En el 2011 Óscar Barriga y tres amigos lanzaron un cómic inspirado en una leyenda peruana que pudiera competir perfectamente con Superman, Spiderman o Batman. Así nació “Ayar. La leyenda de los inkas”, cómic relanzado en la última FIL Lima.
“Me gusta escribir desde que tengo 9 años. Pero el que me dio la idea de crear un guerrero incaico fue mi padre y quien propuso hacerlo en formato de cómic fue Virginia, quien ahora es mi esposa”, nos cuenta Barriga.
— ¿Qué necesita un personaje para convertirse en un superhéroe?
Definitivamente es un tema de valores. Si nos remitimos a la leyenda original de los hermanos Ayar, el más fuerte era Ayar Cachi, quien tenía la honda de poder que destruía montañas. Sin embargo, sus hermanos Uchu y Auca lo apresan por pura envidia. Por eso Uchu se convierte en piedra y Auca en cóndor. Ayar Manco, por otro lado, decidió seguir las palabras de su Dios y fundó el Imperio Inca, a pesar de no tener un poder específico.
— Debe ser un amante de las leyendas y mitos...
Sí. Todo el equipo en realidad. Los cinco viajamos para recolectar historias o mitos y nos la contamos entre nosotros para sacar nuevas ideas.
— Cuénteme un poco más sobre ese equipo...
Comenzamos como un grupo de amigos y pronto lo convertimos en una empresa. Ahora somos cinco socios: yo soy el creador, Virginia Borja es la guionista, Kaimer Dolmos el ilustrador, Erly Almanza le da color y el arte final, y Cristian Ramos es el rotulador.
— ¿Qué pasará cuando se hayan agotado las leyendas peruanas?
Dan para mucho más. Puedes hacer un cómic solo sobre la cultura Mochica o Chavín y te vas a quedar corto. La cultura preínca es impresionante. Materia prima hay de sobra.
— ¿Por qué tomó tanto llevarlo a los cómics?
Creo que varios ya se dieron cuenta del potencial, solo que el miedo los frenó. A veces en Facebook algunos me ponen: “Yo tuve esa idea hace años”. Estoy seguro de que sí, nosotros no descubrimos el oro. Muchos quisieron hacerlo, pero tuvieron miedo o no tuvieron el capital.
— O creyeron que no pegaría...
Cuando vamos a un colegio y contamos las historias de los incas los niños salen al recreo y ya no quieren ser Gokú, Vegeta, Superman o Spiderman, sino Ayar Manco o Ayar Cachi.
— Ahora vemos el éxito de este cómic, pero el inicio lo calificó como “un sueño ordinario imposible” durante el TEDxCharacato...
Exacto. Nosotros pensábamos que venderíamos millones de copias a la primera. Nos parecía que una idea era suficiente para ganar mucho dinero. Creo que eso piensa la mayoría. Nosotros dejamos los productos en el mercado de Arequipa, pero nadie vendió nada. Nada. Por eso tuvimos que salir a venderlo como ambulantes.
— Durante esa etapa tuvo una anécdota, fue durante el Día de la Madre.
Sí. Un niño le preguntó a su mamá quiénes eran los hermanos Ayar y ella le respondió que era un grupo musical. Ahí me di cuenta de que habíamos elegido un producto, la identificación nacional, que se estaba perdiendo e iba a ser difícil. Comenzábamos a hacer trivias, regalábamos dos cómics a quienes nos nombraran a dos de los hermanos y nadie lo hizo.
— Muchos habrían desistido, ¿por qué siguieron?
Creo que es porque encuentras tu sueño, algo que te pertenece. Esta historieta es casi como un hijo para nosotros, no podíamos dejar que muriera. Éramos cinco socios y al mes vendíamos 200 soles, para nadie es negocio vivir con 40 soles al mes. Pero para eso está el emprendimiento, te las agencias para que el sueño no muera.
— Así llegó a la Comic Con de San Diego en el 2012. Y ahí también tuvo una anécdota curiosa...
Sí. El mercado de los cómics es igual al de los libros, los ponen en una rejilla y a quien le interesa toma uno. Entonces estaba ahí, en San Diego, con un producto de 24 páginas, engrapado y que no tenía ni tapa dura. Así que viví un momento de desesperación, no de lucidez. Brotó el ingenio peruano que tenemos, salí de mi stand y me puse a gritar “¡Machu Picchu cómic!”. Imaginé que era lo que más conocían del Perú.
— ¿Y el resultado?
Espectacular. En dos horas vendí los 3.500 ejemplares. Antes de eso me pesaban los 40 kilos de historietas que llevaba en la maleta, la confianza de mis socios, el dinero que nos prestamos, todo.
— ¿Es cierto que el cómic se distribuye en 170 países?
Eso lo sacaron en algunos reportajes, pero es medio romántico. Nuestros primeros asesores los vendieron por Amazon, que llega a 170 países. Por ahí lo descargó una persona en Ecuador, otro en Japón, pero eso no quiere decir que vendo un millón de ejemplares ahí [risas].
— ¿Cuáles son sus mercados más fuertes entonces?
El estadounidense, el canadiense y el latinoamericano. En Latinoamérica tenemos a Bolivia, Argentina, Uruguay.
— ¿Cuál es el próximo paso para Ayar?
No queremos quedarnos solo en el cómic. Nuestro objetivo es tener una película en Hollywood.
— ¿Y hay novedades?
Estamos en muy buen camino. Ahora que Editorial Planeta distribuye, imprime y marketea el cómic, tengo la libertad de reunirme con Pixar o Universal y ver las probabilidades de hacer una película en ‘real action’. Me he dado un tiempo de cuatro años para anunciar que ya están produciendo la película.
Ficha del personaje
Óscar Barriga
Director de Tawa Producciones
Estudié en el colegio San Francisco de Asís, de Mollendo. Mi primera historieta fue Aguiluchos y de héroes Spiderman. Estoy casado con Virginia, mi mejor amiga y socia. Somos padres de Killary. En julio del 2011 fundamos Tawa Producciones.