La noche del domingo 26 de enero se celebró la 62ª edición de los Premios Grammy y no todos quedaron muy satisfechos. En una ceremonia de pocas sorpresas, un leve brillo llamó la atención de los aficionados a la música: por primera vez en la historia de la ceremonia, una artista de 18 años ganaba las categorías más importantes de la premiación. Esa era Billie Eilish.
Gracias a su canción “Bad guy”, incluida en su primer álbum de estudio “When We Fall Asleep, Where Do We Go?" (2019), la cantante se llevó los gramófonos a Álbum del año, Grabación del año, Canción del año, Mejor nuevo artista y Mejor álbum de pop vocal; siendo así la primera mujer en lograrlo. Nada menos.
El talento que se ve solo una vez en la vida
La historia de Billie Eilish ya era un récord, incluso antes de haber conseguido la victoria arrasadora en los Grammy 2020. Como pocas veces se ve en la gran industria, la joven nacida en California es de aquellos talentos precoces que surgen cada 20 años: con identidad propia y un camino definido. Porque si bien es sencillo encontrar un adolescente artista, pocas veces lo es hallarlo con un concepto sólido en imagen y sonido.
Ser hija del músico Patrick O’Connell y la actriz Maggie Baird fue un golpe de suerte para Billie Eilish. Sus padres y hermano ─el cantautor y productor Finneas O’Connell─ potenciaron su interés por el canto, inscribiéndola a los 8 años en el Coro Infantil de Los Ángeles. Allí perfeccionaría su técnica vocal para luego plasmarla en los primeros trabajos musicales al lado de Finneas.
Un pequeño dormitorio fue transformado en una suerte de estudio de grabación, donde los inseparables hermanos O’Connell buscaron la voz y el estilo de la artista en desarrollo. La temática melancólica y el sonido íntimo parecían sentarle bien y, bajo este concepto, nació “Ocean eyes” en 2015. La canción alcanzó popularidad en Soundcloud y empezaron a llegar las ofertas para Billie Eilish.
Danny Ruckasin empezó a representarla y encaminó las grabaciones de sus primeros EP’s en 2017 (“Ocean Eyes (The Remixes)” y “Don’t Smile at Me”). Aún sin poder asimilar su creciente popularidad, la joven cantante ya estaba al frente de miles de personas en sus más de 20 shows en Europa y Estados Unidos como parte de su gira “Where’s My Mind”.
Luego llegaría su participación en la banda sonora de la serie de Netflix “13 Reasons Why” con el tema “Lovely” y las colaboraciones con raperos como Khalid y Vince Staples. El mejor momento de la cantautora se plasmaría en marzo de 2019 con el lanzamiento de su álbum debut “When We All Fall Asleep, Where Do We Go?” y los cinco Grammys que reconocieron su valor diez meses después.
La ‘chica sombría’
Sin embargo, lo cierto es que la fama no da la felicidad. Y ese era el caso de Billie Eilish, quien afrontó un 2018 lleno de altibajos producto de sus problemas de depresión. “Era tan infeliz y estaba tan triste. No quiero sonar muy sombría, pero no creí que llegaría a los 17 años”, aseguró en una reciente entrevista; en la que también confesó que tuvo pensamientos suicidas.
Esta lucha le dio a la intérprete de 18 años un pesada mochila con la que aún debe cargar: su imagen de ‘chica sombría y depresiva'. “Nadie que me conoce cree que soy una persona sombría”, dijo hace poco. No obstante, su apariencia ─que sabemos que es solo una imagen para el mercado─ y su música son clara referencia a una nostalgia solitaria que sobrecoge hasta los nervios.
Y es precisamente eso lo que hace que la música de Billie Eilish provoque ser escuchada durante un viaje en transporte público, mientras se mira por la ventana en un día de lluvia; o, por el contrario, simplemente apagar la radio.
La razón de su estilo musical, sin embargo, tiene un trasfondo especial para ella. “Recuerdo que, al inicio, hubieron compañías musicales y radios que no querían pasar mi música porque era ‘muy triste’; lo cual es gracioso para mí porque todo el mundo se ha sentido triste en la vida y sé que es importante promover la felicidad y el amor propio, pero mucha gente no se ama a sí misma”, afirma.
Y, probablemente, tan solo se trate de ello: ser la (nueva) voz de los jóvenes que no pasan un buen momento. De quienes buscan conocerse, de quienes no encuentran su lugar, de quienes se sienten solos, a quienes les rompen el corazón, etc.
¿Qué mejor que sentirse identificados con una artista que pasó por esas emociones en carne propia? Si nos animamos a descomponer por completo el concepto de Billie Eilish, posiblemente entendamos la esencia de su música.
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