Las crisis sociales que han vuelto a poner a América Latina en los ojos del mundo han motivado que destacadas personalidades de la industria musical dejen de lado los micrófonos, las cámaras y las luces para salir a manifestarse. Usando su derecho como ciudadanos, han criticado gobernantes vigentes, respaldado demandas ciudadanas e, incluso, algunos de ellos se animaron a participar de marchas y hasta liderarlas.
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Este escenario se viene acrecentando con mayor notoriedad en Latinoamérica. Desde el último fin de semana, Chile es escenario de diversas manifestaciones que han desencadenado en actos violentos con un saldo de ─hasta ahora─ 17 personas. El aumento del costo de vida y no de los sueldos han exacerbado los ánimos de los chilenos, quienes son reprimidos por las fuerzas militares locales.
Frente a esto, los primeros artistas en salir al frente fueron los cantantes Mon Laferte y Residente. La primera, nativa de Viña del Mar, mostró solidaridad y apoyo a sus compatriotas a través de Twitter e Instagram. Entre sus expresiones, justificó que el incremento en el pasaje del tren fue “la gota que rebalsó el vaso en un sin fin de abusos que han venido sucediendo, incluidos las AFP, educación y salud”. Además, poco le tembló la mano para tildar de “dictador” al actual presidente de Chile, Sebastián Piñera.
Residente, por su parte, compartió un video en el que respaldó las demandas sociales de todos los países latinoamericanos que viven días de desconcierto y violencia. “Les digo que tienen el apoyo incondicional mío, si hay que reunir artistas, lo que sea, me tiran al directo. Les digo que se manifiesten, que no dejen de manifestarse”, dijo en Instagram. El puertorriqueño de 41 años es, probablemente, la figura musical más asidua a los comentarios políticos coyunturales. De hecho, el exvocalista de Calle 13 también se pronunció sobre las revueltas en Puerto Rico, Venezuela y Nicaragua.
Hace tres meses, Puerto Rico también estuvo en la mira de la región, tras protagonizar numerosas marchas reclamando la renuncia de su entonces gobernador, Ricardo Roselló. La autoridad de gobierno era acusado de participar en chats que involucraban ofensas y burlas a personajes de la política local. Durante 10 días, miles de habitantes de la isla se movilizaron en las calles con banderas y carteles que citaban frases como “Ricky, renuncia”. La presión social, entonces, minó la ya reducida popularidad de Roselló y este terminó por renunciar a su cargo.
Durante los días de tensión, artistas como Ricky Martin y Marc Anthony utilizaron sus redes sociales para animar a los puertorriqueños a participar de las manifestaciones. Mientras el primero calificaba a Roselló como un“cínico” y “maquiavélico”, el segundo resaltaba como un “acto de valor” las marchas en la isla. A este respaldo, se sumaron figuras como Olga Tañón, Daddy Yankee, Bad Bunny, Farruko, entre otros.
Lo mismo sucedió con la aún caótica Venezuela, la cual, en enero de este año, lucía abarrotada de opositores al gobierno de Nicolás Maduro, luego que la Asamblea Nacional lo considerara un “usurpador” por no reconocer la elección de Juan Guaidó como presidente encargado. Como si aquello fuera poco, el todavía presidente venezolano había roto el tratado diplomático con Estados Unidos, expulsando a todos los involucrados en un lapso de 72 horas. Esta problemática derivó en el concurrido concierto “Venezuela Aid Live” en febrero de 2019, al que asistieron más de 300 mil personas. Algunos artistas que se presentaron en el puente Tienditas de la ciudad de Cúcuta (Colombia) fueron Paulina Rubio, Maluma, Miguel Bosé, Alejandro Sanz y el dúo Chyno y Nacho.
Así como ellos, otras figuras públicas de la música siguen viendo en los conciertos gratuitos una forma pacífica de protestar. “Paz sin fronteras” fue uno de los pioneros en este formato. Como se recuerda, el colombiano Juanes viene liderando este show desde el 2008. Si bien inició como iniciativa para acabar con la crisis diplomática entre Ecuador, Colombia y Venezuela, hoy es un concierto que sirve como voz para las demandas sociales de este último país y se llevó a cabo por primera vez en febrero del 2013.
Con una crisis venezolana que se viene arrastrando desde el 2016, Juan Luis Guerra, Alejandro Sanz, Ricardo Montaner y Luis Fonsi fueron algunos que utilizaron Twitter para declarar su emoción ante el reconocimiento de Juan Guaidó, a quien aún ven como una esperanza para el país llanero.
Y si de olas migratorias se trata, es imposible no mencionar las lideradas por miles de hondureños en octubre del 2018, cuando decidieron emprender una caravana rumbo a Estados Unidos en busca de asilo. Esto a propósito de la pobreza extrema y la inseguridad imperante que reina en Honduras y afecta al 60% de la población, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Los disturbios incesantes desembocaron en la intervención de México, desde donde el entonces presidente Enrique Peña Nieto envió a policías antidisturbios a disuadir la caravana centroamericana, incrementando así la violencia. Esto generó incomodidad en figuras públicas como el actor Diego Luna, quien expresó su inconformidad con la medida del gobierno mexicano. “Un país que ha orillado a tantos mexicanos a buscar suerte al norte de nuestra frontera, no puede dar la espalda a los que hoy buscan una vida mejor lejos de la pobreza y la violencia”, escribió en Twitter.
Si retrocedemos un poco más en el tiempo, en abril de 2018, Nicaragua se convertía en el centro de múltiples actos violentos que acabaron con la vida de más de 300 personas en lo que fue el reclamo por las reformas al sistema de seguro social lideradas por el todavía presidente Daniel Ortega. La represión policial no pudo sostener las movilizaciones en ciudades como Managua y Masaya, ocasionando que finalmente el mandatario revocara dichas modificaciones.
Por aquel entonces, el exvocalista de Héroes del Silencio, Enrique Bunbury, fue la figura musical que hizo mayor eco sobre demandas sociales de los nicaragüenses. Mediante Twitter, el artista español recordó el apoyo recibido durante las promociones de su cuarto álbum “El viaje a ninguna parte” (2004).
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la gran mayoría de figuras públicas presentadas no reside en los países en conflicto. Por el contrario, desarrollan sus carreras en ciudades como Miami o Nueva York, lejos del caos y el desconcierto. Si bien esto no le quita mérito ni empatía a sus iniciativas, tampoco les concede una sensibilidad propia de quienes sufren las consecuencias de una mala gestión política.