El músico británico David Bowie es considerado un innovador, en particular por sus trabajos de la década de 1970 y por su peculiar voz. Falleció a los 69 años. (Foto: EFE)
El músico británico David Bowie es considerado un innovador, en particular por sus trabajos de la década de 1970 y por su peculiar voz. Falleció a los 69 años. (Foto: EFE)

“Escucho a David Bowie desde niña” (Phoebe Condos, música y artista)

“La primera vez que escuché una canción de tenía unos 10 años. Estoy casi segura de que fue Young Americans”, nos cuenta Phoebe Condos, reconocida integrante de Mar de Copas, sobre su primer contacto con el músico nacido en Londres el 8 de enero de 1947. Desde entonces, sus canciones han sido fuente inagotable de complicidad. “Podría decir que hay un soundtrack para cada uno de mis momentos”, asegura Phoebe. En sus palabras, su enorme diversidad musical lo convierte en un genio atemporal. Después de todo, Bowie no fue solo un genio para componer, cantar y performar, sino que fue, además, un artista íntegro y leal a sí mismo. “Creo que su herencia estará siempre viva y que trasciende lo musical. David Bowie le sacó la vuelta a toda convención y sigue siendo un estímulo para aquellos que necesitan aceptar ser diferentes a lo común”, nos dice.

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Recuerda, entonces, el día de su partida. “Estaba dormida, cuando la llamada de una amiga me despertó: “Lo siento”, me dijo, “Se fue Bowie”. Todo se puso negro. Mi hija Martina, de 7 años en ese momento, entró en mi cuarto y me encontró llorando. Se debe haber impactado, porque nunca antes me había visto así, y me abrazó con todas sus fuerzas”, cuenta la también multifacética artista, que no solo canta o toca, sino que escribe libros para niños y realiza bordados extraordinarios, algunos de los cuales representan al mismísimo Starman.

A los pocos días, su hijita le obsequió un muñeco de tela de David Bowie hecho por ella misma en sus clases de bordado. “Recuerdo que, un par de días antes de morir, se había anunciado el ‘Blackstar’ y hubo una hermosa sesión de fotos. Ahí podía verse a Bowie con saco y sombrero, posando, generoso, ya consciente de lo poco que le quedaba. Entonces pensé: “Este hombre es elegante hasta para morirse”.

Bordados y muñeca de tela de Phoebe Condos. (archivo personal de Phoebe Condos)
Bordados y muñeca de tela de Phoebe Condos. (archivo personal de Phoebe Condos)

“Yo estaba en Manhattan cuando murió Bowie” (Sandro Mairata, periodista)

Esa noche yo había ido a un restaurante ubicado a dos cuadras del bar donde Bowie conoció a la banda que tocaría en el ‘Blackstar’”, nos cuenta Sandro Mairata, periodista que en aquellos días del 2016 vivía y trabajaba muy cerca de Nueva York. Confeso fan del músico y coleccionista de sus discos desde muy joven, no era la primera vez que caminaba por la Gran Manzana esperando ver su sombra afilada o la mirada de sus ojos bicolor. Quizás para cazar un selfie a su lado; quizás solo para verlo pasar y contagiarse un poco de su energía extraterrestre.Con el Blackstar recién lanzado aquel mismo día, sus expectativas eran altas. “Luego me fui a ese bar pensando en que, de pronto, Bowie estaría allí celebrando el lanzamiento del álbum, pero no pasó nada. Volví a mi depa y ahí estaba el ‘Blackstar’ que había comprado en preventa”. Se puso a escucharlo, cuando era imposible intuir que aquel vigésimo quinto álbum de su discografía sería el último. Entonces, como a las 3 a.m., una amiga lo llamó y le dijo, sin rodeos, “¡Murió Bowie!”. La noticia le chocó muchísimo, sintió una inmensa pena. ¿Cómo imaginar que ese hombre que vivió siempre a la vanguardia de todo ya no crearía más? “Al día siguiente tenía que estar en Connecticut a las 11 a.m., pero mandé todo a la mierda, compré flores y me fui a dejárselas a la entrada de su departamento”, cuenta Sandro. En el camino a comprarlas ya veía en las calles a muchos con camisetas de Bowie, personas llorando, maquilladas como él en los 70, caminando entristecidas, apagadas. Cuando llegó a la entrada del edificio en el que vivía, vio allí a otros como él, almas que pasaron esa madrugada, desde que se conoció la noticia, escuchando “Blackstar”, “Space Oddity”, “Diamond Dogs”, “The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars” y otros discos suyos, para consolar la pena en las alegrías musicales que Bowie les dio. Para quienes convirtieron en improvisado altar la fachada del edificio de Bowie, ubicado frente a Central Park, la noticia fue como si el clásico rayo que atravesaba su rostro en una de sus más clásicas imágenes, los hubiera partido en dos.

Sandro Mairata en Nueva York. (Foto: archivo personal de Sandro Mairata)
Sandro Mairata en Nueva York. (Foto: archivo personal de Sandro Mairata)

“Conocí a Bowie en una fiesta privada” (Carmen D’Alessio, socialité y PR)

Estuve en una fiesta privada de un amigo en común y nos presentaron, me cayó fabuloso”, nos cuenta desde Rio de Janeiro Carmen D’Alessio, tótem por excelencia de la noche neoyorquina desde sus días como Santa Patrona del Studio 54, la mítica discoteca que marcó tendencia en los 70 y a la que acudía la crema y nata del show business de aquellos años, Rolling Stones, Michael Jackson o David Bowie incluidos. De hecho, Andy Warhol, otro infaltable allí y uno de sus grandes amigos, dijo que nadie hacía fiestas como ella. “Carmen ES el jet set”, sentenció alguna vez el icono del pop art. “Lo conocí brevemente en una fiesta privada y fue mi vecino muchos años, cuando estaba casado con Iman, una modelo guapísima, amiga mía, con quien vivía en el Essex House”, rememoró Carmen sobre David Bowie. “Me cayó fabuloso y lo encontré fabuloso, guapísimo, muy carismático. Daba hasta vergüenza estar delante de un tipo tan maravilloso, tan brillante”, cuenta, conservando intacta la fascinación que sintió más de 40 años atrás. Y revela la gracia de su primer encuentro: “Es que nos presentaron, nada más y nada menos, que entrando al baño. Fue una situación muy divertida, nos quedamos conversando ahí un buen rato, nos caímos súper bien de inmediato. Fue un encuentro muy amistoso, una coincidencia simpática. Bowie fue siempre un tipo muy encantador”. Como vivía en el edificio al lado del suyo, cuenta Carmen que se encontraban muy frecuentemente y se saludaban con mucho cariño, como cercanos amigos. “No era que saliéramos juntos, pero sí habíamos congeniado muy bien desde la primera vez que nos vimos”, agrega. Cuando llegó el día final, Carmen no estaba en Nueva York y tardó varios días en enterarse, porque estaba viajando de un continente a otro. Ella tampoco sabía nada sobre la enfermedad que lo aquejó en los últimos años. La reina de la noche, forjadora del Studio 54, quedó tan sorprendida por la noticia como el resto de mortales que vieron triunfar a ese alienígena conocido como Ziggy Stardust.

David Bowie en Studio 54. (Foto: Faceabook)
David Bowie en Studio 54. (Foto: Faceabook)

“La música de Bowie es el soundtrack de mi vida” (Andrés Tapia del Río, productor del sello Repsychled)

Una madrugada como hoy, pero de hace seis años, pasaba la medianoche y Andrés leyó en Internet un mensaje que lo dejó helado: “David Bowie died… “. “En mi rápida lectura quise creer que decía “did” y quería leer qué había hecho, pero decía realmente que lo que había hecho era fallecer. Fue un golpe duro, un vacío enorme, no lo pude creer”, nos cuenta el fundador y gestor de Repsychled Records, sello discográfico independiente dedicado a rescatar y reeditar los grandes discos de la historia del rock peruano. Melómano y coleccionista, Andrés siempre tuvo a David Bowie en el Olimpo de sus gustos musicales. De hecho, en 1986 vio junto a su hermano la película Laberinto, dónde Bowie tiene un papel principal, y hace unos años, la película y música de Laberinto, justamente, fueron la temática de la pedida de mano y noche de matrimonio de aquel hermano suyo. Por eso, asegura, la música de Bowie “es el soundtrack de mi vida”.

Aquel 10 de enero del 2016 tenía en la refri 3/4 de botella de Jagermeister y sabía que para la mañana no quedaría nada, sabía que sería imposible dormir, así que empecé a oír unos vinilos de Bowie, como queriendo alargar su permanencia, como pensando que nada había cambiado del día de ayer a hoy... pero, en lo que el proceso iba reafirmando lo que realmente había ocurrido, solo atiné a escribirle a aquellas amistades con las que tenía algún recuerdo relacionado con la música de Bowie. La mayoría dormía en ese momento, algunos despertaron y se quedaron atónitos, como yo”. Andrés, quien en un viaje a Europa logró conseguir fotografías firmadas de puño y letra por Bowie, recuerda que, como a las 3am, le escribió Sandro Mairata desde Manhattan para darle la triste noticia y contarle además que estaba a pocas cuadras del edificio de la calle Lafayette 285 donde pasó sus últimos años David Bowie. Ambos, como miles en el mundo, pensaron que, tras el lanzamiento de Blackstar, el Duque Blanco retomaría su actividad con más energía y soñaban con que alguna de sus giras lo trajera al Perú. Y es que el 2013 había lanzado The Next Day, su primer álbum con material nuevo en 10 años. Bowie parecía recuperar el ritmo. Pero no fue así. Entonces, Andrés le pidió a Sandro un favor, de melómano a melómano: que le lleve unas flores a la mañana siguiente a su edificio. Mairata lo hizo y, además, dejó un “Gracias” en su nombre.

Al día siguiente lo visitó su amigo, el músico Aldo Rodríguez, con quién había oído a Bowie por largos años, desde fines de los 90, gracias a los consejos de amigos como Manolo Garfias y Pepe Salomón, ampliamente conocidos en el mundo de la melomanía peruana. “Oímos en su auto el primer CD que tuve, que eran unos demos de la BBC y que sonaba muy mal… ¡Pero qué buenos recuerdos traían!”

“Al amor de mi vida le decían ‘Boui’” (Vivian Murphy, relacionista pública)

Bowie murió el 10 de enero del 2016, casi al amanecer para nosotros. ‘Boui’ murió el martes 12 de enero de 2016. Fue una cosa increíble, magnética, para mí, pensar al comienzo de esos días: “Ha muerto Bowie” y terminar pensando: “Ha muerto ‘Boui’”, recuerda Vivian Murphy, relacionista pública de reconocidos artistas y creadores peruanos desde hace muchos años. Ella no solo fue fanática del multifacético músico británico, sino pareja y madre de los hijos de Carlos Magán, recordado bajista de Voz Propia. “David Robert Jones, o David Bowie, entró a mi vida cuando tenía 17 años. Me lo presentó Carlos Magán, a quien todos le decíamos ‘Boui’ por su gran parecido a él y quien, con el tiempo, sería el padre de mis hijos. Irónicamente entraron y salieron juntos de mi vida. Sus canciones definitivamente constituyen parte de mi ADN, ya que me acompañaron desde mi temprana juventud hasta mi fase adulta como madre y también como compositora. Definitivamente fueron una gran influencia en mi vida. Cuando escucho “Bowie” todas mis células reconocen el nombre, pues está enraizado a mis más profundos recuerdos y sentimientos”, comparte Vivian, al mismo tiempo que resalta temas como “Life on Mars?” o “Absolute Beginners” entre sus favoritos. Ella recuerda que, aquel día que el mundo amaneció con la noticia, lloró mucho. “Fue un llanto muy profundo. Nunca imaginé que, 24 horas más tarde, el 12 de enero, Carlos Magán, alias ‘Boui’, se iría también. Me he quedado pensando en lo metafísico de esta relación: ¿Por qué murieron juntos? Era un último show, fue una partida doble de ídolos. Mientras recuerdo todo esto, resuena en mi casa el bajo intenso, incomparable e inimitable de Carlos ‘Boui’ Magán, tocando “Heroes”, clásico himno al amor de Bowie, en la versión cover que hace Voz Propia. ‘Boui’ y Bowie son parte de mí”.

Fallecido cantante Carlos Magán de Voz Propia.
Fallecido cantante Carlos Magán de Voz Propia.

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