En febrero del año 2008, tres semanas después de que Adele lance su primer álbum, el destacado crítico de música Bob Lefsetz publicó en su blog que la artista, si bien tenía mucho éxito en el Reino Unido, no iba a tener la misma suerte en el resto del mundo.
Según él, Adele "era muy gorda" para poder ser exitosa. "Puedes ser adicto a las drogas. Puedes ser estúpido, pero no puedes ser gordo", escribió. "En América, todo funciona en base a las apariencias. Las chicas gordas no tienen la oportunidad. ¡Ni la chica en la serie 'Ugly Betty' es fea!".
Y el crítico continuó: "La música es algo que escuchas, escucha Adele y luego mira algunos de sus videos. Será todo un shock. Nada parecido vemos en la televisión americana".
Así, con dos discos platino, siete Top 40 hits, y un récord de ventas por su último disco "25", Adele le ha demostrado a Lefsetz que estaba totalmente equivocado. De hecho, la artista le ha demostrado al mundo que su apariencia -como era en el 2008 y como lo es ahora- no era un tema que debía de ser comentado. Para ella, la música es lo importante.