"Las Meninas" y "Yo, asesino", dos cómics a tener en cuenta
"Las Meninas" y "Yo, asesino", dos cómics a tener en cuenta
Redacción EC

ADOLFO BAZÁN COQUIS ()

Coincidencias de la vida, esta semana terminé de leer dos novelas gráficas excepcionales que en estos primeros meses del año han sido premiados en los dos festivales más importantes de cómics de Europa, el último de ellos el viernes pasado. Y coincidencia añadida, ambas tienen a guionistas y dibujantes españoles como padres de ambas criaturas que, para más sincronía, tienen al  arte como leitmotiv. El arte entendido a partir de las pulsiones y pasiones humanas.

La primera de estas obras es "Las meninas", un cómic de casi 200 páginas que cuenta la historia del pintor Diego Velásquez y del cuadro más famoso que se exhibe en el Museo del Prado de Madrid, el retrato de la familia del rey Felipe IV, obra cumbre de la era barroca española. Esta novela gráfica está en boca de todos los amantes del noveno arte en Europa pues el viernes recibió el Premio a Mejor Obra Española en el 33 Salón Internacional del Cómic de Barcelona.

La segunda obra a la que me refiero es "Yo, asesino", la historia de un profesor de arte que está convencido de que el asesinato es no solo el motor que mueve la historia sino que también es la expresión humana más sublime. El crimen pensado, elaborado, motivado, con sentido y que es capaz de impactar y alterar. Su concepción y sus viñetas le valieron el  Gran Premio de la Asociación de Críticos y Periodistas de Cómic (ACBD) que le fue entregado en el 42 Festival International de la Bande Dessineé en Angoulême (Francia) en enero pasado.

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Respecto de "Las meninas", se trata de una obra del guionista Santiago García y del dibujante Javier Olivares que fue publicada a fines de setiembre del 2014. Aunque a simple vista se trata de la biografía del pintor más famoso del Siglo de Oro de España, la novela gráfica es también la explicación a grandes y cortas pinceladas del parto que supuso para Diego Velásquez hacer el cuadro que lo inmortalizó. Y es, además, un retrato de las diferencias sociales encarnizadas en el siglo XVII y de cómo el arte se convierte en un vehículo de ascenso social.

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