Rocha fue parte de “Viaje de un largo día hacia la noche”, puesta en escena dirigida por Roberto Ángeles en el CCPUCP. Allí compartió escenario con Alberto Ísola, Fernando Luque y César Ritter. (Foto: Miguel Bellido)
Rocha fue parte de “Viaje de un largo día hacia la noche”, puesta en escena dirigida por Roberto Ángeles en el CCPUCP. Allí compartió escenario con Alberto Ísola, Fernando Luque y César Ritter. (Foto: Miguel Bellido)

A le atraía el mar. Había algo en la suma de su inmensidad y bravura que le llamaba la atención, que la atraía. Siempre se daba tiempo para contemplarlo, un lujo que se daba desde su departamento que miraba la Costanera de San Miguel.

Muchas mañanas se despertaba muy temprano y manejaba hasta la playa Los Yuyos. Se ponía el wetsuit y nadaba hasta desaparecer de la vista. Quería enfrentarse a la incontrolable naturaleza, combatir contra el mar, y lejos, muy lejos, reafirmar lo fugaz que es la vida.

Ella nos confesó: “Para regresar a la orilla debes batallar y confiar que ese día no vas a morir”. Enfrentarse a diario a sus límites, para ella, era la confirmación de que hay que aprovechar cada día al máximo y dar siempre lo mejor de sí. Bastaría con revisar su fecunda carrera como actriz para darse cuenta de que Rocha, fallecida ayer a los 51 años, no tenía nada de qué arrepentirse.

Rocha se fue aplaudida por el público. Horas antes de dejar este mundo, ella se presentó en el Teatro Peruano Japonés con la reposición de la obra “El curioso incidente del perro a medianoche”, puesta en escena dirigida por Nishme Súmar y en la que compartió roles protagónicos con Emanuel Soriano y Gianella Neyra. Hasta el cierre de esta edición, no se ha confirmado si la corta temporada –a la que le quedaban tres funciones– se dará por finalizada.

—Siempre presente—
Una de las personas que recuerda a Rocha es Carlos Tolentino, quien la dirigió en “Azul resplandor”, obra que se montó en el 2005 en el Teatro Británico. “Era realmente talentosa. Tenía algo que todos los directores amamos: sinceridad, siempre decía lo que pensaba. Pero por encima de eso, era un gran ser humano. Era una mujer fuerte, pero con una fragilidad que nunca ocultó. Por eso la amábamos”.

Sergio Llusera, quien sacó lo mejor de ella en “La terquedad” –montaje llevado a cabo en el teatro de la Universidad del Pacífico en el 2017–, la recuerda como una persona muy tierna. “Pero también muy irreverente, en el mejor de los sentidos. Ella siempre cuestionaba lo establecido. Tenía ganas de cambiar lo que no le parecía correcto, de provocar para cambiar, para mejorar”, comenta.

Rocha estaba a un mes de estrenar “Sueldo bajo. ¡No hay que pagar!” en el teatro de la Universidad del Pacífico. Al respecto, Llusera –quien dirige ese centro cultural– anotó que están evaluando seguir adelante con el proyecto. “El deseo del equipo, como homenaje y en respeto a su memoria, es continuar recordando que ante la adversidad, la apuesta es seguir adelante”, dice.

Existen, sin embargo, dos proyectos que Rocha dejó listos. Uno de ellos es “Intercambiadas”, filme que se estrena este jueves y en el que compartió actuación con Johanna San Miguel y Patricia Portocarrero. También está “La pasión de Javier”, cinta de Eduardo Guillot, que se estrenará este año y en la que da vida a la mamá de Javier Heraud. Guillot ha declarado al respecto: “Sofía fue mi primera opción para el personaje de la madre de Javier Heraud. Era una de las mejores actrices peruanas para mí. Mis condolencias para su familia y agradezco haberla conocido”.

El recuerdo de Rocha seguirá vivo en la pantalla chica como en el séptimo arte. Ella participó en teleseries como “Los de arriba y los de abajo”, “Demasiada belleza”, “Gamarra” y “Valiente amor”; y en las cintas como “El acuarelista”, “A los 40” y “Rosa mística”. Fue nominada al Premio Luces a Mejor Actriz por la obra teatral “Las tres viudas” (2015) y por la telenovela “Valiente amor” (2016).

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