Redacción EC

ADRIANA GARAVITO

Hay algo de la que hace que se te escarapele la piel. Se dice que es la intensidad de los movimientos de los artistas en escena; se dice que es la música o la ausencia de esta en ciertas escenas...No está muy claro que es, pero al final esto no importa. Y es que de eso se trata la danza: no hay que comprenderla, solo sentirla. 

EN LIMA
Desde hace 26 años, el ICPNA organiza el . Así, durante un mes se pueden presenciar compañías de diversos países. Este año se inauguró la semana pasada con Da Motus! de Suiza y entre hoy y mañana a las 7:30 p.m. se podrá ver el talento de Maria Kong, una compañía que está considerada como una de las mejores del mundo. 

Esta última se fundó en Israel hace 5 años y está compuesta por artistas de dicho país, Brasil y Francia. La manera en que trabajan es particular: solo lo hacen en equipo. De hecho, Talia Landa, la coreógrafa prefirió no dar entrevistas hasta que todo el equipo haya llegado al auditorio. "Es que todos han tenido participación, todos tienen algo que decir, todos ponemos nuestro corazón y alma para que las cosas salgan como queremos que salgan". 

El equipo llegó hace un par de días desde Corea, donde presentaron la pieza que están mostrando en nuestra ciudad: Open Source. Si es que se tiene que ponerle un género (o intentar explicarla), Landa le pondría "baile ficción", pues es una historia que mezcla la realidad con la ciencia ficción, el poder de la tecnología y el baile. 

De hecho, hay un personaje que controla el sonido y la iluminación con unos guantes especiales. Aunque hay que resaltar que si bien la tecnología es parte de esta historia, es solo una herramienta y no el elemento principal. "La coreografía y los toques modernos se crearon juntos. No es que uno tenga importancia y el otro no. Es decir, el movimiento sigue siendo parte de todo", comenta Anderson Braz, uno de los bailarines. 

Y no podría decir algo más cierto. De inicio a fin el cuerpo de cada uno de los bailarines vibra, comparte y hasta seduce con la música. En dos horas de obra, el escenario se llena de energía y de entrega.

Después de la función de mañana, la compañía partirá a Serbia a presentar Open Source, la cual se ha interpretado en otros lugares con música en vivo. Y después, pretende seguir de gira, pues tiene un mensaje que compartir: no se necesitan palabras para expresar lo que pasa por la  mente. 

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