Esta película tiene un enfoque único en la construcción del mundo que deja muchos elementos, como la época exacta, en un cierto misterio (Foto: 
Lionsgate Movies)
Esta película tiene un enfoque único en la construcción del mundo que deja muchos elementos, como la época exacta, en un cierto misterio (Foto: Lionsgate Movies)

Una de las grandes incógnitas que rodea a es en qué año transcurre su historia, ya que la película —fiel al espíritu de la novela de Stephen King— se desarrolla en un Estados Unidos destrozado por guerras y crisis, gobernado por un régimen militar autoritario, pero nunca ofrece una fecha concreta que permita ubicar con exactitud su aterrador escenario.

El país estadounidense está fragmentado, como si una serie de guerras y crisis lo hubieran dejado en ruinas. Y, en ese escenario, la brutal “Larga Marcha” no solo es posible, sino aceptada como una tradición.

HAY PISTAS CONTRADICTORIAS QUE DIFICULTAN UBICAR UN AÑO CONCRETO

Por ejemplo, Garraty y su madre escuchan en la radio recuerdos de una guerra civil que ocurrió “años atrás”, lo que sugiere un pasado relativamente reciente. Sin embargo, la ausencia de tecnología moderna y el aire anticuado de la sociedad nos transportan a un Estados Unidos que parece detenido en el tiempo.

Los detalles refuerzan esa sensación de anacronismo: cámaras de transmisión que parecen modelos antiguos, el uso de música clásica, la censura de libros y la falta de cualquier avance futurista. Todo apunta a que “The Long Walk” no transcurre en un futuro lejano, sino en una versión alternativa y distorsionada del siglo XX.

Esa ambigüedad conecta directamente con la novela publicada en 1979. En el libro, Stephen King insinúa que el trasfondo podría estar ligado a una victoria nazi en Europa y a las tensiones derivadas de la Guerra de Vietnam, temas que marcan la atmósfera de los años sesenta y setenta. La película, aunque no retoma todos esos elementos, mantiene viva la idea de un país colapsado tras conflictos y crisis económicas.

En "The Long Walk" , el estado del mundo es poco positivo (Foto: Lionsgate Movies)
En "The Long Walk" , el estado del mundo es poco positivo (Foto: Lionsgate Movies)

EL PERSONAJE DEL MAYOR REFUERZA EL VÍNCULO CON LA POLÍTICA MODERNA

Sus discursos sobre la falta de “ética laboral” en los jóvenes suenan tan actuales como perturbadores, lo que provoca que el espectador se pregunte si la historia está situada en el pasado, en el presente o incluso en un futuro cercano. Esa ambigüedad es, precisamente, lo que otorga a la trama su carácter atemporal.

En ese sentido, “The Long Walk” no necesita un año específico para funcionar. La crítica ha destacado que la historia sigue siendo una metáfora de la Guerra de Vietnam, pero también resuena en el contexto actual: desigualdad, autoritarismo y jóvenes sacrificados por un sistema que los reduce a simples números. La fuerza del relato está en su capacidad de reflejar miedos colectivos que trascienden épocas.

Por eso, más que preguntarse en qué año ocurre, la clave está en aceptar que “The Long Walk” podría ocurrir en cualquier momento. Podría situarse en 1956, en 2006 o en 2056, y seguiría siendo igual de escalofriante. Ese carácter universal es lo que convierte tanto al libro como a la película en una distopía poderosa y siempre vigente: un recordatorio de lo cerca que la realidad puede estar de la ficción.

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SOBRE EL AUTOR

Periodista con experiencia en redacción y creación de contenido digital. Soy licenciado de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Trabajé en medios de comunicación y agencias de marketing. Experiencia también como fotógrafo en campos deportivos.

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