Ya no es raro prender la televisión y ver a Lucho Quequezana llevando a cabo experimentos musicales extremos: reunir por primera vez a músicos que nunca han tocado juntos para componer una canción, componer ritmos con objetos inusuales o hacer que alguien aprenda a tocar un instrumento en una hora a través de un tutorial. Tampoco sorprende que la segunda edición de su Concierto Facebook –show en el que participan algunos de sus seguidores en la red social– pase de La Noche de Barranco (200 personas) al Teatro Peruano-Japonés (1.000 butacas).
“La convocatoria se hace por Facebook, de ahí el nombre”, dice Quequezana. “Recibimos tantos videos de músicos tan talentosos, que decidimos armar una Banda Facebook, la cual en una parte del show reemplaza a mi grupo”, agrega. Los experimentos musicales no tienen límite para el autor de “Combi” y “Kuntur”.
—¿Sientes que te estás consolidando como el músico al que le gusta experimentar y hacer cosas raras con la música?
No. Me siento como siempre he sido. Recién cuando termino los proyectos la gente me dice que son locos, pero en el momento en que los hago no me doy cuenta. Mis trabajos siempre han tenido que ver con la experimentación. Si ahora tengo la suerte de tener gente que me sigue, lo que quiero es compartir la música que ellos hacen.
—¿De qué manera te ordenas al momento de organizar un Concierto Facebook?
Este no es el primer evento participativo que hago. El disco “Combi” fue el primer disco interactivo que se ha hecho porque desde tu casa podías grabar y estar en mi disco. En mi Facebook la gente es muy activa y les tengo cariño. Si hay un pata que tiene un talento alucinante, tiene ahora la posibilidad de mostrarlo ante mil personas.
—¿Notas que hace falta en la industria local una mayor participación o interactividad con el público?
Tomé conciencia de eso después. Pero no pongo énfasis en ayudar, sino en vacilarme con ellos como músicos. Si de pronto descubro a alguien que es un músico increíble y tiene una propuesta, seré el primero en pedir que lo escuchen.
—¿Cómo analizas tu relación con la movida musical local?
Obviamente, soy parte de ella. Es paja porque no me siento arrinconado en un sector, sino dentro. Conozco muy bien qué está pasando en los diversos estilos y tengo la suerte de un día poder tocar con la Sinfónica, luego con Bareto y después con Daniel F. Eso es genial porque es un acercamiento de músicos, no de estilos. Es a lo que deberíamos llegar.
—Sin embargo, en tus discos no dudas en mezclar ritmos. A los elementos folclóricos, por ejemplo, agregas pop y diversas progresiones.
Sí, pero no es una mezcla preconcebida. Claro, yo empecé de muy pequeño en el folclor, pero ya de adolescente escuché Pink Floyd, Jethro Tull... y cuando componía era imposible que eso no me influenciara. Creo que mi música es eso: un reciclaje de todo lo que he escuchado durante mi vida.
—¿Hasta qué punto es válido fusionar el folclor con otros ritmos?
Es que lo último que se puede decir es que hago folclor tradicional. Hasta cierto punto es saludable [fusionar el folclor con otros ritmos], porque la música es un arte vivo y debe evolucionar. Creo que la raíz musical peruana está muy bien marcada. Si alguien tiene la oportunidad de descubrir esta raíz, pero también se acerca a otras corrientes, es saludable.
— Tu disco “Combi” estuvo nominado al Grammy el año pasado. Es un buen disco, pero estuvo nominado en la categoría Mejor Empaque. ¿Cómo lo tomaste?
Me maté de risa. Lo último que me imaginaba era que mi disco iba a estar ahí. Me enteré porque mi hermano me llamó un día en la mañana y me contó. Me pareció curioso. Ni siquiera postulé el disco, lo hizo el distribuidor. No me sorprendió tanto que estemos en una nominación que no tiene nada que ver con lo musical. Pero sí me alegró que se considerara coherente la propuesta que hicimos en cuanto a empaque y sonido.
—¿Después de estos exitosos discos te ves haciendo el mismo género?
Es que ni siquiera sé cómo llamar a este género.
—Me refería a que “Kuntur” y “Combi” son discos muy parecidos musicalmente.
Es que como hago música instrumental, la quena reemplaza mi voz. Entonces la escuchas en cualquier propuesta que haga y suena parecido. Es mi marca también, porque no la toco de la manera tradicional. Cualquier cosa mía que escuches con una quena, así sea funky ácido, te va a sonar al estilo que vengo haciendo hace años.
—¿Pero no has pensado incursionar en nuevos géneros?
La banda Kuntur ahora tiene una nueva formación. Tenemos guitarra eléctrica, teclados tirados al Hammond, sonamos un poco más ‘rocker’, dentro de lo progresivo que veníamos trabajando en lo acústico. Hay una nueva línea sonora en vivo, porque lo que yo propongo tiene que escucharse en vivo, ahí se ve lo que realmente quiero transmitir. No busco nuevos sonidos, ellos simplemente aparecen.
MÁS INFORMACIÓN
Lugar: Teatro Peruano-Japonés.
Dirección: Gregorio Escobedo 803, Jesús María.
Día y hora: Sáb. 6 de febrero, 8 p.m.
Entradas: Teleticket.