucho más allá de series legendarias como James Bond, Guerra de las Galaxias y El Señor de los Anillos.
PAPEL SECUNDARIO
Es un gran cambio para una empresa que, por décadas, desempeñó un papel secundario frente su archirrival de las historietas de dibujos animados, DC Comics.
El Capitán América, serializado para el cine en la década de 1940, fue el único éxito en la gran pantalla de Marvel durante 50 años.
Mientras DC se anotaba importante éxitos de taquilla con Superman y Batman, la lista rica y diversa de los personajes de Marvel quedaba relegada a los dibujos animados transmitidos por televisión los sábados por la mañana.
Su única apuesta en el cine en la década de 1980 fue el risible Howard el Pato - un fracaso colosal.
Mientras tanto, personajes más obviamente cinematográficos como el Hombre Araña y el Capitán América languidecieron en la sombra.
"Todo el mundo estaba considerando hacer películas de Marvel, pero los presupuestos eran demasiado altos", dice Sean Howe, autor de "Marvel Comics: The Untold Story".
"Ciertamente, antes de Terminator 2 no había la tecnología para hacer algo de una manera convincente".
AL BORDE DE LA QUIEBRA
Cuando la tecnología finalmente estuvo disponible para llevar a la vida al elenco de superhéroes de Marvel, la empresa estaba al borde de la quiebra.
El mercado del cómic había colapsado en 1993, debido a un exceso de oferta de títulos decepcionantes, y una crisis de confianza entre los coleccionistas.
Las ventas cayeron un 70% y Marvel quedó muy endeudado. Las acciones que habían costado US$35,75 en 1993 cayeron a US$2,38 en sólo tres años.
La empresa sólo se salvó gracias a una fusión con la compañía de juguetes ToyBiz, cuyo jefe, Avi Arad, fue nombrado presidente de la división cinematográfica de Marvel después de una dilatada batalla en la sala de juntas.
Arad examinó los intentos fallidos por licenciar las películas de Marvel a principios de 1990 -incluyendo una producción barata, inédita, de Los Cuatro Fantásticos- y tomó una decisión.
En el futuro, Marvel encargaría sus propios guiones, contrataría a sus propios directores y negociaría con las estrellas. Entonces vendería todo el paquete a un gran estudio, que filmaría y distribuiría la película.
"Cuando se hace negocios con un gran estudio, ellos están desarrollando 100 o 500 proyectos; uno está totalmente perdido", Arad le decía al New York Times en 1996.
"Eso no está funcionando para nosotros. Simplemente no vamos a hacerlo más. Y punto".
MÁS ALLÁ DEL CÓMIC
Al lanzarse en 2000, la trilogía X-Men demostró que los personajes de Marvel tenían una vida más allá de las revistas de cómics.
La estrategia funcionó. Fox compró los X-Men, Sony adquirió al Hombre Araña y New Line hizo la trilogía Blade.
Marvel era la única que no estaba sacando una tajada de los beneficios.
Según un artículo publicado en el portal Slate, la compañía ganó apenas US$25,000 por la primera película Blade.
Y, de los US$3.000 millones que recaudaron el Hombre Araña 1 y 2, Marvel vio sólo US$62 millones.
Peor aún: en momentos en que Hollywood se subía al vagón de los superhéroes, la empresa sacó apuradamente películas basadas en Elektra, Punisher y Daredevil, que resultaron ser decepcionantes en términos creativos y comerciales.
"Las cosas se nos iban saliendo de las manos", admitió el presidente de Marvel, Kevin Feige, en el sitio web de la misma compañía.
"Ahí es cuando empezamos a pensar en hacer las películas internamente".
POR SU CUENTA
Así fue que Avi Arad, junto con el jefe de operaciones, David Maisel, fue a Wall Street para conseguir financiación para un estudio independiente, haciendo películas basadas en personajes de segundo nivel que la empresa no había licenciado todavía en otro lugar.
Iron Man fue la primera película que Marvel produjo como un estudio independiente y se convirtió en el punto de partida para el Universo Cinematográfico de Marvel.
En su momento fue visto como una apuesta gigantesca. Un superhéroe menos conocido, interpretado por el "problemático" Robert Downey Jr, en su primer papel protagonista en una superproducción y dirigido por el cineasta independiente Jon Favreau, estaba lejos de ser un éxito garantizado.
Pero el filme deleitó al público y a la crítica por igual, en gran parte gracias a la irreverente interpretación por Downey Jr del inventor multimillonario Tony Stark, un cambio refrescante frente al Batman taciturno de Christian Bale.
TONO LIGERO
El tono ligero estableció el molde para el Universo Cinematográfico de Marvel, donde el carácter y la comedia tienen tanta misma importancia como el espectáculo visual.
Y, la aparición después de los créditos de la película de Samuel L. Jackson en el papel Nick Fury, Iron Man insinuó de una vez la posibilidad de la primera película de Los Vengadores.
"¿Crees que eres el único superhéroe en el mundo?", pregunta Fury, en momentos en que comienza el proceso de construcción del supergrupo sobrehumano.
"Señor Stark, te has convertido en parte de un universo más grande".
Ese universo abarca ahora 11 películas, siete series de televisión y una lista de las películas proyectadas hasta 2020.
Cada una se interrelaciona con la otra, en un arco narrativo tramado por un "grupo de expertos" de los productores de Marvel, dirigido por Evin Feige.
MILAGRO
"Logísticamente, es un milagro que haya ocurrido", dice Downey Jr. "Pero había un plan para ese milagro, así que les doy crédito".
La historia continua es lo que hace que la franquicia sea tan especial -y de tanto éxito-, dice Howe.
"No sólo porque cada película es un anuncio para todas las otras películas, sino porque le da al relato una complejidad que por lo general puede obtenerse sólo en las series de televisión y los cómics".
"La bola de nieve narrativa de Marvel -la forma en que todo se acumula- significa que se hace más grande y más popular, pero también más difícil de manejar", dice Howe.
"Eso sucedió en los libros de historietas. Con todos los cruces, todo se volvió muy poco atractivo para el nuevo seguidor. Con el tiempo, Marvel tuvo que hacer borrón y cuenta nueva, porque no se podía mantener todo eso en tu cabeza.
"Irónicamente, eso podría ser el mayor peligro para el éxito de las películas. Hay tantas historias que hay que navegar al contar esta historia más grande, que eventualmente se vuelve fatigante. Especialmente con las personas que no lo siguieron con cuidado desde el comienzo.
"Hay un montón de parejas a las que llevan obligadas a ver estas películas, que se van a rebelar", advierte.