Si la música es una expresión de la experiencia humana, inevitablemente también lo será de un elemento inherente a ella como el amor. El romanticismo se ha convertido en un tema atemporal matizado por cada generación de acuerdo a su propia forma de expresarse. Dicho de otro modo, por más que cambien las nociones de cómo debería quererse, vivir en pareja, cortejar, o los ideales que se tienen respecto a una relación, la canción romántica siempre prevalecerá, aunque no de la manera en que la conocemos.
Con las pérdidas de José José y Camilo Sesto, se repensó nuevamente la situación actual de las baladas románticas dentro de la escena musical. La pregunta evidente era cómo pasamos de letras más solemnes por otras que se enfocaban en lo coloquial, cuál fue el punto de quiebre y a qué se deben estos cambios. A propósito de ello, el historiador Jesús Cosamalón puntualiza que este fenómeno no debe ser visto como la extinción de un género, sino como una respuesta consecuente a los cambios que ha experimentado la sociedad en las últimas décadas. “Se entiende cada propuesta musical de acuerdo a su contexto. Es decir, qué se utilizaba más para el cortejo o para socializar. Antes de la balada, estuvo el bolero, por ejemplo. Las formas de interactuar entre las personas ha cambiado y eso necesariamente se refleja en expresiones culturales como la música”, señala.
En la actualidad, el género urbano parece haber copado la mayor parte de la industria de la música, ya que cada vez más recursos se destinan a su producción. En distintos puntos de la historia, el apogeo de una corriente musical estuvo estrechamente vinculado con la ubicación geográfica y su contexto social, pues al mismo tiempo se podría haber estado gestando otro movimiento sin que se supiera mayor detalle al respecto. Por ejemplo, cuando el rock dominaba la escena estadounidense, a la par emergieron los primeros rastros de lo que hoy se conoce como el hip hop, y tardó años en llamar la atención como fenómeno cultural. Hoy por hoy, la masificación de nuevos ritmos es relativamente sencilla por la interconexión que hay entre las personas gracias a los medios digitales.
LA IMPORTANCIA DEL CONTEXTO
El autor del libro “Clásicos AM: Historia de la balada romántica latinoamericana", Ricardo Martínez, resalta en su obra que la generación que nació entre 1965 y 1985 tiene un vínculo particular con las baladas románticas debido a que era lo primero que se escuchaba en las radios. Según explica, todavía no se había extendido la costumbre de coleccionar casetes o vinilos. En la misma línea, Cosamalón explica que, en efecto, "quienes estaban en el tránsito de la adolescencia cuando sonaban las baladas, tienen una memoria de vida que asociará ese género, en la mayoría de casos, con tiempos mejores. Y esa es una idea que los acompañará para toda la vida.”
Por tal motivo, muchas personas de esa generación tienden a idealizar la balada como una manifestación más acorde del romanticismo en comparación con las letras que suelen apreciarse en el reguetón o el pop de estos tiempos. Aunque al desglosar las letras de los temas más populares de esa corriente, caemos en cuenta de que, como se menciona líneas arriba, responde a una concepción del amor en el que la figura de la mujer tiene un rol muy distinto al de ahora. En los boleros de la primera mitad del siglo XX, el cortejo se sustentaba en la idealización de un amor que parecía inalcanzable. Mientras tanto, en la balada las letras se enfocaban en la cotidianidad de las relaciones de pareja.
Basta con tomar unos ejemplos para darnos cuenta. En el caso de “Perdóname”, de Camilo Sesto, desde el título se plantea la posición de cada actor dentro de la historia: el del hombre que anhela recuperar el amor de una mujer. De igual modo ocurre con el tema “Almohada”, de José José, en el que queda en evidencia la necesidad de un individuo por recuperar el interés de su pareja. En resumen, un amor circunscrito al vínculo ya existente entre dos personas. Ahí radica la importancia de que sea visto en el contexto adecuado. En contraste a las canciones de la actualidad, que son más explícitas, las de antes tenían un subtexto en las letras que evidenciaban la manera de concebir una relación más acorde al contexto en el que se compuso.
Entre las décadas de los cincuenta y ochenta, la balada romántica experimentó su época de mayor popularidad. Coincidentemente, un periodo en el que muchos conceptos e imaginarios empezaron a ser cuestionados a nivel mundial. De esta manera se creó una escisión con una generación anterior. La socióloga Noelia Chávez explica que la liberalización actual se sustenta en un proceso que inició en aquella etapa, cuando se empezó a discutir acerca de los derechos de las mujeres, las libertades reproductivas o el enfoque de género. “Las estructuras modelo de una relación que se tenían distinguían roles más marcados tanto para el hombre como para la mujer, quienes estaban encasillados en una serie de comportamientos. Conforme pasan las décadas y se empiezan a cuestionar las libertades individuales en diferentes lugares, poco a poco se empiezan a resolver procesos democráticos que, de algún modo, flexibilizan las relaciones entre las personas y desdibujan estos modelos”, especifica.
NUEVOS TIEMPOS
No obstante, el contexto social no es lo único que ha determinado un cambio sobre la canción romántica. Existen géneros que echaron mano de las ventajas del desarrollo tecnológico, añadiéndole nuevos elementos a la producción musical, para modificar la experiencia del público. Estas herramientas facilitaron que músicos románticos posteriores a los baladistas vean favorablemente la fusión de su estilo con otros más modernos. Cuando se habla de la generación que tomó la posta nos referimos al los músicos pop. Referentes como los españoles Alejandro Sanz, Álex Ubago y Pablo Alborán han reconocido en más de una oportunidad la necesidad de renovar constantemente su propuesta.
Sanz, al colaborar con Shakira en “La tortura”, fue uno de los primeros en experimentar con una mezcla de ritmos que ahora es más frecuente oír. La historia cuenta de una mujer que se resiste a volver con su expareja luego de que este la hiciera pasar por malos ratos. Pero la característica principal es que en el desenlace, ella enfatiza su voluntad al rechazarlo rotundamente a pesar de la insistencia de él. A propósito de ello, Noelia Chávez detalla que entre el auge de los boleros y el estreno de “La tortura” han tenido que pasar más de cien años en los que se manifiesta la evolución del pensamiento en gran parte de la sociedad. “Desde las baladas se nota en las letras que el hombre está sufriendo. Tenía recién la capacidad de mostrar el temor a un posible rechazo y eso era algo que no podía mostrar antes por los estereotipos. Si entendemos los movimientos feministas de los ochenta, los derechos de las minorías, de la comunidad LGTB, entre otras expresiones culturales, es lógico tener como resultado que cada vez más se toquen temas tabú y se posicione la imagen de la mujer de manera distinta”, afirma.
Recientemente, Álex Ubago ha sido uno de los últimos en sumarse al género urbano con el tema “Si tú te vas”, en colaboración con Mike Bahía. En una conversación con El Comercio, el artista español señala que el tránsito hacia otros rubros no responde a un tema netamente comercial, como se podría creer, ya que en realidad los ritmos siempre están en constante reinvención. “Puede que el concepto de romanticismo más clásico vaya cambiando entre los jóvenes. La manera de ver el amor, de sentir y de ver las relaciones es otra. Nos seguimos enamorando y desenamorando igual también. Por eso hay que entender que el mundo puede evolucionar pero los sentimientos no mucho. Sí pienso que hay canciones más explícitas y algunas de ellas denigran a la mujer. Eso es lo que hay que evitar. Mientras tanto, el romanticismo tan puro como se conocía puede ser retomado de otras formas”, concluye.